Tuesday, August 22, 2017

El vaquero libertario y poeta V



REFLEXIONES LIBERTARIAS
Ricardo Valenzuela
Ahora sí, Sr. Vallian, usted tiene la palabra para que me diga qué piensa de todo esto. El vaquero sacudiendo la cabeza como para salir de un profundo sueño le dice: Pues mire, don Julián, estoy al mismo tiempo impresionado, entusiasmado y confundido. Impresionado por la forma que usted describe con tanta puntería lo que sucede y, más importante, lo que puede suceder en esta región del mundo, al igual que las consecuencias que esto pueda acarrear. Entusiasmado porque su elocuencia y su pasión son realmente contagiosas, al mismo tiempo que, lo que usted describe, es un proyecto cubierto de idealismo, pero igualmente cubierto con sentido común. Lo que describe es un deber abandonado y al mismo tiempo un grito invitando, y me llega otro de los pensamientos de Jefferson: “El coraje y el valor de un hombre, hace la mayoría”.  Confundido porque estoy ante un concepto novedoso, y, como decía mi padre, no sé cómo hacer el quehacer.

 
Mire don Julián, yo siempre he sido un hombre que maneja sus asuntos con cautela. Creo que necesitamos platicar mas antes de que yo le pueda dar una respuesta que, desde ya le digo, todo me apunta a que esa respuesta será positiva. Bien revira don Julián ¿Qué le parece si pasa esta noche en el rancho y de esa forma tendríamos el tiempo requerido? Me parece bien, responde el vaquero con una amplia sonrisa. Perfecto, responde don Julián, entonces pasemos al comedor pues ya es hora del almuerzo. Pasan a un bello comedor y las muchachas  inician a servir los platos que serían acompañados del mejor vino español. Durante la comida, el hacendado le da al vaquero más información de su persona. Así se entera que había perdido a su esposa hacia algunos años, a causa de una grave enfermedad. Se entera también que tenía dos nietos; Lorenzo e Isabel de Zamora, quienes vivían en el este. Lorenzo, ejerciendo como abogado en Nueva York, en donde había estudiado y decidiera asentarse, e Isabela estudiando en Filadelfia.

Con el dolor dibujado en el rostro, le platica había perdido a su único hijo, cuando la caravana en que viajaba hacia El Paso fuera atacada por los apaches, provocando una sangrienta masacre. Se enteraba también que, siendo aun Nuevo Mexico parte de la Nueva España, cuando él era un solo un niño, estuvo estudiando en la ciudad de Mexico y en Guadalajara, pero extrañaba mucho la vida del rancho y, después de solo un año, regresaba a Los Sicomoros. Al final de la comida propone el Hacendado, descansaremos un rato y más tarde montamos un par de buenos caballos, para enseñarle los alrededores y continuar nuestras platicas. Perfecto, responde Vallian, y una de las muchachas lo dirige hacia su habitación. Se tira en la cama y deja volar sus pensamientos. No cabía duda de que don Julián era un hombre excepcional y sus ideas eran revolucionarias.

Al tiempo convenido, uno de los vaqueros llega a la casona con un par de hermosos caballos ensillados, un moro y otro retinto. ¿Cuál te gusta? Le pregunta ahora don Julián en español y tuteándolo. El hacendado se sorprende cuando Vallian le responde en perfecto español; siempre me han gustado los caballos moros, me quedo con este, acariciando al moro. Don Julián sin salir de su asombro le pregunta ¿Cómo es que hablas tan bien español? Le responde el vaquero, yo nací, aquí en Nuevo Mexico, pero estando muy chamaco mi padre consiguió trabajo en un rancho cerca de lo que ahora es Eagle Pass. En esa región todavía no habían llegado los inmigrantes gringos, ahí había puros mexicanos y tuve que aprenderlo. Inclusive, mis años de escuela fueron en español.

Cabalgando ya sobre las largas lomas cubiertas de pasto color oro, don Julián le pregunta ¿Qué piensas de la anexión de Texas y el suroeste de los que es ahora EU? El vaquero responde. Es un tema difícil de opinar porque levanta muchas pasiones, pero estoy seguro no es el caso entre nosotros. Así es, revira rápido el hacendado. Responde con toda honestidad, dice el ranchero. Bien, revira el vaquero. Yo pienso que en relación a este evento, para Mexico el gran culpable somos nosotros, todos los americanos. Para los americanos con un poco mas de conocimientos, sabemos que todos los territorios de Mexico que pasaron a los EU, estaban totalmente abandonados puesto que, después de la independencia, los políticos mexicanos luchaban por el poder sin ocuparse de gobernar. Ahora, aquí en nuestro país, a diferencia de Mexico, la maquinaria política que crearon los padres de la patria, funcionaba a la perfección y, haciendo a un lado la guerra civil, sigue funcionando, que no es el caso de Mexico.

Yo pienso que la respuesta a este enigma, nos la va a dar el tiempo. Es decir, en unos 100 años el mundo será testigo de la forma en que, tanto Mexico como la parte anexada, habrán manejado sus asuntos para alcanzar sociedades que, como lo escribiera Jefferson, tengan la libertad para ir en busca de su felicidad. Qué clase de gobiernos se desarrollen en los dos países, y más importante, que clase de sociedades emerjan. Porque si Mexico sigue apegado a la receta de la monarquía española, su estatismo, su mercantilismo, su falta de libertad, su economía dirigida por gobiernos ineptos y corruptos, yo no le auguro un futuro interesante. En estos momentos, a menos de un siglo de la  independencia de ambas naciones, ya se puede observar el éxito de los EU en el mismo “Nuevo Mundo”, en el mismo paralelo de la historia. Mientras que en Mexico vemos su inhabilidad para emerger como una nación capaz de redimir, o al menos razonablemente mejorar, la gran pobreza que continúa expandiéndose. Mexico no ha logrado una forma de gobierno estable, más que dictaduras que solo saben actuar con gran represión y arruinan al país.

Y es que Mexico fue conquistado por un país que, y me disculpa don Julián, en muchos aspectos es admirable, pero siempre ha rechazado la emergencia del espíritu del modernismo, ha construido murallas contra la emergencia del racionalismo y el pensamiento libre—es decir, contra las bases de la moderna revolución industrial y liberal, y la economía libre. Un país que en gran parte sigue controlado por la iglesia católica, enemiga de la libertad, y también de los hombres que expresan una sana ambición para hacer fortuna sin tener que recurrir al gobierno. La economía de Mexico es y, me temo, por muchos años será, una economía anti crecimiento y anti desarrollo, que solo producirá crecimientos alfeñiques y muchos problemas.

Yo pienso que Mexico es un potro salvaje que no se puede amansar, y el mismo libertador de gran parte de Sur América, Simón Bolívar, lo dijo aplicado a toda América Latina: Yo fui el comandante de esta región por más de 20 años, y así pude llegar a algunas conclusiones definitivas: 1)América Latina es ingobernable; 2) Lo único que las revoluciones han traído a esta región, es el sentimiento de haber estado arando en el mar; 3) La acción más inteligente que se puede tomar, es emigrar a países más libres, como esa nueva nación en el norte; 4) Toda la región, sin lugar a dudas, caerá bajo la dominación de obscuros tiranos de todas las razas y colores; 4) Por mas heridos que nos dejen todos los crímenes cometidos y agotados por los excesos de los tiranos contra el pueblo, jamás deberíamos pensar en buscar a Europa para que nos reconquisten; 5) Si alguna parte del mundo está destinada a regresar al caos, será toda América Latina.

El ranchero sonriente le responde. Ahora el impresionado soy yo. No tenía idea de la profundidad de tus conocimientos de historia y política internacional. Y no solo estoy de acuerdo contigo, regresando al rancho te voy a regalar un libro en el cual, Fray Servando Teresa de Mier, en su discurso ante el congreso mexicano, hace una comparación entre las sociedades de Mexico y EU, para entender el rumbo tan diferente que ambos países están siguiendo y, en especial, a donde arribarán. Esta región está destinada a mostrar cómo el gran experimento de un novedoso sistema político y económico, será el ejemplo para el mundo.

Entonces, desde ese punto de vista y ese análisis válido, yo pienso igual que tu, que la historia de alguna forma definirá la naturaleza de estas acciones que, aunque en su época fueran tal vez ilegales o injustas, y en estos momentos pueden ser dolorosas e injustificables para México, es muy seguro lo sean durante muchos años, para mantenerse como una de las grandes heridas que hagan muy difícil la relación entre los dos países.


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