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Friday, July 29, 2016

El problema va más allá de Trump

Desde la tribuna

Armando Román Zozaya 
 
Parecía imposible: Donald Trump no sería candidato a la presidencia de su país. Sin embargo, arrasó en la contienda republicana. Luce imposible: Trump nunca será presidente de Estados Unidos. De hecho, si las elecciones fueran el día de hoy, Clinton ganaría. No obstante, faltan más de treses meses para la elección y ya quedó claro que a Trump no hay que darlo por derrotado.
¿Y si Donald Trump es presidente? La agenda de Trump es totalmente radical y sumamente negativa: todo es culpa de los extranjeros de una forma u otra. Asimismo, según él, Estados Unidos está en decadencia, lo cual es producto de que no hay un gobierno fuerte, dispuesto a hacer lo que sea necesario, dentro y fuera de sus fronteras, para recuperar la grandeza, y el respeto, perdidos: la fuerza es, pues, la solución.



La fuerza contra los migrantes, contra las minorías que no se adaptan al american way of life, contra otros países, contra los políticos de Washington que no escuchan ni atienden a quienes Trump ha etiquetado como “los desposeídos”, “los olvidados”. Sí, Trump va contra todos. Así tiene el potencial de generar conflictos de carácter internacional, pero también doméstico: Trump contra el Congreso, la Suprema Corte, los gobernadores, las ONG, etcétera.
¿Tal vez Trump no es lo que ha exhibido? ¿Tal vez todo es un show para construir su candidatura y, de llegar a presidente, se moderaría? ¿Tal vez el presidente Trump sería muy diferente, para bien, del candidato Trump? Incluso si ese fuera su plan —estoy convencido de que no lo es—, lo que Trump ha creado, gane o no gane, será muy difícil de detener: si gana la Presidencia, lo hará justamente gracias a esa agenda radical; sus seguidores —votantes y poderes fácticos— jamás le perdonarían el no ejecutarla. Si no la gana, Clinton no se podrá dar el lujo de ignorar totalmente a quienes respaldan a Trump.
Es justamente en sus simpatizantes donde descansa el poder de Trump. Es más, en un contexto en el que sólo un puñado de votantes se identificaran con él, Donald Trump sería una anécdota y nada más. El hecho de que sea candidato y tenga posibilidades de ganar nos dice, pues, muchísimo sobre la sociedad estadunidense. Asimismo, esto tiene implicaciones que trascienden al propio Trump.
Estados Unidos no está en decadencia. Pero sí es verdad que el cambio tecnológico, la integración comercial, la movilidad del capital y, aunque sea limitada, del factor trabajo, así como, en cierta medida, la migración ilegal, han resultado en que haya estadunidenses que no encuentran las opciones laborales que creen merecer. Esta realidad, aunada al racismo, la xenofobia y la ignorancia que siempre han estado presentes en Estados Unidos, han resultado en que haya suficientes votantes, y grupos de poder, dispuestos a apoyar a Trump.
Lo anterior no va a cambiar gane Trump o no. Así, si bien es obvio que Clinton no se apegaría a la agenda trumpista, si de verdad quiere gobernar con efectividad, tendrá que acercarse, aunque sea un poco, a quienes están detrás de Trump. No estoy diciendo que Clinton construiría un muro entre México y Estados Unidos, por ejemplo, pero sí es posible que, como Obama, continúe deportando mexicanos y, a pesar de que no ha dicho una palabra al respecto, eventualmente ponga sobre la mesa una renegociación del TLCAN.
Sea presidente Trump o no, México tiene que entender y analizar la realidad estadunidense, y actuar en consecuencia. Por supuesto, las cosas serían mucho más graves si ganase Trump, pero, insisto, esa realidad, esos millones de votantes y los poderes fácticos que sostienen a Trump, no van a desaparecer ni a dejar de tener influencia sólo porque Clinton llegue a la Casa Blanca.
El futuro de las relaciones México-EU trasciende, pues, a Trump. Esto hay que tenerlo claro, especialmente porque estamos hablando de la que es, en todo sentido, nuestra relación bilateral de mayor trascendencia.

El problema va más allá de Trump

Desde la tribuna

Armando Román Zozaya 
 
Parecía imposible: Donald Trump no sería candidato a la presidencia de su país. Sin embargo, arrasó en la contienda republicana. Luce imposible: Trump nunca será presidente de Estados Unidos. De hecho, si las elecciones fueran el día de hoy, Clinton ganaría. No obstante, faltan más de treses meses para la elección y ya quedó claro que a Trump no hay que darlo por derrotado.
¿Y si Donald Trump es presidente? La agenda de Trump es totalmente radical y sumamente negativa: todo es culpa de los extranjeros de una forma u otra. Asimismo, según él, Estados Unidos está en decadencia, lo cual es producto de que no hay un gobierno fuerte, dispuesto a hacer lo que sea necesario, dentro y fuera de sus fronteras, para recuperar la grandeza, y el respeto, perdidos: la fuerza es, pues, la solución.


Monday, July 18, 2016

Competitividad económica: EE.UU. se estanca y Venezuela se hunde

De acuerdo con el Índice Global de Competitividad México cayó seis puestos mientras que Chile está a la cabeza en América Latina

competitividad
Estados Unidos ha dejado el liderazgo en competitividad cayendo al puesto #30. (Summa)
México cayó seis lugares en el ranking de competitividad mundial 2016, de acuerdo con el Índice Global de Competitividad del IMD (elaborado por la Escuela de Negocios de Suiza) al ubicarse en la posición número 45, mientras el año anterior se encontraba en la número 39. En este sentido, 61 economías han sido analizadas.
Mientras tanto, Estados Unidos perdió el liderazgo en competitividad después de tres años de liderazgo y descendió hasta el tercer puesto. El estudio refiere que el país más competitivo económicamente ahora es Hong Kong , seguido de Suiza.
“Estados Unidos aún cuenta con el mejor rendimiento económico en el mundo, pero hay otros factores que se toman en cuenta al evaluar la competitividad. El poder absoluto de la economía de los Estados Unidos ya no es suficiente para mantenerlo”, sostuvo Arturo Bris, director del Centro de Competitividad del IMD, en un comunicado.



En la edición de 2016, el primer lugar lo ocupa Hong Kong; Suiza, el segundo y Estados Unidos, el tercero. Le siguen Singapur, Suecia, Dinamarca, Irlanda, los Países Bajos, Noruega y Canadá, naciones que forman parte del top de los 10 más competitivos en todo el mundo.
Mientras tanto, informa que Chile se coloca en la mejor posición de las naciones de América Latina, en el lugar 36 y le sigue México. Mientras Argentina ocupa la posición 55 y es el único de la a región que ha mejorado su posición respecto al año anterior. Venezuela, como es de esperar, ocupa el puesto 61, es decir, el último.
“El crecimiento económico impulsado por la innovación en los países más pobres mejora la competitividad, pero también aumenta la desigualdad. Esto es obviamente un asunto que requiere atención a largo plazo”, acotó.
El documento detalla que la clasificación de los países se basa en el análisis de más de 340 criterios, derivados de cuatro factores principales: desempeño económico, eficiencia gubernamental, eficiencia empresarial e infraestructura.
Las respuestas de un estudio en profundidad de más de 5.400 ejecutivos de negocios, que se les pide para evaluar la situación en sus propios países, también se toman en consideración.
“Es claro que el crecimiento económico actual no es de ninguna manera una garantía de competitividad futura.
“A naciones tan diferentes como China continental y Qatar les va muy bien en términos de rendimiento económico, pero siguen siendo débiles en otros pilares tales como la eficiencia del Gobierno y la infraestructura”, precisó Bris.
Asimismo, manifestó que entre los factores que están impulsando el crecimiento de Hong Kong está su compromiso con un entorno favorable para los empresarios, como por ejemplo fomentar la innovación y no imponer restricciones sobre los flujos de capital hacia o desde el territorio, además de ser una puerta de entrada para la inversión extranjera directa.
Mientras que Suiza ha puesto énfasis en el compromiso con la calidad, lo que le permite que reaccione con rapidez para elevar sus índices económicos. Este estudio, que se elabora desde hace 25 años, revela también que se le da importancia a los temores de que los ricos se hacen más ricos y los pobres más pobres.
“Desde 1995, el mundo se ha vuelto cada vez más desigual en términos de diferencias de ingresos entre los países”, comentó el especialista.
Fuente: Forbes.

Competitividad económica: EE.UU. se estanca y Venezuela se hunde

De acuerdo con el Índice Global de Competitividad México cayó seis puestos mientras que Chile está a la cabeza en América Latina

competitividad
Estados Unidos ha dejado el liderazgo en competitividad cayendo al puesto #30. (Summa)
México cayó seis lugares en el ranking de competitividad mundial 2016, de acuerdo con el Índice Global de Competitividad del IMD (elaborado por la Escuela de Negocios de Suiza) al ubicarse en la posición número 45, mientras el año anterior se encontraba en la número 39. En este sentido, 61 economías han sido analizadas.
Mientras tanto, Estados Unidos perdió el liderazgo en competitividad después de tres años de liderazgo y descendió hasta el tercer puesto. El estudio refiere que el país más competitivo económicamente ahora es Hong Kong , seguido de Suiza.
“Estados Unidos aún cuenta con el mejor rendimiento económico en el mundo, pero hay otros factores que se toman en cuenta al evaluar la competitividad. El poder absoluto de la economía de los Estados Unidos ya no es suficiente para mantenerlo”, sostuvo Arturo Bris, director del Centro de Competitividad del IMD, en un comunicado.