Monday, November 21, 2016

El mundo es plano... y resbaloso


“"DEBEMOS REGRESAR AL KEYNESIANISMO PARA COMPETIR, NO A BASE DE EFICIENCIA Y DINERO SANO, SINO ELIMINADO LA COMPETENCIA A BASE DE LAS GLORIOSAS DEVALUACIONES RETARDANDO LA CREATIVA DESTRUCCIÓN".”


RICARDO VALENZUELA
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Desde el arribo a los EU de esa gran pensadora liberal, Ayn Rand, a principios del siglo pasado, iniciaba un agresivo movimiento filosófico e ideológico para recuperar aquel individualismo que primero se conquistara, con sangre, fuego y pasión durante los siglos XVIII y XIX para dar vida a la revolución industrial, pero al inicio del violento siglo XX, bajo agresivos contraataques, lentamente expirara ante un estado agigantado que lactaba una nueva sociedad fluyendo como desobligada manada, bajo la vigilante mirada de su reformado amo; el Estado.



La guerras mundiales del nuevo siglo, serían el último calvo en el ataúd para enterrar el cadáver de lo que las corporaciones ancestrales—monarquías, iglesia, religiones, aristocracias—tanto temían, el individuo soberano, y de esa forma le daban la última pincelada al cuadro retratando una nueva sociedad embrutecida por el egolatrismo lo que, de forma cobarde e irresponsable, provocara entregar su vida, su destino y su futuro a esa nueva religión: El estatismo. Ello, en capirotada con el radicalismo religioso hirviendo en odio, paría el nuevo terrorismo.

Han sido innumerables las luchas que se han librado para recuperar aquella libertad y soberanía individual, que provocara el emergente héroe mitológico claramente dibujado en las novelas de Ayn Rand. Sin embargo, prácticamente durante todo el siglo pasado, el Estado y sus incontrolables manadas continuaron su avance fortaleciendo actitudes como: “Que te mantenga el gobierno, somos pobres porque hay ricos, los gringos mantienen nuestras venas abiertas, si alguien gana, alguien pierde, y la mejor, creada en el Perú: Cojurídico….el pendejo que respeta la ley”

En 1997, James Davison cimbraba al mundo con su publicación, “El Individuo Soberano,” llegando, inclusive, a pronosticar la desintegración de multitud de países ante el resurgimiento del individuo liberado, pero lo más impactante de su obra, era un epitafio para el estado condenándolo a una muerte, como lo hiciera Madison con la democracia; triste y violenta. Fue tal el impacto de su obra que, si bien no fuera perseguida estilo Sagrada Inquisición, si agresivamente desacreditada. Mientras exploramos el colapso de la moralidad y la creciente corrupción de los líderes gubernamentales para entender no es un evento casual. Es entonces muy evidente que el estado-nación se ha desgastado. Aun esos mismos líderes no creen ya en lo que dicen……mucho menos sus auditorios.

Pero hace unos meses ese gran escritor, Thomas Friedman, no precisamente alguien con etiqueta de liberal, revive el tema con la publicación de su excelente libro, El Mundo es Plano. En 1492, Cristóbal Colón cambiaba el curso de la historia cuando finalmente demostrara que el mundo en realidad era redondo. Mas de quinientos años después, Friedman lo rebate pincelándolo con su aliado, la tecnología, como un mundo plano y mientras chinos, hindúes, coreanos, irlandeses, españoles lo aprovechan para desplazar sus productos por todos sus rincones creando inmensa riqueza y cimentando su futuro, los mexicanos lo usamos para patinar.

Cuando todas esas naciones, siguiendo las teorías de Paul Romer, establecen centros tecnológicos, de nanotecnologia, centros de formación de capital intelectual, nosotros patinamos al ritmo de la demagogia que claramente dibuja La Pobreza de las Naciones. Cuando Friedman narra cómo en el hoyo nueve de un club de golf de en India, la referencia para su segundo tiro se la daban cartelones comerciales de Wal MartDomino’s Pizza etc, nuestro líder en las encuestas hacia la presidencia de la republica, con evidente pasión ofrece su plan para proteger a nuestras ineficientes empresas al no dejarlas competir, condenando al consumidor y emitiendo un ra ra ra a la mediocridad.

Mientras un alto funcionario mexicano le afirmaba al escritor haber descubierto la planicie mundial cuando se enterara de la venta de imágenes de la virgen de Guadalupe hechas en China, otro de los candidatos, en tono romántico, afirma no caeremos en los extremos de izquierda—derecha, cuando nos devela el retorno a la tristemente célebre economía mixta que, primero estancara el país, para poco después casi destruirlo. Cuando al primero se le pregunta ¿por qué no seguir esquemas probados como los de Irlanda, Corea, España o China? Reacciona como si estuviera frente a una víbora de cascabel para emitir sus rebuznidos afirmando: “México es un país especial y como tal, requiere de recetas igualmente especiales.”

Cuando el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, responde la pregunta tecleando su computadora para hacerla vomitar datos y luego afirmar: “México está perdiendo las ventajas competitivas de su vecindad con EU y amplía: 2001, fue el primer año en que nuestras exportaciones hacia los EU declinaron. Primero empezamos a reducir las ganancias de esos mercados, para luego iniciar su pérdida.” Ante tal afirmación salta el “economista en cada hijo te dio,” para sabiamente explicar el fenómeno. “El problema es que Gil Díaz se ha preocupado sólo por la macroeconomía en su obsesión para abatir la inflación, y abandona la microeconomía. Debería de aflojar un poco para estimular la micro.” Traducido: Debemos regresar al keynesianismo para competir, no a base de eficiencia y dinero sano, sino eliminado la competencia a base de las gloriosas devaluaciones retardando la creativa destrucción.

Mientras nuestros posibles y mediocres candidatos (AMLO-RMP), nos amenazan con más estado, más rectoría del estado, más manada, más demagogia, Thomas Friedmanconfiesa el que después de años de búsqueda, ha finalmente entendido cómo lo que él llama Globalización 3, está creando el individuo, no solo liberado del que hablaba Davison, sino un nuevo individuo armado con novedosos poderes para navegar como capitán de su alma y su destino, en una verdadera nueva rama global y tecnológica de este mundo plano.

Si combinamos las ideas de Romer y Davison, podemos asumir esta temeraria afirmación de sus publicaciones: “Para el año 2025, la economía cibernética tendrá cientos de millones participando. Algunos amasarán fortunas de muchos billones de dólares. Los pobres cibernéticos serán aquellos con ingresos de menos de $200,000 dólares al año. No habrá bienestar social cibernético, ni reforma agraria cibernética, ni impuestos cibernéticos, o gobiernos cibernéticos. Esta economía cibernética, en lugar de China, será el gran fenómeno económico de los siguientes cincuenta años mientras que en México, parece, seguiremos; arriba y adelante. ¡Cuando menos eso dicen las encuestas!

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