Por Jordi Pàmies
Se suele decir que el mercado de las
criptomonedas en general y de bitcoin en particular, presenta algunos
problemas de encaje dentro de la Teoría Austríaca. El argumento
principal de los críticos del dinero virtual es que no encuadraría en el
Teorema de la Regresión de Mises.
En este teorema, escrito por el autor austríaco en 1912 en su libro Teoría del Dinero y el Crédito,
una moneda es demandada hoy porque se cree que mañana va a conservar su
valor, es decir, que va a mantener su poder adquisitivo. De una forma
parecida, en el pasado se demandó esa moneda porque se pensó que hoy en
día mantendría su poder adquisitivo. Podríamos continuar haciendo una
regresión en el tiempo hasta el momento en el que ese bien, que hoy es
dinero, no se usaba como medio de cambio sino con otros fines no
monetarios. Es decir, básicamente se valoraba a ese bien por la utilidad
no monetaria que tenía. Por ejemplo, lo metales preciosos como el oro o
la plata tenían usos ornamentales o industriales antes de usarse como
dinero, de la misma forma, otros bienes que han sido usados como dinero
históricamente como el ganado o la sal, tenían utilidades nutritivas o
de conservación muy apreciadas previa a su uso generalizado en los
intercambios.
Carl Menger también tenía esta consideración evolutiva del dinero en su obra El Origen del Dinero y enumera las propiedades del buen dinero, ya sea como medio de cambio o como depósito de valor:
- Demanda no monetaria previa: es decir, debe tratarse de bienes que tengan una demanda más allá de su uso monetario pues su valor no monetario es previo al uso dinerario.
- Accesibilidad: debe ser posible obtener ese determinado bien y además su obtención y explotación no debe estar restringida jurídicamente.
- Facilidad de transformación: para su utilización como unidad de cuenta, debe ser posible su desatesoramiento en porciones homogéneas.
- Atesorabilidad: tanto respecto a la conservación de valor a lo largo del tiempo como a la posibilidad de desatesorar una parte sin mermar el valor del dinero restante.
- Escasez relativa: especialmente en cuanto al dinero como depósito de valor, ya que un gran aumento de la producción global reduciría de forma importante el patrimonio personal.
- Estabilidad de valor: ante cambios geográficos, temporales o de cantidad.
Pese a esto, conviene aclarar que un
bien puede cumplir funciones parciales del dinero aunque no sea estable
ante cambios espaciales, temporales y de cantidad a la vez, como
ejemplo, el dinero fiduciario actual.
Murray Rothbard apuntaba en la misma línea:
A commodity that comes into general use as a medium of exchange is defined as being a money. It is evident that, whereas the concept of a “medium of exchange” is a precise one, and indirect exchange can be distinctly separated from direct exchange, the concept of “money” is a less precise one. The point at which a medium of exchange comes into “common” or “general” use is not strictly definable, and whether or not a medium is a money can be decided only by historical inquiry and the judgment of the historian.
Siguiendo este significado, parece
difícil encontrar encaje a bitcoin o al resto de criptomonedas dentro
del Teorema de la Regresión de Mises, pues es complicado encontrar una
utilidad anterior de estas divisas electrónicas antes de que fuesen
utilizadas como medios de cambio. Sin embargo, Konrad Graf
señala que esa argumentación se debe a una mala interpretación del
Teorema de la Regresión de Mises y aporta una perspectiva distinta:
argumenta que el teorema no es una hipótesis que debe ser testada, sino
que más bien nos dice que esas criptomonedas tienen un valor antecedente
a su utilización como medio de cambio y que nuestra tarea consiste en
descubrir cuál fue ese valor anterior.
En nuestra opinión, estos argumentos
caen en un error, y no es otro que el de requerir que el dinero tenga un
valor no monetario previo. Los beneficios aportados por un bien en su
uso como dinero no deberían precisar que sean aportados por su valor no
monetario, sino que cumpliendo algunas de las características del buen
dinero vistas anteriormente podría cumplir perfectamente la misma
utilidad. Imaginemos que de repente las preferencias de los agentes
hacia el oro como bien ornamental desaparecen, ¿supondría esto que el
oro pasaría a ser un peor dinero? No tiene por qué, es la demanda
latente lo que importa.
Si el dinero, como cualquier otro bien,
deriva su valor de los beneficios que ofrece, cuesta imaginar por qué es
necesario que esos beneficios tengan unos antecedentes. El hecho que
una criptomoneda permita transacciones seudónimas, irreversibles, a un
coste menor y en un menor tiempo son atribuciones suficientes como para
darles valor, sin necesidad de un “precursor”. ¿Si no existe tal
limitación en ningún otro bien, por qué debería tenerlo el dinero?
Praxeológicamente, ninguno de esos requisitos es esencial y los
beneficios dinerarios de un bien pueden ser tan útiles como lo son los
no dinerarios. En este sentido, y tal como mencionan Graf y Onge,
las criptomonedas no suponen un reto para el Teorema de la Regresión
sino más bien una confirmación. En su nacimiento, las criptomonedas
ofrecieron útiles características que les dieron interesantes “usos”, lo
cual derivó en una demanda que no existía antes de su creación y esa
demanda surge de los beneficios que tiene su utilización respecto al
dinero convencional. Bitcoin es útil como dinero en tanto y cuanto sus
propiedades son apreciadas como medio de cambio: escaso, difícil de
falsear, homogéneo, transportable o divisible y es la utilidad percibida
de estos beneficios lo que hace que bitcoin sea valorado sin haber
tenido una demanda no monetaria previa.
En definitiva, el valor de bitcoin no
viene determinado por su utilidad no monetaria sino que se establece por
sus cualidades como medio de cambio (en continua expansión y claramente
superior al dinero fiduciario), unidad de cuenta (con el resto de
criptomonedas) y depósito de valor (cada vez más estable, incluso
utilizado como activo refugio).
Debido a su propia naturaleza, donde los
costes de producción de nuevas criptomonedas son realmente bajos, se
abre un abanico enorme de posibilidades que hacen que estemos ante unos
años apasionantes en lo que a la teoría monetaria se refiere.
No comments:
Post a Comment