Ricardo Valenzuela
Es difícil llegar a entender la guerra entre Rusia y Ucrania especialmente si solo vemos la media occidental. Y, para entenderla, debemos acudir a la sociedad entre capitalistas y bolcheviques que se iniciara hace casi 200 años y desde entonces han estado operando. Tal vez si supiéramos que Rusia es un mercado virgen, inexplorado y muy comprobado, como el más interesante del mundo. Un pais con millones de hectáreas de regiones inexploradas, pero, totalmente auditado, guardan en sus entrañas recursos naturales que hacen palidecer al resto de los paises del mundo, no daría un poco de luz.
En el tercer cuarto del siglo 17, un viajero arribando a Moscú de Europa Occidental describía su visión al llegar. “Estoy ante la ciudad más rica y hermosa del mundo. Al centro de la ciudad, en una loma de gran verdura, se alza imponentemente la citadel del Kremlin, la gloria de Moscú, custodiado por sus tres hermosas catedrales, sus bellos palacios, sus imponentes capillas e infinidad de bellas casas. Siempre protegidas por sus enormes murallas blancas. Es, sin lugar a duda, una ciudad superior a todas las de Europa y Rusia un pais que nada le pediría a Francia o Inglaterra.
Al penetrar la ciudad a través de su muralla de rojos ladrillos, ese viajero afirmaba; “Me sumergí en la agitada vida de una bulliciosa ciudad comercial. Las calles estaban repletas de humanidad que se empujaba y harapientos caminaban junto a trabajadores, campesinos, sacerdotes vestidos de negro y soldados con caftanes de colores brillantes y botas amarillas. Carros y carretas luchando por avanzar a través de ese río o gente, pero la multitud se abría para dar paso a un boyardo o noble barbudo y barrigón, a caballo, con la cabeza cubierta con un fino gorro de piel y su cincha con un rico abrigo forrado de piel de terciopelo o brocado rígido. Infinidad de tabernas donde se practicaban apuestas”.
Toda esa información histórica la tenían los oligarcas, además, Rusia habia sido y de nuevo podía ser, el gran potencial hecho realidad de una fuerza competitiva que EU algún día deberá de enfrentar y eso les preocupa. Entonces, es un hecho que Rusia disputará a EU la supremacía financiera, económica, tecnológica, armado con todas sus reservas energéticas que explotarán a su favor en el momento que para ellos sea conveniente. Solo hay que ver el mapa de Rusia sobrepuesto al de EU. Los oligarcas globales habían sido invadidos por temblores al visualizar a Rusia como el próximo gigante industrial, financiero, tecnológico del mundo.
Entonces ¿Por qué permitir que Rusia se convierta en esa competencia retando la supremacía de EU o de la Union Europea? Desde el siglo 19, los oligarcas liderados por JP Morgan, Rothschild y Rockefeller han demostrado su eterna adicción a los monopolios. Ellos han estado apoyando el marxismo desde que Marx, financiado por ellos, operaba desde Londres escribiendo su Manifiesto Comunista y le hacían llegar el dinero a través del pirata Laffite domiciliado en Nueva Orleans. Luego apoyarían a Lenin al tomar control de Rusia
Entonces, la simple explicación es que el sindicato de Wall Street y sus financieros, visualizando el potencial de Rusia multiplicaron sus ambiciones monopólicas y ampliaron sus horizontes a escala global y en sus concilios afirmaban: “el gigantesco mercado ruso se debe convertir en nuestro mercado cautivo. Una colonia tecnológica para ser explotada solo por nuestra corporación. Lo que la Interstate Commerce Commision y la Federal Trade Commision pudieran lograr para los negocios en casa, un gobierno socialista planeado puede lograr lo mismo en el extranjero con el soporte y las presiones requeridas de Wall Street y Washington.
Desde tiempos inmemoriales ha existido una sociedad entre los capitalistas monopolistas internacionales y la revolucion internacional del socialismo, y ambos se han beneficiado enormemente durante casi 200 años. El costo humano de esta alianza ha caído sobre la espalda de ciudadanos rusos y alrededor del mundo. El verdadero emprendedor ha sido combatido y se había enviado al mundo entero hacia la trampa de un ineficiente socialismo planeado, como resultado de estas crueles maniobras monopólicas en el mundo de política y revolucion que han oprimido y explotado al mundo.
Para eso se establecería en Nueva York la American International Corporation en 1915, una promoción de JP Morgan con amplia participación del National City Bank y los Rockefeller. Al sentir habían sido exitosos instalando a Lenin en Rusia y ellos consiguieran el FED. Este sería el vehículo formal de la oligarquia para llegar a controlar la economía de Europa en su tránsito por la economía mundial y, de forma especial, la de Rusia
Esta historia siempre gira alrededor de Guaranty Trust Company, la empresa de fideicomisos más grande del mundo controlada por JP Morgan. Ellos utilizarían Olof Aschberg, un banquero bolchevique, como su intermediario en Rusia antes y después de la revolucion. Para mediados de los 20s Guaranty era ya agente fiscal soviético en EU; los primeros envíos de oro de Rusia a EU fueron manejados por Guranty. Y cuando esos envíos de oro se incrementaran, sería la American International Corporation y la Guaranty Trust quienes hicieran todos los tramites con Washington para navegar aguas tranquilas.
Pero estos banqueros y negociantes no eran bolcheviques, tampoco socialistas, ni comunistas, o demócratas globales. Ellos no tienen ideología y son solo buscadores de mercados, preferiblemente, mercados internacionales que se pudieran capturar para avanzar en su plan de finalmente establecer el monopolio de la economía mundial. Buscaban mercados que pudieran ser explotados como monopolios sin temor de enfrentar competencia. Ya habían explotado a Rusia al caer la URSS aprovechando la estancia de Yelsin.
Ellos quieren socializar el mundo, pero el poder deberá mantenerse en manos de los oligarcas. En resumen, el bien público ha sido, y es hoy, utilizado como recurso y excusa para el autoengrandecimiento por un círculo elitista que, hipócritamente, aboga por la paz mundial y la decencia humana. Es la promoción del bien público operado por saqueadores.
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