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Tuesday, September 13, 2016

Bitcoin y la Escuela Austríaca de Economía

Por Jordi Pàmies

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Se suele decir que el mercado de las criptomonedas en general y de bitcoin en particular, presenta algunos problemas de encaje dentro de la Teoría Austríaca. El argumento principal de los críticos del dinero virtual es que no encuadraría en el Teorema de la Regresión de Mises.
En este teorema, escrito por el autor austríaco en 1912 en su libro Teoría del Dinero y el Crédito, una moneda es demandada hoy porque se cree que mañana va a conservar su valor, es decir, que va a mantener su poder adquisitivo. De una forma parecida, en el pasado se demandó esa moneda porque se pensó que hoy en día mantendría su poder adquisitivo. Podríamos continuar haciendo una regresión en el tiempo hasta el momento en el que ese bien, que hoy es dinero, no se usaba como medio de cambio sino con otros fines no monetarios. Es decir, básicamente se valoraba a ese bien por la utilidad no monetaria que tenía. Por ejemplo, lo metales preciosos como el oro o la plata tenían usos ornamentales o industriales antes de usarse como dinero, de la misma forma, otros bienes que han sido usados como dinero históricamente como el ganado o la sal, tenían utilidades nutritivas o de conservación muy apreciadas previa a su uso generalizado en los intercambios.


Carl Menger también tenía esta consideración evolutiva del dinero en su obra El Origen del Dinero y enumera las propiedades del buen dinero, ya sea como medio de cambio o como depósito de valor:
  1. Demanda no monetaria previa: es decir, debe tratarse de bienes que tengan una demanda más allá de su uso monetario pues su valor no monetario es previo al uso dinerario.
  2. Accesibilidad: debe ser posible obtener ese determinado bien y además su obtención y explotación no debe estar restringida jurídicamente.
  3. Facilidad de transformación: para su utilización como unidad de cuenta, debe ser posible su desatesoramiento en porciones homogéneas.
  4. Atesorabilidad: tanto respecto a la conservación de valor a lo largo del tiempo como a la posibilidad de desatesorar una parte sin mermar el valor del dinero restante.
  5. Escasez relativa: especialmente en cuanto al dinero como depósito de valor, ya que un gran aumento de la producción global reduciría de forma importante el patrimonio personal.
  6. Estabilidad de valor: ante cambios geográficos, temporales o de cantidad.
Pese a esto, conviene aclarar que un bien puede cumplir funciones parciales del dinero aunque no sea estable ante cambios espaciales, temporales y de cantidad a la vez, como ejemplo, el dinero fiduciario actual.
Murray Rothbard apuntaba en la misma línea:
A commodity that comes into general use as a medium of exchange is defined as being a money. It is evident that, whereas the concept of a “medium of exchange” is a precise one, and indirect exchange can be distinctly separated from direct exchange, the concept of “money” is a less precise one. The point at which a medium of exchange comes into “common” or “general” use is not strictly definable, and whether or not a medium is a money can be decided only by historical inquiry and the judgment of the historian.
Siguiendo este significado, parece difícil encontrar encaje a bitcoin o al resto de criptomonedas dentro del Teorema de la Regresión de Mises, pues es complicado encontrar una utilidad anterior de estas divisas electrónicas antes de que fuesen utilizadas como medios de cambio. Sin embargo, Konrad Graf señala que esa argumentación se debe a una mala interpretación del Teorema de la Regresión de Mises y aporta una perspectiva distinta: argumenta que el teorema no es una hipótesis que debe ser testada, sino que más bien nos dice que esas criptomonedas tienen un valor antecedente a su utilización como medio de cambio y que nuestra tarea consiste en descubrir cuál fue ese valor anterior.
En nuestra opinión, estos argumentos caen en un error, y no es otro que el de requerir que el dinero tenga un valor no monetario previo. Los beneficios aportados por un bien en su uso como dinero no deberían precisar que sean aportados por su valor no monetario, sino que cumpliendo algunas de las características del buen dinero vistas anteriormente podría cumplir perfectamente la misma utilidad. Imaginemos que de repente las preferencias de los agentes hacia el oro como bien ornamental desaparecen, ¿supondría esto que el oro pasaría a ser un peor dinero? No tiene por qué, es la demanda latente lo que importa.
Si el dinero, como cualquier otro bien, deriva su valor de los beneficios que ofrece, cuesta imaginar por qué es necesario que esos beneficios tengan unos antecedentes. El hecho que una criptomoneda permita transacciones seudónimas, irreversibles, a un coste menor y en un menor tiempo son atribuciones suficientes como para darles valor, sin necesidad de un “precursor”. ¿Si no existe tal limitación en ningún otro bien, por qué debería tenerlo el dinero? Praxeológicamente, ninguno de esos requisitos es esencial y los beneficios dinerarios de un bien pueden ser tan útiles como lo son los no dinerarios. En este sentido, y tal como mencionan Graf y Onge, las criptomonedas no suponen un reto para el Teorema de la Regresión sino más bien una confirmación. En su nacimiento, las criptomonedas ofrecieron útiles características que les dieron interesantes “usos”, lo cual derivó en una demanda que no existía antes de su creación y esa demanda surge de los beneficios que tiene su utilización respecto al dinero convencional. Bitcoin es útil como dinero en tanto y cuanto sus propiedades son apreciadas como medio de cambio: escaso, difícil de falsear, homogéneo, transportable o divisible y es la utilidad percibida de estos beneficios lo que hace que bitcoin sea valorado sin haber tenido una demanda no monetaria previa.
En definitiva, el valor de bitcoin no viene determinado por su utilidad no monetaria sino que se establece por sus cualidades como medio de cambio (en continua expansión y claramente superior al dinero fiduciario), unidad de cuenta (con el resto de criptomonedas) y depósito de valor (cada vez más estable, incluso utilizado como activo refugio).
Debido a su propia naturaleza, donde los costes de producción de nuevas criptomonedas son realmente bajos, se abre un abanico enorme de posibilidades que hacen que estemos ante unos años apasionantes en lo que a la teoría monetaria se refiere.

Bitcoin y la Escuela Austríaca de Economía

Por Jordi Pàmies

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Se suele decir que el mercado de las criptomonedas en general y de bitcoin en particular, presenta algunos problemas de encaje dentro de la Teoría Austríaca. El argumento principal de los críticos del dinero virtual es que no encuadraría en el Teorema de la Regresión de Mises.
En este teorema, escrito por el autor austríaco en 1912 en su libro Teoría del Dinero y el Crédito, una moneda es demandada hoy porque se cree que mañana va a conservar su valor, es decir, que va a mantener su poder adquisitivo. De una forma parecida, en el pasado se demandó esa moneda porque se pensó que hoy en día mantendría su poder adquisitivo. Podríamos continuar haciendo una regresión en el tiempo hasta el momento en el que ese bien, que hoy es dinero, no se usaba como medio de cambio sino con otros fines no monetarios. Es decir, básicamente se valoraba a ese bien por la utilidad no monetaria que tenía. Por ejemplo, lo metales preciosos como el oro o la plata tenían usos ornamentales o industriales antes de usarse como dinero, de la misma forma, otros bienes que han sido usados como dinero históricamente como el ganado o la sal, tenían utilidades nutritivas o de conservación muy apreciadas previa a su uso generalizado en los intercambios.

Wednesday, June 29, 2016

Economistas de la Fed tratan de hacer ver a Bitcoin como una moneda fíat

bitcoinfiat

Un profesor de economía de la Universidad de Pensilvania y un asesor de la Reserva Federal de Filadelfia publicaron recientemente un documento de trabajo donde alegan que Bitcoin es una moneda fíat. Su trabajo investiga una hipotética economía de monedas privadas en competencia donde los emprededores “pueden emitir sus propias monedas fíat con el fin de maximizar su utilidad.” Jesús Fernández-Villaverde y Daniel Sanches dan a entender que Bitcoin y otras criptomonedas son en realidad más “fíat” que las monedas estatales porque no pueden usarse para el pago de impuestos en la mayoría de países.



Bitcoin no necesita de la violencia

Debemos dejar algo claro a partir de este momento: Bitcoin no es una moneda fíat. No se trata de una característica de la que existan diferentes grados, como dan a entender los autores, y las monedas emitidas de forma privada son lo opuesto a las monedas fíat creadas por la legislación gubernamental.
Bitcoin es un software de código abierto que permite a los individuos comerciar sin la necesidad de un intermediario. Considerada la primera “criptomoneda,” Bitcoin ha visto en días recientes su precio al contado elevarse hasta 750 USD por 1 Bitcoin. La capitalización de mercado de Bitcoin de casi 12 millardos de dólares ha despertado el interés de inversores, académicos y reguladores.
Las monedas privadas, como Bitcoin o la mPesa de Vodafone, no son ejemplos de monedas fíat, aunque no estén respaldadas por una mercancía como el oro o la plata. Varios especialistas en criptomonedas han aceptado la idea de que Bitcoin es una moneda fíat por esta única razón. Aunque es cierto que Bitcoin no está respaldada por una mercancía, este hecho solo le hace cumplir la mitad de los requisitos de la definición de fíat. Fíat viene del latín y significa “así será.” Que una moneda sea fíat significa que el gobierno la ha declarado como de curso legal, aun cuando la moneda no tenga una mercancía como respaldo. Las monedas fíat incluyen al Dólar Estadounidense, a la Libra Esterlina, al Euro, al Yuan chino, entre otras.

Continúas utilizando esa palabra

En el trabajo “Can Currency Competition Work?”, el profesor Fernández-Villaverde y el asesor de la Fed Sanches concluyen que la estrategia óptima para los emprendedores que produzcan monedas privadas es limitar la producción de moneda hasta el punto en que haya una oferta nominal constante. Si un emprendedor imprime demasiada moneda, su demanda disminuirá debido a que la moneda perderá su valor.  Los autores mencionan que el mercado limita de una forma natural la emisión en exceso de monedas privadas porque los emprendedores que producen monedas sin valor saldrán eventualmente del negocio. A diferencia de las monedas privadas, las monedas fíat permanecen en el mercado aunque los bancos centrales emitan en exceso. Esto se debe a que el gobierno puede obligar a los individuos a usar la moneda gubernamental a través de una ley fíat. Si el gobierno creara una criptomoneda con una oferta “administrable” y la declarara de curso legal por medio de un mandato, ese sí sería el ejemplo de una criptomoneda fíat.
Los autores alegan que las criptomonedas son más “fíat” que las monedas públicas como el Dólar Estadounidense porque no se pueden usar para el pago de impuestos en la mayoría de países. Sin embargo, fíat es principalmente un sustantivo y no un adjetivo. Contrariamente a lo que los autores dan a entender, no hay diferentes grados de la “cualidad de ser fíat”. Una moneda puede o ser de uso obligatorio mediante un mandato (decreto) gubernamental o no serlo. Bitcoin no lo es.

Retrofíat

A Bitcoin debería más bien considerársele como una moneda “retrofíat” porque no existe una autoridad central que pudiera obligar a la gente a usarla. El término retrofíat se refiere a la era de banca libre en EE. UU., de 1816 a 1863, cuando los bancos denominados “wildcat” emitían monedas privadas convertibles en oro o plata. Estas monedas respaldadas por mercancías fluían libremente entre estados antes de que el gobierno estadounidense emitiera la legislación de curso legal en 1862 y se concediera el monopolio en la acuñación de dinero en 1863. Un término tal como “fíat privado” es un oxímoron porque solo el gobierno puede forzar legalmente a los individuos a usar de forma no voluntaria una moneda. Bitcoin es un ejemplo moderno de una moneda retrofíat porque los usuarios de criptomonedas realizan transacciones de forma voluntaria sin presión legal de una orden o mandato gubernamental.
Desde un punto de vista legal, los gobiernos han categorizado a Bitcoin de distintas formas. Algunos gobiernos, como el de Suiza, lo consideran como moneda; otros, como el de Australia, alegan que se trata de un activo intangible. Sin importar las diversas opiniones legales con respecto a Bitcoin, no es una moneda fíat. Si el gobierno estadounidense, o cualquier otro gobierno, obligara al uso de Bitcoin por medio de leyes de curso legal, el valor de Bitcoin se desplomaría. Es su naturaleza descentralizada precisamente lo que le da valor. Los “ciberpunks” simplemente se cambiarían a una nueva criptomoneda sin sanción estatal que lograra evadir la supervisión y la regulación gubernamental. Aunque la academia se dedique en las décadas siguientes a discusiones bizantinas sobre la teoría de monedas privadas en competencia, una cosa es segura: Bitcoin no es una moneda fíat.

Economistas de la Fed tratan de hacer ver a Bitcoin como una moneda fíat

bitcoinfiat

Un profesor de economía de la Universidad de Pensilvania y un asesor de la Reserva Federal de Filadelfia publicaron recientemente un documento de trabajo donde alegan que Bitcoin es una moneda fíat. Su trabajo investiga una hipotética economía de monedas privadas en competencia donde los emprededores “pueden emitir sus propias monedas fíat con el fin de maximizar su utilidad.” Jesús Fernández-Villaverde y Daniel Sanches dan a entender que Bitcoin y otras criptomonedas son en realidad más “fíat” que las monedas estatales porque no pueden usarse para el pago de impuestos en la mayoría de países.


Friday, June 24, 2016

Brexit: los mercados buscan refugio mientras la libra sufre la peor caída de su historia

Ricardo Larrechea

  • El euro registra también el peor desplome frente al dólar desde su creación
  • Yen, oro y bitcoin suben con mucha fuerza; el petróleo cae más del 4%
  • La prima de riesgo de España se dispara más de un 27% frente a ayer
Ni las casas de apuestas creían en el Brexit, pero se ha consumado. Y los inversores han puesto el modo risk off en marcha, huyendo hacia sus refugios y provocando movimientos muy violentos en los mercados, con fuertes caídas en las bolsas. La principal víctima, la libra. La divisa británica está sufriendo un hundimiento sin precedentes, peor incluso que las del célebre Miércoles Negro, tras el referéndum que ha dado la victoria al sí al abandono de Reino Unido de la Unión Europea. Siga al minuto a minuto toda la información sobre el Brexit.


 
"El pánico es palpable", resume John Gorman, de Nomura. "Es el tipo de cosas que pasa una vez en la vida", añade Chuck Self, jefe de inversión de iSector. "La mayoría de la gente va a sentir el dolar", avisa en declaraciones a la agencia Bloomberg.
La libra esterlina ha llegado a un hundirse más de un 10% a primera hora, aunque según ha avanzado la sesión las caídas se mueven en el entorno del 6%. Pero no es la única que sufre: la moneda única también ha llegado a cae más del 4% frente al dólar, la peor caída desde su introducción en 1999, aunque modera el descenso hasta el 2%.
Por el contrario, el yen japonés y el franco suizo, habituales refugios en tiempos de incertidumbre, registran fuertes subidas. Como curiosidad, bitcoin, la criptomoneda, también se anota fuertes ascensos.

Mercados en modo risk off

El nerviosismo también se ha trasladado a la deuda, con la prima de riesgo de España se dispara más del 20% frente al cierre de ayer, con los inversores comprando deuda alemana, otro de los clásicos en tiempos de zozobra. Todos los activos considerados de riesgo, como por ejemplo las monedas de países emergentes y exportadores de materias primas, están desplomándose.
En otros mercados, el oro, el activo refugio por excelencia, se dispara alrededor de un 5%, mientras que el petróleo se desploma más de un 4%, tanto el West Texas de EEUU como el Brent, referencia en Europa. El modo risk off se ha puesto en marcha a plena potencia: los inversores vuelan en masa hacia cualquier cosa que se considere refugio, desde el yen hasta los bonos del Tesoro estadounidense. Y el mercado se mueve por bloques, solo importa si el activo es 'peligroso' (y se desploma) o 'seguro' (y sube con fuerza).
El resultado ha pillado con el pie cambiado a los mercados de divisas, que habían visto como la divisa británica subía en los días previos al referéndum ante unas encuestas que daban la victoria al campo del 'Bremain'. De hecho, la renta variable europea va camino de sufrir su peor sesión desde el crash de 1987.
Esta enorme caída de la libra es muy superior a cualquiera que se haya conocido: por ejemplo, el famoso Miércoles Negro de 1992, cuando la divisa británica fue expulsada del mecanismo europeo de cambio, 'solo' provocó un descenso del 4,1%.
El famoso especulador George Soros, quien estuvo detrás de las grandes apuestas en contra de la libra aquel día, ya avisó esta semana que un Brexit podría provocar un hundimiento de la moneda mayor que el se vivió entonces. Aquel día, el inversor ganó 1.000 millones de dólares y se convirtió en el hombre que quebró al Banco de Inglaterra. Frente al dólar, supone caer a niveles no vistos desde 1985, año en el que las grandes potencias se tuvieron que unir para intervenir el mercado de divisas ante la fortaleza del dólar.

Intervención del Banco de Inglaterra

Para calamar al mercado, el Banco de Inglaterra (BoE) ha anunciado que tiene 250.000 millones de libras para sostener el sistema financiero británico, cuyos bancos se están hundiendo en el parqué londinense.  El BoE y su homólgo dela zona euro, el BCE, ya anunciaron que tomarían las medidas necesarias para asegurar la liquidez en los mercados.
En este contexto, el portavoz de la Asociación Española de Banca, José Luis Martínez Campuzano, asegura que "las autoridades monetarias mundiales están preparadas para amortiguar la inestabilidad financiera derivada de la incertidumbre y el impacto económico negativo se dilatará con el tiempo".

Brexit: los mercados buscan refugio mientras la libra sufre la peor caída de su historia

Ricardo Larrechea

  • El euro registra también el peor desplome frente al dólar desde su creación
  • Yen, oro y bitcoin suben con mucha fuerza; el petróleo cae más del 4%
  • La prima de riesgo de España se dispara más de un 27% frente a ayer
Ni las casas de apuestas creían en el Brexit, pero se ha consumado. Y los inversores han puesto el modo risk off en marcha, huyendo hacia sus refugios y provocando movimientos muy violentos en los mercados, con fuertes caídas en las bolsas. La principal víctima, la libra. La divisa británica está sufriendo un hundimiento sin precedentes, peor incluso que las del célebre Miércoles Negro, tras el referéndum que ha dado la victoria al sí al abandono de Reino Unido de la Unión Europea. Siga al minuto a minuto toda la información sobre el Brexit.