Saturday, March 24, 2018

El odiado liberal mexicano


REFLEXIONES LIBERTARIAS
Ricardo Valenzuela

No cabe duda que Lorenzo de Zavala ha sido una de las figures más controversiales de la historia de Mexico. Un gran enamorado de la libertad que, en su momento, luchó por la independencia de dos países; Mexico y Texas. De padres criollos nacido en Yucatán en 1788, fue político, periodista, medico, diplomático. Fue uno de los responsables de elaborar la primera constitución de Mexico en 1824. Años después, en 1838, por azares del destino, fue también uno de los responsables de darle vida a la primera constitución de la Republica de Texas, y convertirse en su primer vicepresidente.

Zavala siempre se identificaba como un recio luchador por la libertad. Fue hecho prisionero durante la purga de liberales, después del regreso de Fernando VII al trono de España. Siendo uno de los liberales más puros de Mexico, sus luchas serían por establecer los mercados libres, un estado de derecho, libre comercio con todos los países del mundo, democracia liberal, igualdad ante la ley. Algunos historiadores lo consideran un traidor, pero para otros fue un hombre que se dio cuenta del profundo precipicio hacia donde México se dirigía, y entendió a tiempo la incapacidad de los mexicanos para corregir el rumbo, y por ello, decidió buscar su paraíso liberal en otra parte.


Para entender las acciones de Zavala, es importante analizar la situación que Mexico vivía antes de la independencia y, en especial, durante el primer periodo ya como nación independiente. Sumergido en la lucha por las causas de la libertad  en México y los avances de las ideas liberales, Zavala se daba cuenta de la forma cruel en que España las combatía. Pero ante el impulso por esa libertad ya anidado en la mente de los mexicanos, las medidas eran tardías, pues ya el espíritu público había cambiado y se extendía por todas las provincias.  

Al despertar el siglo 19, las publicaciones en México ya no eran como en otros tiempos, poesías fugitivas, elegías, versos eróticos, disertaciones sobre teología, o de un sermón, narraciones de milagros. Ahora hablaban sobre de los principios del derecho social, la soberanía del pueblo, los límites de la autoridad, los deberes de los gobernantes, y otros temas de interés de los ciudadanos. En las escuelas se introducían reformas; filosofía moderna; física experimental; la lógica de Candillac, las doctrinas de Locke, y penetraban hasta los umbrales de los claustros y los colegios.

Los impresos españoles en que se hablaba de los pueblos como soberanos, de los americanos como iguales, de los habitantes como ciudadanos; las proclamas de las autoridades que parecían mendigar la fuerza y los medios de defensa contra un enemigo poderoso, y los sufragios a favor de una legitimidad que no debía tener otro origen que la voluntad del pueblo, fueron creando en los mexicanos deseos que jamás habían conocido; despertando ambiciones ignoradas, y elevando el carácter envilecido por la esclavitud, a la altura de los grandes sucesos. Se abrió la puerta a las obras clásicas de política y legislación: Las obras de Montesquieu, Filangieri, Vattel y otros.

Se despreciaban las censuras. Se generalizaban las doctrinas que habían creado  una nueva organización en las sociedades de los últimos años: El ejemplo de los EU comenzaba a crear el deseo de imitar a estos vecinos felices e ilustrados, pero el progreso de la civilización es lento, especialmente en los países que han estado sumergidos en la ignorancia. El pueblo no sabía leer, los que presumían de ilustrados ignoraban los idiomas extranjeros ¿Cómo poder entender las obras clásicas que enseñaban a los hombres sus títulos de grandeza y elevación que no alcanzaban? Muy pocas estaban traducidas al español: Muy pocos libros españoles tocaban temas interesantes del derecho político, derecho natural, y desenvolvían las importantes materias que realmente concernían al ciudadano.     

Zavala hablaba de cómo el odio a la prepotencia de los españoles, que cada día aumentaba, se unía a la proliferación en la madre patria de ideas de soberanía nacional y sistemas representativos, de donde naturalmente pasaban a Mexico. La literatura liberal encontraba campo fértil en la clase media. Sin embargo, el silencio general que cubría al país después de una sangrienta lucha que duraba 8 años, preocupaban profundamente a Lorenzo de Zavala y se desanimaba.

Pero su desanimo se intensificaba cuando en 1823, Fray Servando Teresa de Mier, pronunciara su famoso ensayo ante el congreso; “Profecías  sobre la Federación”, en donde arremetía contra el destiempo de un federalismo apresurado y afirmaba: “La prosperidad de nuestros vecinos ha sido el disparador de América, pero no lo entendemos porque no se ha ponderado bastante la inmensa distancia entre ellos y nosotros. Ellos eran ya estados separados e independientes. Ellos habían vivido bajo una constitución que, solo suprimiendo el nombre del rey, es la de una república. Nosotros habíamos vivido encorvados durante 300 años bajo el yugo de un monarca absoluto, apenas acertamos a dar un paso hacia el desconocido campo de la libertad.

Ellos son un pueblo nuevo, homogéneo, industrioso, laborioso, lleno de virtudes sociales, educado en una nación libre. Nosotros somos un pueblo heterogéneo, viejo, sin industria, enemigos del trabajo, queriendo vivir del gobierno, ignorante y carcomido por los vicios anexos a la esclavitud de tres siglos. Ellos son un pueblo fuerte, sesudo, tenaz; nosotros una nación de veletas, de ignorantes, débil, tan vivos y tan móviles como el azogue. No podemos mantener el congreso federal y ahora quieren congresos provinciales, ayuntamientos, poderes ejecutivos y judiciales etc. No tienen con qué pagar a sus diputados federales, y ya quieren echarse a cuestas el enorme peso de emplear toda una soberanía”. (El public Choice de Buchanan)

En 1829, siendo Ministro de Finanzas, una vez más el gobierno mexicano era derrocado y Zavala partía al exilio en EU. Ahí tendría la oportunidad de observar el desarrollo del nuevo país en libertad, y los impresionantes resultados que estaba produciendo. En su exilio escribiría el libro; “Jornada hacia los EU de América”, análisis similar a la magna obra de Alexis de Tocqueville; “Democracia en América”. Hacía comparaciones de lo que estaba sucediendo en ambos países y, al igual que Simón Bolívar en su lecho de muerte, entendía y afirmaba el futuro estaba en EU, no en América Latina.

Al regresar a Mexico fue nombrado embajador en Francia. Pero se dio cuenta de la transformación de Santana en un demente dictador, renuncia y declara la guerra al estatismo de tirano. Ante la ferocidad del gobierno de Santana, huye y se refugia en Texas en donde era bien conocido, después de actuar como agente mundial del gobierno mexicano para atraer la inmigración a esa provincia. Ahí se daba cuenta que su sueño de un Mexico libre y próspero, era un sueño irrealizable y México se hundía en un infierno del cual todavía no emergemos. Zavala entonces tomó como su nueva bandera el establecimiento de la Republica de Texas. 

Lorenzo de Zavala falleció en Texas en el año 1836, el mismo año que Santana de nuevo imponía una constitución centralista.

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