LETIZIA BORGIA DE ESPAÑA

 Ricardo Valenzuela

 

España continua convertido en un volcán y cada hora siguen emergiendo erupciones con informaciones de la maldad representada por una mujer llamada Letizia, que, increíblemente, llegara a ser reina de España arribando con un pesado equipaje incluyendo engaños, mentiras, traiciones, infidelidades. La lista del contenido en la conducta de esta mujer que, además, ha establecido una supremacía en la Zarzuela para llegar a ser la única que mueve todas las palancas de ese poder. Lo increíble no ha sido su infidelidad que se acaba de informar, algo que, hasta cierto punto, se podría haber asimilado y ocultado, pero jamás si va acompañada de muchas otras infidelidades, de un pasado tenebroso como divorcio, abortos, una variedad de amantes y, sobre todo, ideas socialistas republicanas.

 

Lo grave ha sido que sus conductas pecaminosas, primero como princesa y esposa de quien estaba destinado a ser rey, luego ya como reina de España cuando su esposo se convertía en rey, han golpeado directamente las instituciones. Su esposo, un joven que emergía de la más alta realeza como lo representa la casa de los Borbon de gran tradición en Europa. Pero, Felipe, sin seguir la tradición de todas las monarquías, no aceptaría un matrimonio arreglado y decidió casarse por amor, no lo ordenado por las tradiciones. Tenía como experiencia el ejemplo del rey actual de Inglaterra, Charles, quien, presionado por sus padres, abandonó al amor de su vida para casarse con Diana, resultando una unión de gran sufrimiento para ambos.

 

Pero, la gran diferencia sería que Diana era una muchacha de 19 años, inocente, inexperta, miembro de una familia intachable que le instalara buenos valores, educada en los círculos de la realeza. Aun así, el resultado sería el que ambos asumieran conductas de infidelidad y de otro pecaminoso tipo. Diana tendría varios amantes durante su matrimonio. Charles simplemente regresaría al amor de su vida, Camila, quien ahora es su reina de Inglaterra. Y la fatalidad más grande de ese matrimonio, sería que a Diana le costaría su vida

 

Sin embargo, Letizia, miembro de familia de clase baja, atea, con ideas marxistas, ausente de valores y moralidad, sexualmente promiscua, rompería los récords mundiales e intergalácticos con una actuación que, hasta un hombre tan corrido como yo, se me hace definitivamente muy difícil, no solo de creer lo que ha sucedido, sino aceptar su magnitud y el peligro potencial que representa. Es decir, se está develando ante el mundo, no solo una mujer infiel, sino una mujer que, en mi opinión, se casara con un hombre que, no solo no amaba, sino alguien que para ella representaba todo lo que odiaba. Algo similar a dos enemigos participantes en una batalla, ella disfrazada e incrustada en el ejército de su enemigo, operando como esposa del comandante en jefe de ese odiado contingente de su esposo.   

 

Ahora, la decisión de Letizia para casarse con el líder de sus enemigos, sobre todo ella que es una mujer apasionada e impulsiva con sus ideas y con lo que quiere, puede haber sido motivada por dos posibles impulsos. 1) La clásica actitud del pobre odiando al rico hasta que ese pobre pasa al paraíso de esos ricos. 2) El que un enfermizo odio de lo que ella considera la causa de sus necesidades insatisfechas por la explotación de los nobles, hubiera decidido convertirse, como lo afirmara el rey Juan Carlos, en el enemigo interior o en un caballo de Troya. Y, para analizar esa posibilidad, solo hay que observar las conductas de Letizia, algo que, por la magnitud de su maldad, ha sido difícil de concluir con algo razonable.

 

Son comportamientos que, por lo increíble que parecen, difíciles de entender y mucho menos aceptar. Un espía que, con pasos felinos, se ubica entre los ejércitos de sus enemigo, siempre asumiendo un papel bien actuado para proyectar una imagen de convertido a la nueva sabiduria que finge estar conociendo, de esa forma eliminar cualquier posibilidad que lo descubran y actuar libremente para sabotear al enemigo. Y en la política es un arte popular muy utilizado. Los mejores ejemplos los podemos rastrear y encontrar en la administración de Trump: su vicepresidente Mike Pence. Sus dos Procuradores de Justicia Jeff Sessions y William Barr  

 

Pero Letizia era Letizia y asumiría una conducta diferente e inesperada. Entonces fue que emergía una Letizia acumulando un gran poder en la Zarzuela y, lo más sorprendente, un inexplicable control sobre su esposo, el rey. Así la reina tomaba control de lo que no le correspondía en donde se manifestaba de forma realmente preocupante, cuando, después de enfrentamientos con su suegro, Juan Carlos I, prácticamente se le identificara como la responsable de exiliarlo lejos de España en Abu Dabi. Pero, no solo eso, asumiría poderes que aparentemente le arrebataba a su esposo, y declaraba la guerra al resto de la familia real como su suegra y sus cuñadas

 

Pero, más que asertivas y audaces, se podrían describir como temerarias las conductas sexuales de la reina lo que, en su momento, aparecería ante el escaparate mundial su larga relación sexual con el abogado, Jaime del Pardo, a quien, con esa temeridad, seguido lo introdujera a la Zarzuela para que ocupara la cama de su esposo. Una relación que, en estos momentos, cada día emergen vergonzosas evidencias proporcionadas por su amante. Pero, esa no sería la única infidelidad de la reina. Fueron algunas lo que develaría motivación sexual por algo desconocido, y es cuando la debemos encapsular en otras dos posibilidades. La primera podría sugerir que la reina sufra de alguna enfermedad sexual incontrolable. La otra sería simplemente un plan de Letizia para desprestigiar la monarquía que tanto odia, como un paso hacia su destrucción que es lo que ya muchos sospechan 

 

Sin embargo, la temeridad de Letizia no se limitaría a sus aventuras sexuales manejadas con gran descaro, siempre sin mostrar alguna forma o intención de la mínima discreción. Puesto se sabe viajaba con su amante por diferentes lugares de Europa, EU, especialmente Nueva York. Mostrando igual su absoluta falta de preocupación por repercusiones futuras, se han estado intercambiando mensajes, fotos y hasta regalos los que la nueva tecnología, no solo facilita, sino también puede ser una vía condenatoria con las huellas dejadas a su paso en ese nuevo espacio llamado internet, al que todo mundo tiene acceso

 

 

 

Y transitando por esta vergonzosa senda, han surgido graves preocupaciones de que, la reina con su estilo desbocado y, sobre todo, atestiguando la forma tan irrespetuosa con la que trata al rey. Tal vez la preocupación mayor es que esta mujer tan agresiva, de un estilo controlador y golpeador, tiránica y deshonesta, estuviera estableciendo una forma de control más allá de lo tradicional, con un rey luciendo cierta docilidad ante las actuaciones de su esposa. Una reina que agresivamente fuera rechazada por su suegro, Juan Carlos I, quien la hubiera descrito como el enemigo en el interior, o, como el caballo de Troya. Es decir, un peligroso espía operando en las más altas esferas de lo que se pretende penetrar, y, lo verdaderamente peligroso, con la capacidad para influir las acciones de la monarquía como institución