Gustavo Lazzari indica el bloqueo cubano es una ficción, que más bien Cuba no compra a otras naciones porque no produce algo interesante más allá de habanos y turismo.
Gustavo Lazzari es Economista de la Fundación Libertad y Progreso (Argentina).
Entre tanto humo y excitación forzada de los cultores de la amargura vale aclarar. Cuba nunca tuvo un bloqueo. Bloqueo es cuando una flota armada impide la entrada y salida de los barcos comerciales de la nación bloqueada.
Embargo son sanciones comerciales que una nación impone a las empresas de su propio país por el hecho de por ejemplo comerciar con una nación hostil. Esto es lo que sucedió. EE.UU. sancionaba a sus propias empresas si comerciaban con Cuba.
Según la ONU hay 194 países (miembros). En rigor hay 220. Tomando el listado de la ONU, Cuba puede comerciar con 194 países, descontando EE.UU. y obviamente Cuba, puede comerciar con 192 países.
La palabra "bloqueo", utilizada por los castristas y sus novias (las muchas novias que cosecharon por el mundo), es sinónimo de la palabra "fracaso". Cuba no compra nada a nadie porque no produce nada interesante. Los únicos bienes comercializables son unos habanos hechos a mano, unas playas de las cuales hay miles en el mundo y el turismo sexual. Es decir, personas que te regalan los padres con tal que los saques de la isla-cárcel o les des un par de dólares.
Todo lo demás, la supuesta salud y la supuesta educación inclusive no sirve para nada. Nadie lo valora. Ningún estudiante de ningún país quiere estudiar en Cuba y son muy pocos los que van a aprovechar los salarios miserables de los médicos y kinesiólogos cubanos.
Cuba puede comerciar con todo el mundo. La pregunta es por qué no le compra nada a por ejemplo: Afganistan, Albania, Alemania, Andorra, Antigua y Bermudia, Arabia, Argelia, Armenia, Australia, Austria, Azerbaiyan, Argentina, Bahamas, Bangladesh, Barbados, Barein, Belgica, Belice, Benin, Bielorusia, Birmania, Bolivia, Bosnia, Botswana, Brasil, Brunia, Bulgaria, Burkina Faso, Burundi, Bután, Cabo Verde, Camboya, Camerún, Canadá, Qatar, Chad, Chile, China, Chipre, Ciudad del Vaticano, Colombia, Comorras, Corea del Norte, Corea del Sur, Costa de Marfil, Costa Rica, Croacia, Dinamarca, Dominica, Ecuador, Egipto, El Salvador, Emiratos Arabes, Eritrea, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia Etiopia, Filipinas, Finlandia, Fiyi, Francia, Gabón, Gambia, Georgia, Ghana, Granada, Grecia, Guatemala Guyana, Granada, Grecia, Guatemala, Guinea, Guinea Bisau, Haití, Honduras, Hungria, India, Indonesia, Irak, Iran, Irlanda, Islandia, Islas Marshall, Islas Salomón, Israel, Italia, Jamaica, Japón, Kazajistan, Kenia, Kirguistan, Kiribati, Kuwait, Laos, Lesoto, Letonia, Libano, Liberia, Libia, Lituania, Luxemburgo, Madagascar, Malasia, Maldivas, Mali, Malta, Marruecos, Mauricio, Mauritania, México, Micronesia, Mónaco, Montenegro, Mozambique, Namibia, Nauru, Nepal, Nicaragua, Niger, Noruega, Nueva Zelandia, Omán, Países Bajos, Pakistan, Palaos, Panamá, Papúa Nueva Guinea, Paraguay, Perú, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Centroamericana, República Checa, Macedonia, Congo, Democrática del Congo, República Dominicana, República Sudafricana, Ruanda, Rumania, Rusia, Samoa, San Cristobal, San Marino, San Vicente, Santa Lucía, Santo Tomé y Príncipe, Senegal, Serbia, Seycheles, Siria, Somalia, Sri Lanka, Suazilandia, Sudán, Sudán del Sur, Suecia, Suiza, Surinam, Tailandia, Tanzania, Tayikistán, Timor Oriental, Togo, Tonga, Trinidad y Tobago, Túnez, Turkmenistán, Turquía, Tuvalu, Ucrania, Uganda, Uruguay, Uzbekistán, Vanuatu, Venezuela, Vietnam, Yemen, Yibuti, Zambia y Zimbawe.
De manera que la apelación al supuesto “bloqueo” no es otra cosa que la excusa culposa para no decir la palabra “fracaso”