Sunday, July 9, 2017

¿CONVENCION HACENDARIA O TORRE DE BABEL?



REMEMBRANZAS LIBERTARIAS
Ricardo Valenzuela
  
Hace unos días provocaba controversia cuando en uno de mis escritos sentando la democracia al banquillo de los acusados, le colgaba la etiqueta de provocadora de infinidad de problemas, para declararla inadecuada. La democracia es el gemelo del comunismo, afirma Davison en su libro; “El Individuo Liberado.”

He recibido infinidad de mensajes de simpatía ante mis afirmaciones en contra de la tiranía de las masas, pero, también bastantes en los que el piropo menos agresivo que se me obsequia, es el de fascista, nazi, monarquista y el mejor; Pinochetano.

Días después los profesores de las facultades de leyes de la Universidad de California en San Diego y, Northwestern en Chicago; John Mc Gines y Michael Rappaport, dan a conocer una investigación señalando que, el Waterloo en potencia del presidente Bush no es la guerra con Irak, sino el incremento irracional del gasto público. Durante los últimos dos años se disparó en un preocupante 8% anual. Ello, afirman los juristas, demuestra la incapacidad de la democracia para controlar esa “ruta hacia la servidumbre,” o bien, la habilidad para empujarnos hacia ella. 

El gasto del gobierno en los EU ha sufrido un incremento de un 2% del PIB a principios del siglo XX, hasta arribar en estos momentos a casi 20%. Pero lo alarmante es que, el aumento en cantidad no ha sido correspondido con su calidad que se deteriora cuando en lugar de aplicarlo a proporcionar servicios públicos de calidad, se ha convertido en transferencias de unos grupos a otros. Los contendientes se baten a través de sus representantes en el congreso, no solamente para incrementar el gasto, sin hacerlo totalmente improductivo pero a su beneficio.

Nosotros siempre a la espera de las señales navegando del norte, cuando le conviene a la clase política, de inmediato las ponemos en práctica. “Los EU también deben mucho dinero,” me afirmaba Leopoldo Santos en nuestro encuentro en Controversia. Lo que no me permitió aclarar es que, la deuda de los EU representa el 30% de su PIB mientras que la nuestra se sitúa en un criminal 110%. La de los EU es totalmente pagable mientras que la nuestra, es comparable a un pagaré del Ralfo Murillo.

Este es al gran debate mundial. Los republicanos  aceptan la teoría del Supply—Side afirmando el que, impuestos exagerados son mucho más letales para la economía que razonables incrementos en el déficit. Los demócratas ahora abrazan la teoría de Rubin ex Secretario del Tesoro de Clinton, cuando reviran el que los déficits son destructivos y deberían combatirse con incremento en los impuestos. La gran interrogante es: ¿el capital disponible está en mejor custodio con el gobierno o en la sociedad civil?, mientras que todos siguen gastando.

Hace 40 años la deuda de los EU era de 43% en relación al PIB. Disminuyó a un 24% en 1974, se incrementaba de nuevo hasta un 49% en 1993, disminuía a un 33% en el 2001 y, la Oficina del Presupuesto proyecta un nivel de 30% para finales de la década. Pero he aquí las sorpresas. El crecimiento economico promedió un punto porcentual más alto (3.5%), en los años en que la deuda  se ubicaba por encima del 30% del PIB, comparado con los años de una deuda inferior a ese nivel (2.5%). El desempleo en los años de bajo endeudamiento promedió 6.5% y, en los de endeudamiento superior promediaba 5.6%. Inflación en años de baja deuda promediaba 7.6% mientras que, en los de alta deuda 2.9%.

En el cumpleaños numero 93 del ex presidente Reagan, se le empieza a dar un reconocimiento a su estrategia de los años 80 cuando se embarcaba en una empresa que para muchos parecía imposible. Regresar a la sociedad civil el dinero ganado con el sudor de su frente, al mismo tiempo que iniciaba la reconstrucción del aparato militar abandonado y que, finalmente postrara al comunismo sobre sus rodillas. Pero Reagan demostraba otra cosa: No hay relación entre el crecimiento del déficits y aumento de intereses. Al mismo tiempo que endeudaba el país invirtiendo en su futuro, los intereses bajaban estrepitosamente.

“Algunos” americanos han entendido algo que a nosotros nos parece esperanto: “Es mucho mas dañino para una economía  gravar el capital que gravar al consumo.” Pero los politicos progresivos siguen amagando con gravar el ingreso “de los ricos” sin entender que, gravando ganancias de capital, dividendos, utilidades de corporaciones, atacan directamente el ahorro y la inversión para de esa forma deprimir eso; la inversión, productividad, la formación de capital, el crecimiento de los salarios y así, el más perjudicado es el trabajador. La curva de Laffer nos demuestra el que, impuestos superiores a un 20%, promueven economías anímicas y es cuando el ingreso del gobierno disminuye.

Las estrategias de Rubin de producir superávits tan admiradas por los miopes, en realidad lo que produjeron fue una costosa hemorragia de capital productivo del sector privado, para reducir una deuda de costo muy inferior a ese valor. Si en el año 2000, en lugar de provocar esos superávits la administración de Clinton hubiera activado un recorte de impuestos marginales, el doble gravamen de los dividendos y los impuestos corporativos, sin duda la recesión se hubiera evitado.

En las últimas tres décadas, el gasto del gobierno federal en los EU en relación  a su PIB ha variado de un 19% en el 2000, a su mas alta expresión de 23% en 1983 cuando Reagan invertía en el futuro que hoy disfruta el país. Este año deba representar un 20%, sin embargo, los candidatos demócratas vuelven a su vieja amenaza de gravar de nuevo al capital, lo que no hay duda provocaría otra recesión. Ford cometió ese error en 1974, Carter lo repitió en 1980, y Bush I en 1990, siempre con los mismos resultados.

Bush II a diferencia de Fox, no nada de muertito y se juega su resto en una agresiva y audaz estrategia similar a la de Reagan cuando tratando de erradicar el terrorismo mundial, se tira también a regresar el capital a la sociedad civil en un recorte permanente de impuestos, manteniendo un déficit de un 2% y una deuda de menos del 30% de su PIB.

Pero el gasto del gobierno para conseguir votos se sigue asemejando al de los albañiles en fin de semana cuando a través del “proceso democrático,” el nuevo presupuesto incluye el programa especial de Medicare, subsidios a la agricultura, nuevos incentivos al transporte etc. Sin embargo, este es un lujo que sólo se pueden permitir los países que por siglos crearon riqueza pero, ¡cuidado…..ahí viene la eurosclerosris y tal vez el amereumatismo!.

En al Inter los EU con una deuda de un 30% de su PIB, transitan en su flamante Mercedes una carretera pavimentada hacia su futuro, mientras que nosotros con una deuda del 110%, cabalgamos una destartalada charanga con el chofer sin licencia, en una vereda más peligrosa que la vieja ruta seguida por los feroces apaches en el río de Sonora durante el siglo XIX.

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