“Compatriotas, abandonemos el vergonzoso papel de limosneros con garrote, bajemos la bandera del racismo imaginario y dejemos de ladrar al reflejo de la luna sobre el agua. Si queremos encontrar las causas y soluciones de este grave problema, solo tenemos que mirarnos al espejo, hacer un acto de contrición, para ya dejar de fabricar pobreza y emigrantes.”
RICARDO VALENZUELA
Hace unos meses mi amigo, Pablo
Kleinman, me invitó a una entrevista radial a través de Univisión en la
ciudad de Los Angeles. Pablo es un gran liberal argentino educado en
los EU y Europa, por lo que el evento me pareció sería interesante y de
inmediato aceptaba.
El tema fue explorar el por qué las
regiones de EU que hasta el siglo XIX fueran parte de México, habían
prosperado impresionantemente mientras que México permanece pobre y
subdesarrollado. Fue una titánica tarea encontrar respuestas a un hecho
irrebatible: Los estados de California, Arizona, Nuevo México, Texas,
Colorado, Nevada, etc., portan un PIB de 4 trillones de dólares
mientras el del viejo México apenas se aproxima a un trillón.
He recibido otra invitación de Pablo
para una nueva entrevista el día 9 del mes en curso. Me tomó tiempo
decidir participar por lo espinoso del tema: La nueva Ley Migratoria
del estado de Arizona.
Me refiero al tema como espinoso por
muchos motivos, pero tal vez el más importante se describe en la
comparecencia que el Procurador General de los EU tuvo ante el Senado
para explicar la demanda que iniciaba de parte del gobierno federal en
contra de Arizona. Ante la pregunta de uno de los senadores si había ya
leído el texto de la ley, con la vergüenza dibujada en el rostro tuvo
que confesar de forma negativa.
Es decir, el fiscal general de los EU se preparaba para demandar algo que de forma irresponsable desconocía.
Pues bien, yo he leído esa legislación
pero además, quiero presentar otras credenciales que siento me
autorizan para opinar responsablemente del tema. Soy originario de
Sonora, estado fronterizo con Arizona. Desde hace años soy residente
legal de Arizona y siempre he interactuado entre Sonora y Arizona.
Durante cinco años como estudiante del Tec de Monterrey, cada periodo
de vacaciones hacíamos el recorrido Monterrey, Laredo, El Paso,
Nogales, Hermosillo, utilizando la vieja carretera que corría sobre la
línea fronteriza, es decir, conozco bien la frontera.
Me casé con una norteamericana
originaria de Nogales, Arizona. Tengo tres hijas nacidas en Arizona y
casadas con norteamericanos de Arizona. Durante toda mi vida he sido
exportador de ganado cruzando por todos los puertos de entre Sonora y
Arizona. En sociedad con mi amigo sinaloense, Adolfo Clouthier,
participé en una empresa exportadora de legumbre mexicana ubicada en
Nogales, Arizona. Fui representante en EU del gobernador sonorense,
Eduardo Bours, residiendo en Phoenix, Arizona.
No soy abogado, pero en mi formación
intelectual tuve gran influencia de dos juristas propietarios de mentes
brillantes y, sobre todo, un gran amor por la ley. Mi padre quien fuera
Doctor en derecho internacional de la Universidad Libre de Bruselas.
Mi tío, Gilberto Valenzuela, quien fuera ministro de la Suprema Corte
de Justicia mexicana y ministro de la Suprema Corte Internacional en La
Haya, Holanda, a quien se le dedicara un libro titulado: “Gilberto
Valenzuela, una vida consagrada el principio de la legalidad”. Es
decir, soy gran creyente de que países sin estado de derecho están
condenados al fracaso.
Como economista liberal siempre he
sostenido que oferta y demanda tienden a encontrarse, legal o
ilegalmente. La prueba más dramática es la demente lucha contra las
drogas que en estos momentos desangra al país. Pero también, como
escribe Alberto Mansueti en su excelente libro, hay leyes malas que
provocan estas situaciones. Pero mi propósito no es examinar el aspecto
legal de este problema, hay uno aún más grave.
Nuestra Secretaria de Relaciones
Exteriores acaba de hacer una irresponsable afirmación: “Todo el
problema se origina por la falta de una reforma migratoria de parte de
los EU.” Que sencillo ¿y la implementada en 1986? En ese proceso se
regularizaron millones de “indocumentados” y problema resuelto ¿no?
Pues no, veinte años después hay otros 20 millones de indocumentados
que, huyendo de sus países, han penetrado ilegalmente los EU y, se
dice, otros 20 millones esperando en la trastienda en lo que ya es un
jugoso negocio de las mafias.
El problema no es documentar esos 20
millones. El verdadero problema lo podemos detectar con una simple
pregunta ¿Por qué en estos años 40 millones de seres humanos han
abandonado sus países para, “de forma ilegal”, emigrar a los EU?. Tony
Blair afirma que la grandeza de las naciones se mide por el número de
seres humanos que las abandonan, o, pacíficamente los invaden. Si es
así, podemos afirmar que somos originarios de países enanos. Somos
originarios de países que no quieren establecer las condiciones para
que sus economías crezcan y se generen los empleos. Somos fabricantes
de pobreza.
Pero tenemos líderes que se presentan
en Washington regañando al Congreso por no abrir las puertas a quienes
expulsamos a base de miseria, corrupción e inseguridad.
En nuestra ceguera arremetamos contra
los malditos gringos racistas, abusones, injustos, cuando somos
nosotros los que aportamos la carne de cañón. No es posible entender la
cantidad de latinoamericanos vistiendo la pintura de guerra para,
pisoteando la ley, exigir al gobierno de EU sus derechos cuando en sus
países jamás tuvieron la libertad de vestirla en contra de los tiranos
que los expulsaron. No es posible entender que toda América Latina
exhiba un PIB que apenas sobrepasa el 20% del estadounidense, y la
única lucha que libramos es exigir los gringos acepten a tanto pobre
que fabricamos.
Ahora, como afirma Angel Verdugo en su
excelente artículo titulado; No tenemos Remedio. “Viene esto por la
aprobación por parte del Senado de Arizona de la Ley SB 1070. Ésta, en
modo alguno -como dicen los ignorantes- penaliza la migración sino sólo
otorga ciertas facultades a sus cuerpos policíacos para hacer que la
ley migratoria sea respetada.”
“La entrada y permanencia en Estados
Unidos sin cumplir los requisitos que las leyes exigen, lo convierte a
uno en un delincuente que debe ser perseguido y castigado.”
“Lo único que han hecho Arizona, es
darse leyes que consideran necesarias y convenientes para la
convivencia civilizada con una pequeña diferencia, ahí si hacen que se
cumplan no como sucede aquí.”
“Aquí, los políticamente correctos
exhibieron una ignorancia que debería avergonzarlos; todavía fueron más
allá al pretender glorificar a delincuentes que, al margen de las
razones que esgriman, al entrar a Estados Unidos sin cumplir con los
requisitos que las leyes exigen, eso son; delincuentes.”
Compatriotas, abandonemos el
vergonzoso papel de limosneros con garrote, bajemos la bandera del
racismo imaginario y dejemos de ladrar al reflejo de la luna sobre el
agua. Si queremos encontrar las causas y soluciones de este grave
problema, solo tenemos que mirarnos al espejo, hacer un acto de
contrición, para ya dejar de fabricar pobreza y emigrantes
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