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Thursday, October 13, 2016

Evitar endeudarnos para pagar deuda

Víctor Pavón indica que quienes avalan el endeudamiento no consideran la debilidad tributaria, que resulta de una falta de eficiencia en la administración pública y de provisión de bienes públicos como infraestructura.

Víctor Pavón es Gerente Ejecutivo de la Asociación Paraguaya de Universidades Privadas- APUP y autor de los libros Gobierno, justicia y libre mercado y Cartas sobre el liberalismo.
El importante incremento de la deuda pública no es un tema menor si se pretende contar con finanzas sanas y, sobre todo, por las consecuencias que tiene sobre los individuos y la empresa privada, verdaderos promotores de la riqueza económica.



Toda deuda se paga con intereses y otros gastos. Si la recaudación tiene inconvenientes como en efecto ocurre con la administración de la hacienda, entonces la deuda más temprano que tarde tendrá problemas de pago. Se dirá que precisamente para eso está la deuda, para crear las condiciones en infraestructura de modo a que la caja estatal posteriormente se encuentre recompensada con el aumento de sus ingresos. Esta tesis la esgrimen por lo general los que hacen de la economía una econometría, una serie complejos cálculos que hacen luego imposible la vida de la gente.
Nuestro sistema impositivo, es cierto, resulta atractivo. El 10 por ciento de Impuesto al Valor Agregado, diez a la renta y diez a las empresas. Estemos o no de acuerdo con la renta personal, la citada estructura tributaria es una buena señal para los mercados, nacionales y extranjeros, más aún si la comparamos con las de la región e incluso con Europa y EE.UU.; sin embargo, no lo sabemos aprovechar, dejamos pasar oportunidades de más y mejores inversiones de capital.
Los econometristas que avalan el endeudamiento no toman en cuenta la debilidad tributaria constatada en la baja calidad del gasto público y en la inoperante burocracia, así como tampoco se percatan de que los gobiernos de turno no se han mostrado eficientes en el buen uso de los impuestos que hoy se pagan (falta de contra prestación), lo que se traduce en la ausencia de infraestructuras básicas para el desarrollo, como autopistas en todas las regiones, puentes, alcantarillado, hospitales etc.
Se olvidan los economistas matemáticos que la sostenibilidad financiera no depende de contraer cada vez más deudas. La sostenibilidad de las finanzas depende de la economía privada, aquí y en cualquier lugar del mundo. Es la economía privada la que paga los impuestos y las deudas. Y si se contraen más deudas sin que la economía privada se muestre pujante, entonces pronto aparecen el déficit, el constante atraso en honrar la deuda contraída hasta el default, la cesación de pagos.
En cuanto al endeudamiento se refiere, la misma puede ser una herramienta de contingencia debido a que no siempre se cuenta con el efectivo necesario para llevar a cabo ciertos emprendimientos. Pero con el aumento de la producción y la productividad, así como la disminución de los costos en la economía, pronto las deudas se van pagando solas.
El problema está cuando un país empieza a endeudarse continuamente para cancelar obligaciones que deberían pagarse con ingresos propios. El endeudamiento que empieza a pagar los intereses de la deuda anterior no es buen consejo ni un buen escenario para la política y la economía. Este tipo de deuda se transforma en un gasto innecesario y peligroso para la sostenibilidad de las finanzas sanas así como para la economía privada que llevan a cabo los individuos y las empresas, siendo éstos últimos los que se hacen cargo de cada gasto —aun el más mínimo— o deuda que realiza el Estado.

Evitar endeudarnos para pagar deuda

Víctor Pavón indica que quienes avalan el endeudamiento no consideran la debilidad tributaria, que resulta de una falta de eficiencia en la administración pública y de provisión de bienes públicos como infraestructura.

Víctor Pavón es Gerente Ejecutivo de la Asociación Paraguaya de Universidades Privadas- APUP y autor de los libros Gobierno, justicia y libre mercado y Cartas sobre el liberalismo.
El importante incremento de la deuda pública no es un tema menor si se pretende contar con finanzas sanas y, sobre todo, por las consecuencias que tiene sobre los individuos y la empresa privada, verdaderos promotores de la riqueza económica.


Thursday, September 8, 2016

Privaticemos: Los gobiernos han fracasado en la conservación de las especies en peligro de extinción

La protección de las especies en peligro de extinción es un área en la que la mayoría de los economistas afirman que hay un fallo del mercado. Debido a esto, la mayoría de la gente cree que esta tarea solo puede llevarse a cabo a través de acciones del gobierno. En todo el mundo, los gobiernos han intentado diversos métodos para hacerlo. Entre los método más populares está la creación de parques nacionales o las reservas de animales y, a través de la ley, la protección de los animales frente a su caza o control. En 1966, Estados Unidos aprobó la Ley de Conservación de Especies en Peligro de Extinción, que incluía 78 especies diferentes que había que proteger. Desde entonces, solo dos de esas 78 especies originales se han recuperado y tres se han extinguido.



Ahora hay más de 9.000 especies la lista de especies en peligro de extinción. A pesar del encargo de “detener e invertir la tendencia hacia la extinción de especies, a toda costa”  (Tennessee Valley Authority v. Hill) y de que la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) tiene un presupuesto anual de casi 2.000 millones de dólares, la tasa de éxito de las especies en peligro de extinción es menor del 1%. Sin embargo, el intento de salvar las especies en peligro extinción no es imposible de lograr. A continuación indico tres casos diferentes en los que se invirtieron estas tendencias con muy poco coste (e incluso con beneficios).

El elefante africano

En 1989, la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, por sus siglas en inglés) prohibió el comercio internacional de marfil tratando de proteger a los elefantes del exceso de actividades de caza. Esta prohibición en realidad creó un mercado negro del marfil muy lucrativo, que llevó a cantidades aún mayores de caza furtiva de elefantes. Según los profesores Stuart Chapin III, Gary Kofinas y Carl Folke, en Principles of Ecosystem Stewardship: Resilience-Based Natural Resource Management in a Changing World: “tratando de ocuparse del problema de la conservación del elefante durante las décadas de 1970 y 1980, muchos países africanos crearon parques nacionales y otras formas de áreas protegidas que restringían todos los usos locales de los elefantes”. Estos cambios bienintencionados también generaron consecuencias graves, incluyendo cosechas destruidas, miedo entre los residentes y en algunos casos muertes por aplastamiento. Además, no había excepciones ni disposiciones sobre el uso de recursos por parte de pueblos indígenas o personas a nivel de subsistencia.”A pesar de la designación de la CITES y la existencia de áreas protegidas con guardias, creció un comercio ilegal organizado de productos del elefante, dirigido a los compradores del mercado negro”.
Las regulaciones públicas no bastaron para detener este problema. Para algunos, quedaba claro que era necesaria una fuerte implicación de la comunidad. “Zimbabue fue el primer país en África en reconocer la conservación por utilización, que aceptaba que los propietarios de tierras deberían beneficiarse de la vida silvestre”. Para este propósito, se creó un programa llamado Communal Areas Management Program for Indigenous Resources (CAMPFIRE). ”En el momento en que empezó, CAMPFIRE era único en África, al dar a poder a las comunidades locales para distribuir los beneficios de la caza con trofeo a los pueblos cercanos a las reservas, estimulando así la conservación”. Los beneficios de estas cazas iban directamente al pueblo o se usaban para infraestructura local. Estos cambios generaron un aumento drástico en la implicación de la comunidad y permitieron a las tribus indígenas utilizar completamente sus siglos de conocimientos tradicionales de conservación. Los resultados finales de estos dos años de experimentación fueron prometedores. Según los informes, hubo un “aumento drástico en las denuncias de incumplimientos de las regulaciones de caza, porque los residentes de la comunidad estaban empezando a ayudar a aplicar dichas regulaciones para salvaguardar sus recursos” (cursivas añadidas).
Aunque CAMPFIRE fue el sistema con más éxito intentado hasta entonces, seguía sin ser perfecto. Acabó fracasando debido a problemas de administración top-down, distribución desigual y corrupción política. Acabó disolviéndose debido a levantamientos políticos en países africanos. Aunque este programa implicación de la comunidad fue un paso en la dirección correcta, evidentemente no fue lo suficientemente lejos.

El rinoceronte sudafricano

En una situación muy similar a la del elefante, el gobierno sudafricano está teniendo dificultades a la hora de proteger al rinoceronte frente la caza furtiva. Su respuesta para combatir este problema: hacer que los gobiernos se retiren completamente. Según Mike Cohen y Paul Burkhardt en Bloomberg, el “gobierno sudafricano está pidiendo la comunidad internacional legalizar el comercio de cuerno de rinoceronte como medio para salvar al animal y luchar contra la caza furtiva”. Su argumentación es que el comercio ilegal de marfil ha creado un mercado negro muy lucrativo que da enormes incentivos para la caza furtiva. Al mismo tiempo, la ilegalización de marfil también elimina cualquier incentivo de beneficio para proteger a estas especies por parte de los dueños de los terrenos. Sudáfrica espera que legalizando la venta de marfil se reduzca enormemente el mercado negro y que los dueños privados de tierras (que pueden gestionar el recurso más eficaz y eficientemente) tengan un incentivo para protegerlos e incluso hacer aumentar su cantidad.

El bisonte americano

Una de las pocas historias de tragedia convertida en éxito de especies en peligro de extinción se refiere al bisonte americano. La tragedia se produjo cuando las poblaciones de bisontes pasaron de estimaciones en decenas de millones antes de 1800 a solo unos pocos cientos solo 80 años después. Este rápido declive y casi extinción se atribuye a por lo general a una “tragedia de los comunes” (es decir, a una falta de derechos de propiedad privada). Al ir aumentando la demanda de los productos del bisonte, empezaron a cazarse desmesuradamente, ya que estaban ubicados en tierras que no eran propiedad de blancos y por tanto se consideraba justo que cualquiera los pudiera cazar. Los ferrocarriles a menudo a pagaban para que se mataran bisontes indiscriminadamente para evitar retrasos, y como los retrasos costaban dinero a las empresas ferroviarias, no había ningún incentivo financiero para proteger al bisonte. Según Benjamin Wiegold en su artículo “Especies en peligro de extinción, propiedad privada y el bisonte americano”, el ejército de EEUU bajo el general William Sherman incluso “adoptó una política de tierra quemada, que incluía intentos de erradicar el bisonte de las praderas”.
Los intentos del gobierno de proteger a estos bisontes no tuvieron éxito. En “1872 se creó el Parque Nacional de Yellowstone como refugio seguro, pero la caza furtiva siguió siendo un problema importante. Henry Yount, recordado por su tiempo en Yellowstone como primer rallyes de un parque nacional, dimitió después de sólo 14 meses en el trabajo, porque sabía que sus esfuerzos por sí solos eran inútiles.
Por suerte, una solución de libre mercado proporcionó un futuro mucho mejor para el bisonte. Viendo el declive como una oportunidad, varios rancheros empezaron a crear bisontes salvajes en sus ranchos y tuvieron mucho más éxito a la hora de protegerlos. Mientras que la población de Yellowstone pasó de 25 a 23 de 1884 a 1902, las poblaciones de bisontes de propiedad privada fueron capaces de crecer hasta un total estimado de 700. “Esta tendencia ha continuado durante más de un siglo, ya que en la década de 1990 la relación era de 25 mil bisontes de propiedad pública por 250.000 de propiedad privada”.
En cada uno de estos casos, las aproximaciones top-down no solo eran inadecuadas, sino que muchas de ellas hicieron que los animales pasaran a estar en peligro de extinción. En los casos en los que los derechos de propiedad quedan intactos, claramente definidos y protegidos, el incentivo del beneficio es más probable que asegure que estos animales continúen prosperando.

Privaticemos: Los gobiernos han fracasado en la conservación de las especies en peligro de extinción

La protección de las especies en peligro de extinción es un área en la que la mayoría de los economistas afirman que hay un fallo del mercado. Debido a esto, la mayoría de la gente cree que esta tarea solo puede llevarse a cabo a través de acciones del gobierno. En todo el mundo, los gobiernos han intentado diversos métodos para hacerlo. Entre los método más populares está la creación de parques nacionales o las reservas de animales y, a través de la ley, la protección de los animales frente a su caza o control. En 1966, Estados Unidos aprobó la Ley de Conservación de Especies en Peligro de Extinción, que incluía 78 especies diferentes que había que proteger. Desde entonces, solo dos de esas 78 especies originales se han recuperado y tres se han extinguido.


Wednesday, July 6, 2016

"Doing Business": un ránking que incomoda a algunos gobiernos

Steve Hanke
 
Steve H. Hanke es profesor de economía aplicada en la Johns Hopkins University en Baltimore. Hanke se desempeña como presidente del Toronto Trust Argentina en Buenos Aires, el fondo mutual con el mejor desempeño en el mundo en 1995. Ha sido asesor de varios gobiernos en un diverso conjunto de temas políticos. Actualmente es consejero estatal y asesor del presidente de Montenegro y asesor del ministro de economía y finanzas de Ecuador. En 1998. Hanke fue nombrado una de las 25 personas más influyentes en el mundo por la revista World Trade, y un Asociado Distinguido de la International Atlantic Economic Society.
El Banco Mundial ha estado produciendo su reporte anual Haciendo Negocios desde 2004 y el ránking en su edición de 2014 ubica a Hong Kong en la segunda posición de las 189 economías incluidas, en contraste con la posición no. 96 para la China continental. Esto difícilmente parece ser algo controversial.
Su ranking, basado en diez factores que reflejan la facilidad con que los empresarios y negocios pueden desempeñar actividades económicas en determinada economía, ofrecen una manera imparcial de analizar el ambiente de negocios.



Mientras que algunos líderes mundiales han visto en la posición relativamente baja de sus países en el ránking un reto para implementar reformas económicas, otros países -el más destacado es el caso de China- han estado presionando al Banco Mundial para que elimine los ránkings y debilite el análisis hasta dejarlo relegado a la irrelevancia.
Después de todo, con tantos datos poco fiables saliendo de las oficinas estatales de estadísticas oficiales estos días, parecería ser una herramienta  útil —no solo para los negocios, sino también para los gobiernos. De hecho, desde 2005, un total de 1.940 reformas se han implementado en distintos países que han mejorado su posición en el ránking.
Como resultado, sin embargo, unos pocos países (específicamente aquellos con una posición menos favorecida en el ránking) no están muy contentos con el reporte.
Mientras que algunos líderes mundiales han visto en la posición relativamente baja de sus países en el ránking un reto para implementar reformas económicas, otros países -el más destacado es el caso de China- han estado presionando al Banco Mundial para que elimine los ránkings y debilite el análisis hasta dejarlo relegado a la irrelevancia.
De hecho, bajo la presión de China y otros, el presidente del Banco Mundial Jim Yong Kim comisionó un panel para “estudiar” los ránkings de Haciendo Negocios y presentar recomendaciones para realizar “mejoras”. No debería sorprender que la comisión haya recomendado eliminar los ránkings ordinales y pasar a una evaluación menos vergonzosa de cada país.
Las recomendaciones del panel no son nada más que un intento ligeramente disfrazado de vaciar de sustancia al reporte. Eliminar los rankings ordinales y “reformar” la metodología del reporte tendría el efecto de destruir completamente su credibilidad y utilidad como una herramienta para el diseño de políticas públicas.
Afortunadamente, el reporte Haciendo Negocios tiene un aliado muy importante -el presidente Kim. Una campaña para salvar al reporte también ha sido montada por el co-fundador del reporte, el ex vicepresidente del Banco Mundial Michael Klein.
Estos conocedores del Banco Mundial reconocen un hecho simple -uno que muchos empresarios, políticos, burócratas y economistas como yo, desde hace mucho hemos comprendido. El reporte Haciendo Negocios representa una de las pocas medidas uniformes y objetivas para medir el progreso de la reforma económica a través del tiempo.
Las medidas objetivas como Haciendo Negocios son importantes porque, como el difunto profesor Oskar Morgenstern documentó en su clásico ensayo “Acerca de la precisión de las observaciones económicas”, la incompetencia y la prestidigitación caprichosa de muchos gobiernos varias veces resultan en que las cifras oficiales sean menos que confiables.
La solución a este problema es desarrollar estadísticas imparciales, utilizando datos objetivos. Mientras que cifras oficiales y a nivel macro como el PIB per cápita son importantes, también deben ser complementadas con datos a nivel micro acerca de factores como el cumplimiento de los contratos y el acceso a la electricidad.
Aquí es donde contribuye el reporte Haciendo Negocios. En lugar de depender de las frecuentemente dudosas estadísticas oficiales, el reporte utiliza datos recolectados de más de 9.000 contadores, abogados, ingenieros, y otros profesionales de negocios de alrededor del mundo. El reporte provee datos vitales acerca de las fortalezas y debilidades estructurales de determinada economía.
Por “estructurales”, simplemente me refiero a las “reglas del juego” para empresas pequeñas y medianas -en resumen, los costos regulatorios impuestos por el Estado al establecimiento, administración y cierre de una empresa en determinada economía.
El caso de China y su posición en el reporte Haciendo Negocios es algo extraño. Después de todo, el pragmatismo chino considera seriamente el proverbio de “buscar la verdad en torno a los datos”. Además, este proverbio ha guiado bien a China por casi cuatro décadas.
De acuerdo al difunto profesor ganador del Premio Nobel Ronald Coase y al profesor Ning Wang en su reciente libro, Cómo China se volvió capitalista, esta estrategia ha producido múltiples revoluciones marginales que han traído de vuelta el emprendimiento y desatado fuerzas de mercado fuera de los límites impuestos por el socialismo. Como resultado, China ha experimentado una de las transformaciones y bonanzas económicas más prolongadas en la historia.
La clave para China de ahora en adelante será continuar haciendo las reformas marginales que ponen una mayor porción de la economía fuera del alcance de la mano muerta del socialismo -reformas similares a las que ha propuesto el Centro de Investigaciones para el Desarrollo del Consejo del Estado, o a las que ha propuesta el “Sr. Mercado” de China, Wu Jinglian.
El reporte Haciendo Negocios debería ser una pieza clave detrás de este esfuerzo.
Mientras Kim se mantenga firme y preserve el reporte, como es actualmente, China tendrá acceso a un marco valioso de políticas públicas para implementar reformas económicas adicionales y una vara de medición objetiva para determinar su progreso.
En lugar de sentirse avergonzado por la posición actual de su país en el ránking de Haciendo Negocios, el gobierno chino debería verlo como un reto y un llamado a realizar otra u otras revoluciones marginales.

"Doing Business": un ránking que incomoda a algunos gobiernos

Steve Hanke
 
Steve H. Hanke es profesor de economía aplicada en la Johns Hopkins University en Baltimore. Hanke se desempeña como presidente del Toronto Trust Argentina en Buenos Aires, el fondo mutual con el mejor desempeño en el mundo en 1995. Ha sido asesor de varios gobiernos en un diverso conjunto de temas políticos. Actualmente es consejero estatal y asesor del presidente de Montenegro y asesor del ministro de economía y finanzas de Ecuador. En 1998. Hanke fue nombrado una de las 25 personas más influyentes en el mundo por la revista World Trade, y un Asociado Distinguido de la International Atlantic Economic Society.
El Banco Mundial ha estado produciendo su reporte anual Haciendo Negocios desde 2004 y el ránking en su edición de 2014 ubica a Hong Kong en la segunda posición de las 189 economías incluidas, en contraste con la posición no. 96 para la China continental. Esto difícilmente parece ser algo controversial.
Su ranking, basado en diez factores que reflejan la facilidad con que los empresarios y negocios pueden desempeñar actividades económicas en determinada economía, ofrecen una manera imparcial de analizar el ambiente de negocios.