El auge del nacionalismo económico y comercial
que está teniendo lugar en buena parte del mundo desarrollado, tal y
como evidencian la victoria electoral de Donald Trump en EEUU y el
aumento de diversos movimientos populistas en Europa, es, sin duda,
lamayor amenaza que afrontan el crecimiento y la prosperidad globales a
corto y medio plazo. La progresiva globalización que se ha producido desde los años 80, y muy especialmente tras las caída del Muro de Berlín, ha traído consigo un mundo mucho más rico, igualitario y pacífico.
El presidente de EEUU ha escogido a
profesionales de éxito y reconocido prestigio para conformar su gabinete
en materia económica.
El discurso populista y demagógico del que hizo gala el nuevo presidente de EEUU, Donald Trump,
durante la pasada campaña electoral contrasta con la practicidad,
brillantez y sensatez que, al menos por el momento, ha demostrado el
empresario neoyorquino para rodearse de auténticos genios y profesionales de gran valía con el fin de desempeñar sus futuras tareas de gobierno.
Todavía es pronto para vislumbrar la buena o mala marcha de
la próxima Administración norteamericana, ya que siguen pesando, y
mucho, las nefastas alharacas proteccionistas y antiinmigratorias que
blandió Trump durante estos últimos meses para alcanzar la Casa Blanca,
más allá de que el personaje es, en sí mismo, una incógnita de compleja
resolución debido a sus habituales vaivenes y erráticas salidas de tono,
pero como lo que realmente vale en política son los hechos y no las meras palabras, lo único que cabe decir, hoy por hoy, es... ¡chapó!
En su serie '1959' el pintor y escritor cubano Juan Abreu homenajea a las primeras víctimas del régimen criminal castrista.
'1959' retratos de los fusilados de Fidel CastrolHay una escena en Antes que anochezca, el biopic de Julian Schnabel sobre Reinaldo Arenas basado en sus memorias homónimas, en que el protagonista se refiere a los hermanos Abreu, Juan, José y Nicolás,
escritores como él, como "las hermanas Brontë". No aparecen más que en
ese instante, aunque en verdad habitaron una parcela más ancha, pero
sobre todo más honda, de la vida de Rey. En 1974, cuando el
régimen declaró a Arenas en 'busca y captura', éste trató de zafarse de
la policía ocultándose en el Parque Lenin, un delirante mausoleo
ajardinado en el extrarradio de La Habana. Allí, camuflado entre
yagrumas, caña brava y framboyanes, el prófugo no dispuso de otras
vituallas que las que le procuró, jugándose el tipo, Juan Abreu. Suyas
también fueron las cuartillas en las que, mientras había luz natural,
Arenas fue escribiendo el embrión de su obra póstuma. De ahí, en parte,
que ésta llevara por título Antes que anochezca. Hoy, después de haber conversado con Juan sobre aquellos días, las palabras de Arenas presentan una textura algo más rugosa:
Soy un lápiz de grafito, el típico lápiz de madera tan conocido por
todos los chicos, chicas y adultos que saben leer y escribir. Escribir
es al mismo tiempo mi vocación y mi distracción, eso es todo lo que
hago. Ustedes se preguntarán por qué debo trazar mi árbol genealógico.
Bueno, para empezar, mi historia es interesante. Y además soy un
misterio, mayor aún que el que puede representar un árbol, un atardecer o
un relámpago. Lamentablemente, quienes me utilizan dan por sentado que
soy un mero incidente, carente de todo pasado. Esta actitud me relega al
nivel de algo meramente trivial. La humanidad cae así en una especie de
penoso error, en el que no podrá persistir mucho tiempo sin peligro.
Quienes toman como modelo u homenajean a
la revolución bolchevique se retratan como enemigos de nuestra
civilización y potenciales candidatos a emular esa barbarie.
Lenin | Wikimedia Commmons
En octubre del 2017 van a
cumplirse cien años desde que un movimiento político, respaldado por un
complejo entramado teórico, levantara la veda de la criminalidad con el
pretexto de que este era el paso previo para la implantación de la
justicia social y la igualdad entre los seres humanos. Y desde entonces
no han parado de matar. El punto de partida fue la revolución rusa. La ideología que todo lo justificaba: el comunismo.
El sentido común nos dice que la fecha en que comenzó la matanza
debería estar marcada con un signo infamante en los almanaques, pero no
es así. Preparémonos para asistir a los actos de festejo organizados por
las cofradías que rinden culto a la necrofilia revolucionaria. Ya tenemos el preludio (LV, 22/12):
El festival de la cantautoría BarnaSants se asoma a su 22ª edición
(…) se celebrará entre el 27 de enero y el 14 de abril, tras ofrecer más
de 100 conciertos. El lema de la nueva edición será "Visca
l´Assemblea", que en realidad es una conmemoración de los cien años de
la revolución rusa, que, a su vez, estará personificada en Aleksandra
Kolontái.
Segunda parte del artículo de Stephan Kinsella, titulado What Libertarianism Is, publicado el 21 de agosto de 2009 en el Mises Daily.
Propiedad sobre cosas externas
Los libertarios aplican un razonamiento similar en el caso de otros
recursos escasos -objetos externos en el mundo que, a diferencia del
cuerpo, se encuentran en un momento dado sin dueño. En el caso del
cuerpo, la idea de no aceptar la agresión implica inmediatamente la
auto-propiedad. En el caso de los objetos externos, sin embargo, hay que
identificar quién es el dueño antes de que podamos determinar lo que
constituye agresión.
Como en el caso del cuerpo, los seres humanos necesitan utilizar
objetos externos como medios para alcanzar fines diversos. Debido a que
estas cosas son escasas, existe también la posibilidad de conflicto. Y,
como en el caso del cuerpo, los libertarios estamos a favor de la
asignación de derechos de propiedad a fin de permitir el uso productivo y
pacífico, sin conflictos, de dichos recursos. Por lo tanto, como en el
caso del cuerpo, la propiedad se le asigna a la persona más apropiada a
un determinado recurso escaso -basándose “más apropiada” con el objetivo
de permitir interacciones humanas pacíficas, sin conflictos, sobre el
uso de recursos.
Primera parte del artículo de Stephan Kinsella, titulado What Libertarianism Is, publicado el 21 de agosto de 2009 en el Mises Daily.
Los
libertarios tienden a ponerse de acuerdo sobre una amplio espectro
de políticas y principios. Sin embargo, no es fácil encontrar un
consenso sobre la característica principal del libertarismo, o de lo
que lo distingue de otras teorías y sistemas políticos.
Abundan diversas formulaciones sobre este tema. Se dice que el
liberalismo es acerca de los derechos individuales, los derechos de
propiedad, el libre mercado, el capitalismo, la justicia, o el principio
de no agresión. Sin embargo, ninguno de estos principios lo hará. El
capitalismo y el libre mercado describen las condiciones catalácticas
que surgen o son permitidas en una sociedad libertaria, pero no abarca
otros aspectos del liberalismo. Y los derechos individuales, la
justicia, y la agresión se resumen con los derechos de propiedad. Como Murray Rothbard
explicó, los derechos individuales son los derechos de propiedad. Y la
justicia es darle a alguien lo que le corresponde, que depende de cuáles
sean sus derechos.
Artículo de Stephan Kinsella, titulado Introduction to Libertarian Legal Theory, publicado el 3 de enero de 2011 en el Mises Daily.
El
liberalismo es tan antiguo como nuevo. Tiene sus raíces en las antiguas
ideas de justicia natural, paz y cooperación. Incluso se podría
decir que toda sociedad civilizada tiene algo de libertaria. Después de
todo, la civilización requiere paz y cooperación, lo que implica respeto
a los derechos de los demás. Esto es lo que busca todo libertario.
Para ser sinceros, hay desviaciones del liberalismo ideal, tanto en
la forma de crimen privado como delincuencia pública -es decir,
regulaciones y leyes estatales en detrimento de los derechos de
propiedad privada. Pero la prosperidad de nuestra era es el resultado
de la cooperación humana y el libre mercado, y existe a pesar de las
desviaciones de los principios libertarios. La mayoría de la gente
no robaría la propiedad de su vecino, incluso si pudieran hacerlo.
Entonces ellos ya respetan los derechos libertarios de sus vecinos
-hasta cierto punto.
El siguiente artículo es la traducción del magnífico artículo original de Murray Rothbard, Do you hate the State?,
que escribió en 1977 pero que aún hoy tiene validez todas y cada una de
las palabras que escribe Rothbard. Nada ha cambiado por parte del
Estado, que continúa siendo nuestro enemigo. Tampoco han cambiado los
minarquistas, que no se han radicalizado en absoluto -incluso se han
ablandado un poco-.
Recientemente
he estado rumiando sobre cuáles son las cuestiones cruciales que
dividen a los libertarios. Algunas que han recibido mucha atención en
los últimos años son: el anarco-capitalismo vs gobierno limitado,
el abolicionismo vs gradualismo, los derechos naturales contra
el utilitarismo y la guerra contra la paz. Pero he concluido que, siendo
como son estas preguntas tan importantes, en realidad no
van directamente al nudo de la cuestión, a la línea divisoria
fundamental entre nosotros.
Hemos expuesto en las páginas precedentes una teoría de la libertad
y de los derechos de propiedad y hemos señalado el código legal que
debería implantarse para la defensa de estos derechos. Pero, ¿qué decir
del gobierno y del Estado? ¿Cuáles son, estrictamente hablando, sus funciones,
si es que las tienen? Muchas personas, entre ellas la mayoría de los
politólogos, creen que una vez concedida la importancia —o incluso la
vital necesidad— de alguna particular actividad del Estado, por ejemplo, la fijación de un marco legislativo legal, se concede ipso facto la
necesidad del Estado mismo. Es cierto que el Estado desempeña varias
importantes e incluso necesarias funciones: desde la promulgación de las
leyes y la creación de plantillas de policías y bomberos hasta la
construcción y conservación de las calles y las carreteras y los
servicios postales. Pero esto no demuestra en modo alguno que sólo el Estado pueda cumplir estas tareas ni que las lleve a cabo de un modo aceptable.
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