El Índice de Producción Industrial (IPI) es, quizá, la mejor toma de contacto del grado de actividad apreciado en el sector secundario. Este indicador ha rebotado un +6,9% en el mes de julio, su mayor subida desde la reapertura de la producción tras la pandemia. Esto ha hecho hecho que, si bien la caída interanual de la actividad industrial llegó a estar en el entorno del -20%, tales cifras se sitúan ahora en torno al -5%, descontando ya tres cuartas partes del impacto inicial de las medidas de ajuste.
En línea con ese repunte, otros indicadores adelantados de la producción se han movido en positivo a lo largo de los últimos meses. La carga ferroviaria transportada a lo largo y ancho del país del Cono Sur ya supera los registros de 2023 en un 25%, mientras que la producción de cemento está ahora casi pareja con las cifras de ejercicios anteriores, en línea con un sector de la construcción que acumula un trimestre de crecimiento a tasas que ya llegan al 8%.
La banca vuelve a prestar al sector privado
Otra métrica evaluada por UFM Reform Watch a la que merece la pena prestar atención es el crédito real concedido en pesos al sector privado no financiero. Este indicador lleva creciendo sin parar desde el mes de abril y ya ha recuperado el terreno perdido en la primera mitad del año, situándose en cotas comparables a las que se daban al comienzo de la presidencia de Milei. De nuevo, el shock inicial del ajuste introducido por el presidente liberal estaría ya casi superado.
Pero, de hecho, los datos de financiación al sector privado son aún mejores de lo que parece si tomamos en cuenta los préstamos denominados en dólares. Si esta variable solía moverse a un promedio mensual de entre 3.500 y 4.000 millones de dólares, hoy vemos que esta rúbrica supera los 7.000 millones mensuales y, por tanto, casi duplica las cotas observadas antes de la llegada al poder de Milei.
Agregando estas operaciones a los préstamos en pesos, la financiación total otorgada por los bancos al sector privado estaría avanzando a un nivel aproximado que equivale a unos 45.000 millones de dólares mensuales y se sitúa, por tanto, cerca de un 10% por encima de las cotas que se daban antes de la llegada al poder de Javier Milei.
Suben los salarios
El salario del sector privado también está ganando terreno a la inflación y, por lo tanto, generando ganancias de poder adquisitivo que parecen casi un milagro en un país que ha venido lidiando con una inflación disparatada. Así, mientras que el salario medio real estaba bajando al -11,4% cuando Milei llegó al gobierno, el pasado mes de julio se pudo constatar una subida que dejó los salarios en torno al -0,3%, certificando el punto de inflexión favorecido por los ajustes de Milei.
Como ha explicado La Nación, "esta es la recuperación más importante de los últimos cuatro ajustes cambiarios impulsados por los ex presidentes Cristina Fernández de Kirchner, Mauricio Macri o Alberto Fernández". En el agregado, el año 2023 estuvo marcado por una caída de más de 15 puntos en el salario medio del sector privado. En cambio, dos tercios de la caída de los salarios producida en 2023, antes de la llegada de Milei al gobierno, han quedado superados ya merced a la mejora del poder adquisitivo que se ha venido dando en 2024.
El descenso de la inflación ha sido un factor clave para propiciar esta mejora, puesto que Milei heredó un IPC mensual del 25,5% en diciembre de 2023, pero el último dato correspondiente al pasado mes de agosto dejó esta cifra en un 4,2%, confirmando una ralentización de los precios que ha permitido disipar el fantasma de la hiperinflación y ha contribuido directamente a la mejoría de los salarios en términos reales.
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