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Wednesday, November 16, 2016

Los enemigos de la libertad mexicana



“LAS MISMAS VIEJAS CANCIONES, LAS MISMAS DISPUTAS, LOS MISMOS CACIQUES. SIETE AÑOS DESPUÉS DE AQUELLA LLEGADA DE PALACIOS ALCOCER A LA PRESIDENCIA DEL PRI, EL PARTIDO VIVE LA MISMA PELÍCULA, CON LA MISMA TRAMA Y LOS MISMOS ACTORES.”


RICARDO VALENZUELA
Mientras el indigno y molesto documento: “¿Ya se te olvidó?” continúa circulando para defender la mediocre administración de Vicente Fox, el país parece desmoronarse ante los ojos de más de cien millones de mexicanos cuando la película de horror nos devela la ya aborrecida clase política, como una feroz coyotera devorando un indefenso becerro.



Son tantas las señales pero con la mantra “no estamos tan mal,” sufriendo de irresponsable miopía, ignoramos la hemorragia nacional cuyo desenlace no luce prometedor. Lo hemos señalado desde que entendimos que, esa nave llamada Fox, no es que hubiera naufragado, simplemente permaneció anclada sin abandonar el puerto. Pero ahora, con los milagros de la publicidad, se nos empaña la vista para no distinguir la realidad. Pero más grave, nos impide darnos cuenta de la horda de piratas listos para el abordaje.

Hace días el prestigiado periodista, Ramon Alberto Garza, dictó una interesante charla que, si me quedaba alguna duda de lo que afirmó, en esos momentos desapareció. El comunicador hace una comparación de la situación política actual con la de 1998, cuando se afilaban los machetes para la lucha por la presidencia, que nos debe de producir escalofríos.

Veremos primero el estatus político dentro del PRI en esa era:

I.- El PRI vivía una crisis interna como consecuencia de la disputa por la candidatura presidencial del 2000, y para mediar la disputa deciden imponer a Mariano Palacios Alcocer en la presidencia del partido.

II).- Roberto Madrazo y Manuel Bartlett, este último apoyado por un Sindicato de Gobernadores liderado por Mario Villanueva de Quintana Roo (hoy en prisión por narcotráfico), peleaban fieramente la candidatura a la presidencia de la República.

III).- Elba Esther Gordillo, se inconformó en aquel entonces con la designación de Palacios Alcocer y demandó “nuevas formas de hacer política”.  El nuevo presidente del PRI la acusa de indisciplinada y rebelde, amenazándola con su expulsión.

IV).- Palacios Alcocer declaraba hace siete años que, “el priismo requiere atender y resolver asuntos de enorme trascendencia como es definir en el ámbito estatutario el método, procedimiento, requisitos, competencia interna y tiempos para la postulación del candidato a la Presidencia de la República.”

V).- La clase empresarial de entones declaraba que las disputas entre lospriistas eran “una señal de pleitos entre dictadores y caciques que no quieren soltar el poder”.

Las mismas viejas canciones, las mismas disputas, los mismos caciques. Siete años después de aquella llegada de Palacios Alcocer a la presidencia del PRI, el partido vive la misma película, con la misma trama y los mismos actores. ¿Vendrá el mismo desenlace de pérdida de poder? Y si es así ¿Hacia donde viaja ese poder?

¿Cuál fue el saldo de Mariano Palacios Alcocer al frente de aquél PRI de 1997 a 1999?

a).- Incapacidad de apaciguar la sucesión adelantada. A la pugna Madrazo-Bartlett se sumaran los predestapes de Humberto Roque Villanueva, Miguel Alemán, José Ángel Gurría, Esteban Moctezuma y Francisco Labastida

Un reporte de la inteligencia norteamericana de entonces advierte: “He failed in his mission to democratize his party”

b).- Rompimiento con tres dirigentes priistas claves que desertaron al PRD, y demostraron que las mayorías estaban con ellos. Ricardo Monreal en Zacatecas; Alfonso Sánchez en Tlaxcala y Leonel Cota en Baja California Sur.

c).- Dos frases que terminaron siendo el choteo político de la época: “Vamos a cortarle el dedo al Presidente y en el PRI, ni tapados ni candados.”

Ni Zedillo se cortó el dedo, pues terminó imponiendo a su secretario de Gobernación como candidato y al anunciar que no había tapados, se desató una carrera sangrienta por la postulación presidencial del 2000.

Pero ahora por un accidente político, Alcocer fue considerado para el relevo cuando Madrazo falló el golpe final que, con la complicidad de Arturo Montiel, buscaba colocar a Beltrones como nuevo jerarca tricolor.

Madrazo nunca ha visto en Manlio Fabio a un incondicional. Receloso de sus vínculos con Emilio Gamboa, lo utiliza como golpeador, tal como sucedió en el caso de la salida de la Maestra de la coordinación legislativa en el 2004.

Aún así, Madrazo terminó convenciendo a Montiel de que la mejor carta de unidad sería Manlio Fabio. Montiel aceptaba pero a cambio de instalar en la secretaría de Organización a Jesús Murillo Karam, y respetando la secretaría general para la Maestra.

Un cónclave entre el expresidente Carlos Salinas, Arturo Montiel, Enrique Peña Nieto, Manuel Cadena, Alfonso Navarrete Prida y Otto Granados, terminó por vetar a Manlio y por proponer el ascenso de Palacios Alcocer.

Y al igual que sucedió con la interna del Tucom donde el clan Salinas logró sacar adelante a Montiel por encima de Jackson, ahora los tecnócratas volvían a operar por encima de los intereses del clan Gamboa/Manlio/Hank.

Beltrones tenía no solo redactado, sino incluso ensayado ante los suyos, el discurso de toma de protesta como presidente del PRI, hecho que esperaba se consumara el día de su cumpleaños. Madrazo se lo había prometido, pero nuevamente incumplió.

El punto crucial, sin embargo, fue la animosidad que la designación de Palacios Alcocer despertó en un personaje clave del priismo, la profesora ElbaEsther Gordillo. Y es que históricamente los destinos de Palacios Alcocer y Elba Esther están contrapunteados.

Ya en 1997, el entonces presidente del PRI se confrontó con Elba Esther, entonces dirigente de la CNOP, a la que amenazó con expulsar por su indisciplina. Mas tarde, en el 2003, acusó a la Maestra de complicidades con el gobierno panista de Vicente Fox e inició una campaña exigiendo su renuncia a la secretaria general del PRI.

Y ahora en la disputa del 2006, fue el nuevo dirigente priista el que tomó la bandera de ataque contra Elba Esther, demandando su expulsión del partido. Pero el desenlace no será sencillo. La Maestra podría ser expulsada. Pero emprenderá una batalla legal que podría colocar al PRI en un severo predicamento.

Ello debido a que entre más se prolongue la disputa en los tribunales, el potencial revés para el PRI y la obligación de reinstalar en su presidencia a la Maestrapodría terminar invalidando todos los acuerdos que se tomen desde que se eligió a Palacios Alcocer, incluyendo la selección del candidato presidencial. 

Y al igual que al inicio, la citas no son de hoy. Son tomadas de la revista Siempre del 18 de septiembre de 1997. Nada nuevo bajo el sol. ¿Veremos el mismo desenlace y desgaste de poder que se dio en la antesala del 2000?

No cabe duda, México es el Dorian Gray de los países y como la canción; “la vida sigue igual.”

Los enemigos de la libertad mexicana



“LAS MISMAS VIEJAS CANCIONES, LAS MISMAS DISPUTAS, LOS MISMOS CACIQUES. SIETE AÑOS DESPUÉS DE AQUELLA LLEGADA DE PALACIOS ALCOCER A LA PRESIDENCIA DEL PRI, EL PARTIDO VIVE LA MISMA PELÍCULA, CON LA MISMA TRAMA Y LOS MISMOS ACTORES.”


RICARDO VALENZUELA
Mientras el indigno y molesto documento: “¿Ya se te olvidó?” continúa circulando para defender la mediocre administración de Vicente Fox, el país parece desmoronarse ante los ojos de más de cien millones de mexicanos cuando la película de horror nos devela la ya aborrecida clase política, como una feroz coyotera devorando un indefenso becerro.

Tuesday, November 8, 2016

Los enemigos del comercio

Javier Paz comenta Los Enemigos del Comercio, el libro de Antonio Escohotado

Javier Paz cuenta con una maestría en Economía y es columnista de El Deber (Bolivia).
Pensadores como Marx, Mises, Gramsci, Keynes, Hayek o Friedman entendían que las ideas de los intelectuales tienen una gran influencia en el mundo. “Los hombres prácticos, que se creen exentos de cualquier influencia intelectual, son usualmente esclavos de algún economista difunto” escribía Keynes en las notas finales de su Teoría General.



Sin embargo, tratar de descifrar la relación entre las ideas imperantes en una civilización y los hechos históricos de la misma es algo más difícil que simplemente afirmar que tal relación existe: Antonio Escohotado emprende esa monumental tarea con afortunado éxito en Los Enemigos del Comercio. Reminiscente de A History of Western Philosophy de Bertrand Russell, Escohotado transita desde los tiempos presocráticos y los inicios de las polis griegas hasta la revolución francesa, desmenuzando los movimientos filosóficos y analizando cómo éstos influían y eran influidos por la política, economía y por los acontecimientos históricos.
El libro, como su título lo indica, se centra en la influencia de las ideas contrarias a la propiedad privada, al comercio libre y voluntario, a la generación de riqueza y a la libertad en general. Desde los admiradores de la militarista Esparta por sobre la culta y democrática Atenas hasta los albores del comunismo, Escohotado analiza la evolución de una secta judía cuyo ascenso coincide (no del todo por coincidencia) con la decadencia del imperio romano y sumersión de Europa en un periodo de mil años de oscurantismo y estancamiento. Por supuesto, la Iglesia Católica que históricamente condenó el lucro e incluso la higiene por ser cosas de este mundo pero no dudó en lucrar del tráfico de almas vendiendo indultos y salvaciones de papel, juega un rol primordial en este cuento. Verbigracia, un secretario de Carlos V escribe en 1526 con cierta jocosidad: “El prepucio de Cristo lo he visto yo personalmente en Roma, Burgos y Amberes (al parecer existen un total de catorce ejemplares), y tan solo en Francia hay ya quinientos dientes del niño Jesús. En muchos lugares se conserva la leche de la Virgen y en otros las plumas del Espíritu Santo”.
Un hecho que no escapa a la agudeza de Escohotado es la habilidad de los liberticidad de todas las épocas para elaborar distorsiones semánticas de tal envergadura que justifiquen la tiranía en nombre de la libertad, la discriminación en nombre de la igualdad y el fratricidio en nombre de la fraternidad y para proclamar al verdugo como un salvador, como muy bien lo ilustran los revolucionarios franceses.
Un libro exhaustivamente documentado y sobreabundante de citas históricas, de una agudeza sin par, con ese sentido de lo sarcástico y lo tragicómico muy propio de los españoles, es un placer de principio a fin.

Los enemigos del comercio

Javier Paz comenta Los Enemigos del Comercio, el libro de Antonio Escohotado

Javier Paz cuenta con una maestría en Economía y es columnista de El Deber (Bolivia).
Pensadores como Marx, Mises, Gramsci, Keynes, Hayek o Friedman entendían que las ideas de los intelectuales tienen una gran influencia en el mundo. “Los hombres prácticos, que se creen exentos de cualquier influencia intelectual, son usualmente esclavos de algún economista difunto” escribía Keynes en las notas finales de su Teoría General.


Thursday, August 4, 2016

Los enemigos de la libertad y la prosperidad

Santiago Navajas

A través de las casi setecientas páginas de Los enemigos del comercio II Antonio Escohotado continúa la senda que abrió con la primera parte1 de lo que debe terminar siendo una trilogía dedicada a analizar quiénes son "los enemigos del comercio". Si en aquella Escohotado comenzaba la arqueología de la oposición a la propiedad privada sacando a la luz la corrupción esclavista de la antigua Grecia hasta llegar a los radicales de la Revolución Francesa, pasando por sectas judías como la de los esenios2, en este segundo tomo se centra en el período que transcurre desde el final de la mencionada revolución hasta principios del siglo XX ("la eclosión del socialismo").



Como reza el subtítulo, se trata de elaborar una "historia moral de la propiedad", una perspectiva de lo acontecido a la humanidad a través del desarrollo de una idea y de cómo ha ido provocando en los diversos protagonistas de la historia una reacción de atracción o de rechazo. Desde la atalaya de este inicio del siglo XX, en el que la idea de la propiedad privada, mal que bien, se ha consolidado y cada vez se extiende más por el planeta, conquistando pacífica y casi triunfalmente a los que habían sido sus enemigos más encarnizados, es muy importante una labor ciclópea como la que ha emprendido Antonio Escohotado, porque podría parecer que este es el estado natural de la sociedad. Y, sin embargo, ¡cuánta sangre ha costado! Y dado que han sido tan poderosos y tan numerosos sus adversarios, hubo un momento en que parecía que todo estaba perdido y que la moral liberal incorporada en el concepto de propiedad privada iba a desaparecer de la faz de la tierra por el ascenso de su más mortal amenaza, los totalitarismos, que no sólo pretendían acabar con la libertad política sino con la libertad moral, es decir, con la espontaneidad que está en la base de la propiedad como régimen económico. A esa dupla totalitaria de nazis y estalinistas se dedicará la tercera entrega que esperamos como premio de la lotería.
Estaba leyendo el libro en una cafetería cuando la camarera miró por encima de mi hombro y comentó: "Escohotado… lo leí cuando estaba en la facultad. Aquellos libros sobre las drogas. Ahora, creo, se ha convertido en un liberal raro". "Todos los liberales somos raros", le respondí. Pero es cierto que, como en el caso de la igualdad para los cerdos comunistas de Rebelión en la granja, todos los liberales somos raros pero unos lo son más que otros. Y Antonio Escohotado se lleva la palma. Porque su liberalismo tiene un aire hegeliano que sobrevuela desde una perspectiva filosófica, abarcadora y comprehensiva, la mirada habitual del liberal cotidiano, centrado en cuestiones exclusivamente económicas y corto de miras, anclado a primitivos dogmas antiestatistas e inocentes consignas promercado. La lectura de Escohotado pone de manifiesto como ninguna otra lo que significa el liberalismo como Zeitgeist.
Una cosmovisión que, además de en Hegel, Escohotado encuentra su más acabada expresión en las figuras de Saint Simon y Schumpeter. Mientras que el austríaco habría encontrado una fórmula simple y efectiva para hacer ver la dialéctica de los opuestos que le da su fuerza al capitalismo, el concepto de destrucción creadora (o, como dice el propio Escohotado, "fracasar triunfando y triunfar fracasando"), el filósofo francés suscita su admiración ("uno de los genios más intrépidos de todos los tiempos") en cuanto que recoge el testigo de Montesquieu y Adam Smith a través de la metáfora de “la mano de la avaricia” que engendra abundancia por caminos tan indirectos como seguros.
Lo que metafísicamente le interesa a Escohotado del liberalismo es que es el sistema que mejor se adapta a lo que es "la inquietud del movimiento", "el flujo de lo real". Heraclitano al fin y al cabo, Escohotado es fiel a una visión del mundo que también llevó a cabo tanto en su Historia de las drogas como en Caos y orden. Es decir, la naturaleza indeterminada de la evolución social. O, dicho a la manera hegeliana, que el progreso que observamos es el resultado del propio despliegue de la libertad. O, para lo que nos ocupa, de la propiedad como manifestación económica de aquella.
Indeterminación unida a la relatividad de los fenómenos sociales. Aunque no un relativismo postmoderno sino en el sentido que le daba Einstein cuando explicaba que las perspectivas no son las del sujeto sino las de los modos de manifestarse el ser. De modo que dos sujetos en la misma posición, enfrentando la misma perspectiva de manifestación del ser, verían lo mismo.
Si Escohotado ha pasado de ser un hegeliano de izquierdas a serlo liberal es porque en su pensamiento ha encontrado un mejor equilibrio, un check and balance, entre la racionalidad y la realidad. Todo lo racional es real, como pretende la izquierda, pero a condición, advierte Escohotado, de que todo lo real sea racional ("Toda libertad responsable es realismo, "conciencia de la necesidad"). Y es que el subtítulo también podría ser “Crítica de la razón roja", porque no cabe duda de que Escohotado maneja con profundidad y rigor la literatura roja y, lo que es más importante, comprende el ethos y el pathos de la izquierda. El filósofo madrileño constituye un fenomenal alambique en el que sintetizar lo mejor de las diversas tradiciones liberales, de la derecha representada por Hayek o Friedman, por ejemplo, o de la izquierda, cifrada en Schumpeter o Popper. En un eclecticismo no oportunista sino antidogmático. Y siempre con una impronta hegeliana que le lleva a ver la tensión social por antonomasia alrededor de la cuestión de si abolir o multiplicar la propiedad privada como una variante de la confrontación básica, según Hegel, entre amo y esclavo.
Combinación de la historia de los hechos económicos y de la historia de las ideas, fundamentalmente económicas pero no únicamente, Los enemigos de la propiedad II se divide en dos secciones. La primera, "De cómo la propiedad se industrializó", abarca trece capítulos en los que vemos pasar al revolucionario terrorista Blanqui junto al revolucionario pacífico Thomas Paine; al empresario filántropo Owen y al filósofo funcionario Hegel; la aparición del papel moneda y la creación de las cooperativas. En la segunda parte, "De cómo competir y cooperar se tornaron radicalmente opuestos", dividido en veintidós capítulos, está centrado básicamente en la figura prometeica de Marx, gran héroe de cuando empezó a “ondear la bandera roja” (primer capítulo de esta sección) hasta las revoluciones rusas de principio de siglo XX (“Hacia la revolución triunfante”). En definitiva, la eclosión del socialismo es una nueva manifestación de aquella sociedad clerical-militar que se enfrentó en los primeros tiempos al espíritu comercial.
Sin embargo, atento a los matices, Escohotado distingue entre, por ejemplo, Rodbertus, un socialista conservador; Sismondi, un socialista liberal, y Marx, un socialista comunista. Amén de socialistas-socialistas como Saint-Simon, Bernstein y Jaurès. O bien aclara la brumosa línea que separa "aquellas cosas que merecen al público la incomodidad de una patente exclusiva y la que no", en el caso de ese casus belli entre los liberales que es la institución de la propiedad intelectual.
Fenomenología del Espíritu Capitalista vista a través de aquellos que se opusieron al mismo y Enciclopedia de la Conciencia Roja, Los enemigos del comercio II es un compendio tan erudito como inteligente, tan ilustrado como apasionante, de la idea más peligrosa que ha surgido en el orden social: la de libertad. Lejana de los presupuestos buenistas de la historia políticamente correcta ("púdica al tiempo con el catolicismo y con el comunismo"), la eclosión del socialismo, según Escohotado, es una manifestación, otra, del talante del resentimiento que encuentra su expresión paradigmática en "El bien común es la comunidad de bienes, y vuelven los días de la restitución general". Una nostalgia del paraíso perdido, de una utopía donde “no había ni tuyo ni mío”, aunque para alcanzarla se debiese emprender “la guerra abierta de los ricos contra los pobres… rindiendo a la diosa Libertad el homenaje de un holocausto”.
El tercer tomo analizará esa paradoja según la cual, a medida que el liberalismo ha triunfado sobre el comunismo y el fascismo, esas variantes totalitarias que definió Hannah Arendt, el Estado ha crecido elefantiasicamente. "El perfeccionamiento depende ante todo de crecer en sumisión al orden", decía Auguste Comte, justificando la dictadura y la opresión (benévolente, se supone…). Y no cabe duda de que dicho perfeccionamiento está cerca de alcanzar su clímax en nuestras sociedades presuntamente liberales aunque tanto en el fondo como en la forma inequívocamente tendentes hacia el colectivismo y el socialismo, como se temía Schumpeter. Si, como sostiene Escohotado, la fórmula liberal es equivalente a "propiedad privada = libertad + prosperidad", entonces el asalto a la razón liberal se mantiene como en el pasado, sólo que de una forma mucho más sibilina y taimada. Pero libros como este constituyen no solo una barricada contra la barbarie ideológica, también un ariete conceptual con el que abrir nuevas sendas en el mundo liberal.

Los enemigos de la libertad y la prosperidad

Santiago Navajas

A través de las casi setecientas páginas de Los enemigos del comercio II Antonio Escohotado continúa la senda que abrió con la primera parte1 de lo que debe terminar siendo una trilogía dedicada a analizar quiénes son "los enemigos del comercio". Si en aquella Escohotado comenzaba la arqueología de la oposición a la propiedad privada sacando a la luz la corrupción esclavista de la antigua Grecia hasta llegar a los radicales de la Revolución Francesa, pasando por sectas judías como la de los esenios2, en este segundo tomo se centra en el período que transcurre desde el final de la mencionada revolución hasta principios del siglo XX ("la eclosión del socialismo").