Thursday, June 23, 2016

Continúa el deterioro de las variables financieras

La economía nacional continúa mostrando crecimiento económico, así como generación de empleos formales y crecientes ventas en el mercado interno, al mismo tiempo que el barril de petróleo exportado recupera su precio de manera extraordinaria en el curso del año. A pesar de lo anterior, continúa el deterioro de diversos mercados financieros como son el del tipo de cambio, que vuelve a superar la barrera de 19 pesos; así como el de las tasas de interés de los instrumentos del gobierno de mediano plazo, las cuales se elevan a niveles superiores a 4.4 por ciento.

Se atribuye este deterioro a la preocupación que existe sobre la posibilidad de que Gran Bretaña se retire de la Unión Europea, como consecuencia del referéndum que se realizará en ese país el próximo día 23 de junio o a que la Fed decida elevar las tasas de interés este miércoles al terminar su reunión mensual. Aunque es obvio que estos son temas que afectan a los distintos países, el impacto negativo ha sido peor en México que en casi todos los demás países subdesarrollados.

Esto puede deberse a diversas señales que muestran que la economía nacional no está tan sólida como sería deseable para enfrentarse un mayor deterioro del entorno internacional, lo que preocupa a los diversos inversionistas: 1) Aunque la economía nacional sigue creciendo, lo hace apoyada en el sector servicios, ya que la producción industrial sólo creció a una tasa de 0.8 por ciento en el periodo de enero a abril, en comparación a los mismos cuatro meses del año anterior. 2) La inflación, medida por medio de los precios al consumidor, fue de 2.6 por ciento anual en mayo, pero los precios al productor final se elevaron en 5.8 or ciento en el mismo mes, perjudicando los márgenes de utilidad del sector comercio. 3) El déficit en cuenta corriente se mantiene en niveles de 2.7 por ciento del PIB en el primer trimestre, que aunado a una ligera salida de capitales, presiona al tipo de cambio. 4) La deuda del sector público federal representó ya  48.1 por ciento del PIB el pasado marzo, que sumando la de los gobiernos estatales podría ser superior a 50 por ciento en este momento. 5) Los requerimientos financieros del sector público el año pasado fueron de 4.1 por ciento del PIB, lo que equivalió a 18 por ciento de todo el gasto público.

Todo lo anterior muestra que la economía nacional no está tan sólida como sería deseable para enfrentar las dos grandes amenazas que se ciernen sobre el entorno internacional: 1) Reducción en el comercio internacional, que es una de las principales fuentes de crecimiento de la producción mundial y nacional. Hay que recordar que la crisis de la década de los 30 se debió en gran parte a las políticas proteccionistas que siguieron los países más desarrollados en aquellos años y es posible que se repita la misma experiencia. 2) Reducción en los flujos de capitales globales, encabezado por la política monetaria de Estados Unidos, que eleva las tasas de interés y reduce los montos disponibles para financiar la inversión en el país, el déficit de la balanza de cuenta corriente y el desequilibrio del gobierno mexicano.

Como se espera que este difícil entorno internacional se mantenga durante varios trimestres o incluso años más, es conveniente que se refuercen las finanzas públicas y privadas, se logre crear un entorno donde puedan prosperar las empresas, sobre todo las pequeñas y medianas, ya que son ellas las que pagan impuestos y crean empleos formales. Además es recomendable que se reduzcan dispendios y corrupción los cuales encarecen los costos de las empresas y reducen los ingresos de los trabajadores y empleados.

Ciertamente México tiene una mejor posición financiera que la mayoría de los países subdesarrollados, pero el entorno internacional puede provocar un deterioro interno muy rápido, si no se reacciona a tiempo.

La experiencia de los pasados meses nos lo confirma.

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