REFLEXIONES LIBERTARIAS
El vaquero libertario y poeta VIII
La escuela de Salamanca
Ricardo Valenzuela
Después de que les sirvieran el segundo café, don
Julián le pregunta ¿Qué has pensado mata sietes? El vaquero sonriendo le dice,
usted es un gran seductor don Julián, y en estos momentos ya me siento atrapado
en su red de la cual pienso que, quien caiga en ella, como los coyotes
entrampados, ya no se pueden escapar. Bueno, responde el hacendado, sin
considerar que tu respuesta en un sí definitivo, si veo que ya agarramos el
camino real y, entonces, hay que empezar a galopar. Te propongo lo siguiente.
Me gustaría que conocieras todos mis ranchos pero esa va a tomar tiempo, pero
si te quiero enseñar una zona que para mí es especial.
Continúa don Julián. También te quiero platicar un
poco más de otros negocios en los cuales participo. Me parece bien, responde,
Vallian, pues sé que usted no solo es ganadero, sino que ha invertido en
infinidad de negocios. Así es mata sietes, y esas inversiones vienen desde la
época de mi bisabuelo. Soy accionista importante y mayoritario del Cattlemen’s
Bank of New Mexico, que fue fundado por mi padre, y yo soy Presidente de su
junta directiva. El banco tiene oficinas en Socorro, Albuquerque, El Paso, Las
Cruces, Santa Fe y una oficina representativa en Nueva York, que la maneja mi
nieto y quien espero algún día tome totalmente las riendas. Tengo algunos
intereses mineros aquí en Nuevo Mexico y en Colorado. Y tengo una inversión
algo desatendida en una rica mina, en un pueblo de Sonora llamado La Colorada.
Tengo buenas relaciones en Chihuahua y Sonora,
porque desde la época de mi abuelo hemos comprado ganado para luego traerlo,
darle una llenadita en los pastizales de Los Sicomoros, y mandarlo a los
mercados del este. Soy buen amigo del Gral. Luis Terrazas de Chihuahua quien,
estoy seguro, es el ganadero más grande de Mexico. Es más, cuando Nuevo Mexico
pasó a ser parte de EU, algunos de mis parientes emigraron a Chihuahua después
de vender sus propiedades, pues tuvieron algunos problemas con los inmigrantes
gringos. Bueno, me desvié de lo que te propuse. Quiero que conozcas esta parte
de Los Sicomoros porque sé que te va a gustar. Es una jornada de varios días
cruzando las sierras al oeste, y tengo que prevenirte, por ahí todavía rondan
los apaches. Ah pues va a estar divertida esta jornada don Julián, responde el
vaquero.
Un par de horas después, don Julián y Vallian
encabezando una caravana de varios vaqueros bien armados, mulas cargando las
provisiones y artefactos de cocina, un cocinero negro cabalgando también una
mula, y un ayudante del cocinero. Cabalgarían durante varias horas hacia el
oeste y al filo del mediodía, una “parada” para almorzar y descansar un rato.
Reanudan su marcha y ya casi para ocultarse el sol, la caravana había ya
iniciado la subida de la sierra, y Vallian se quedaba azorado con la belleza de
los bosques de pinos, las cañadas corriendo, pastizales verdes y conformaciones
rocosas que parecieran ser obra de un gran escultor. Al llegar a un lugar
cerca de un arroyo y no de tan espeso bosque, don Julián dice, este es un buen
sitio para acampar.
Empiezan a desensillar los caballos, el cocinero
prepara sus utensilios, incluyendo una parrilla para asar tres guajolotes que
habían cazado. Una media hora después, todos los miembros de la caravana se
sientan alrededor de una gran fogata, y empiezan a devorar el asado de
guajolote acompañado con frijoles, tortillas de harina, y algunos pedazos de
queso. De los cinco vaqueros que los acompañaban, cuatro eran mexicanos,
descendientes de españoles, y uno era un buen vaquero llamado Ventura Platt,
originario de Wyoming y de madre mexicana. Al terminar la cena, los vaqueros
respetuosamente se retiran para dejar solos a don Julián y Vallian quienes,
sentados en par de piedras de tamaño ideal que, con el conjunto completo de
formación rocosa, podría similar una mesa de juntas, inician su plática. ¿Qué
piensas de este primer día de la jornada mata sietes? Lo mismo don Julián,
responde el vaquero, este rancho suyo es un paraíso en la tierra. Pero yo
quisiera platicar de otra cosa con usted. Revira el hacendado, adelante, lo que
quieras.
Vallian le da un largo trago a su café ya mezclado
con el excelente brandy español. Inicia con una pregunta. Yo ya le platiqué
cómo es que yo me convertí a la religión de la libertad. Ahora yo le pregunto
¿Cómo es que usted se enamoró del concepto que lo hace expresar ese amor tan
puro, idealista y potente por la libertad? Porque me parece increíble que un
hombre con raíces en España y Mexico, que nunca se han distinguido precisamente
por abrazarla, y más bien la han combatido a través de sus gobiernos autócratas
en sociedad con la iglesia y sus militares, emerja como el más puro liberal. Es
bien sabido que toda la América española sufre de la misma enfermedad, la
autocracia, el mercantilismo, y el monopolio de la iglesia católica, enemiga de
la libertad.
Don Julián es quien ahora le da un largo trago a su café con brandy e
inicia. Sí, es verdad que España tradicionalmente ha sido enemiga de la
libertad. Pero muy poca gente sabe que la cuna más importante de la economía
libre, es la escuela de Salamanca, en España. Desde el siglo XVI la escuela de
Salamanca representada, aunque parezca increíble, por un grupo de sacerdotes
católicos, iniciaba con Francisco de Vitoria (1483-1546) y alcanzaría su
esplendor con Domingo de Soto (1494-1560). Una jornada que derivara en las
primeras ideas liberales de forma bien organizada. Ellos fueron los primeros en
tocar puntos tan delicados como, libertad de precios, propiedad privada, tipos
de interés sobre el dinero, causas de la inflación, utilidades.El mismo Bastiat estudió la doctrina escolástica en general y la española en particular, y elogiaba el alto nivel de la ciencia económica en la España del siglo XVI. Según él, esta escuela fue el grupo que justamente se merece el título de fundador de la ciencia económica. Desgraciadamente, no hubo continuación desde finales del siglo XVII, y muchas de sus aportaciones acabaron olvidadas. Pero no para mi bisabuelo, Sebastián de Zamora, quien se convirtió en un apóstol de la escuela de Salamanca y la libertad económica.
En 1517 el padre Francisco de Vitoria, fue consultado
por comerciantes españoles afincados en Amberes, sobre la legitimidad moral de
comerciar para incrementar su riqueza personal. Desde un punto de vista actual,
se puede decir que era una consulta sobre la legalidad y moralidad del espíritu
emprendedor y la creación de riqueza. Desde entonces, Francisco de Vitoria y
otros teólogos prestaron atención a los asuntos económicos, y agresivamente se
alejaron de posiciones ya obsoletas, e intentaron sustituirlas por nuevos
principios extraídos de la ley natural.
Así fue que Vitoria y sus condiscípulos
desarrollaron la doctrina de la ley natural en campos como la propiedad
privada, las ganancias, los intereses, inflación, la masa monetaria, y los
impuestos. Sus obras influyeron en Hugo Grocio, Samuel Pufendorf y, por medio
de estos hombres, muchos intelectuales opinan, también sería una gran influencia
en el pensamiento de Adam Smith y sus discípulos escoceses que tanto brillarían
a partir del siglo 17.
La Escuela de
Salamanca se destacó por su respaldo a la Propiedad
privada manejada en libertad sin la intromisión de los gobiernos. Estos
escolásticos —haciendo suyo lo que había expresado Tomás de Aquino—
consideraron que la propiedad privada y la libertad de mercados, era algo
legítimo y necesario para el desarrollo económico. Por su parte, Luis de Molina
apoyó la defensa de la Propiedad
privada afirmando que, si las tierras fueran comunales estarían mal
administradas y, lo que es peor, sería fácil para los poderosos explotar a los
más débiles. Juan de Mariana resumió genialmente en una frase lo que afirmaban
los escolásticos: "Cuando un burro tiene muchos dueños, los lobos se lo
comen sin que a nadie le interese protegerlo".
Fue así que la
familia de Zamora, desde principios del siglo pasado, abrazó las ideas de la
moralidad de mercados libres, libertad económica, creación de riqueza,
abandonando las viejas ideas de que la riqueza era estática y si alguien la
adquiría, era solamente porque alguien más la perdía. Entendimos que la riqueza
no solo se podría adquirir arrebatándola, invadiendo, abusando, o haciendo la
guerra. Entendimos que la riqueza se puede crear y, más importante, se podría
adquirir sin sentir la gran culpa que tanto hubiere promovido la iglesia
católica. Y desde que los de Zamora llegamos a este nuevo mundo, es lo que
hemos tratado de hacer. Yo, igual que tú, devoré todos los escritos de los
frailes de la escuela de Salamanca y después continué con Locke, Adam Smith
etc.
Vallian
impresionado le dice. Pues qué clase de economía e historia me acaba de
obsequiar don Julián. El hacendado responde, sí, pero ya es tarde y debemos de
madrugar, así es que buenas noches mata sietes. Buenas noches don Julián,
responde Vallian y se dirige a su mochila de dormir.
No comments:
Post a Comment