En mi último libro, El Verdadero Crash: La Quiebra de EE.UU Que Se Viene
- ¿Cómo salvarte a ti mismo y a tu país?, dedico un capítulo entero a
los méritos del patrón oro histórico y a las razones para reinstalarlo.
Lo que no mencioné y que pocos inversores notaron es que los bancos
centrales ya están regresando al oro como el activo de refugio seguro.
Yo creo que este cambio de política, combinado con una continua
inflación de las monedas occidentales, está creando un suelo estable
para el precio del oro y un potencial de suba aún más brillante.
Un cambio estratégico
El retorno al patrón oro es sin lugar a dudas el producto de un plan
estratégico, no sólo táctico, en la política global de los bancos
centrales. Los bancos centrales del mundo desarrollado han dejado en
conjunto de vender oro. Esto fue anunciado por su comportamiento durante
la última década, cuando se vendió mucho menos oro que el que se les
permitía en función de los acuerdos antidumping en el oro de los Bancos
Centrales. Es evidente que la preocupación por el dumping en el oro no
estaba en sintonía con la tendencia. Pero lo más importante es que los
bancos centrales en los mercados emergentes han estado comprando oro en
camiones.
Desde la crisis financiera de 2008, países tan diversos como México,
Filipinas, Tailandia, Kazajstán, Turquía, Ucrania, Rusia, Arabia Saudita
y la India han liderado el camino de regreso hacia el oro como activo
de reserva principal. Rusia sola ha añadido unas impresionantes 400
toneladas de oro a sus reservas, la mayor parte procedentes de compras a
nivel interno. México ha añadido más de 120 toneladas, incluyendo 78
toneladas de una mega-compra en marzo de 2011. Las Filipinas han
comprado más de 60 toneladas, con 32 toneladas entrando hace tan poco
como en marzo de 2012. Tailandia ha añadido aproximadamente 60
toneladas, y Kazajstán apenas por debajo de las 30 toneladas. Turquía ha
modificado su política de regulación a finales del año pasado para
permitir que los bancos comerciales a que cuenten con el oro como parte
de las exigencias en reservas, añadiendo más de 120 toneladas a sus
reservas oficiales. Y las importaciones de lingotes hacia China
continental a través de Hong Kong han llegado a máximos históricos.
Por último, los fieles aliados de EE.UU., Arabia Saudí y la India, en lo
que de seguro va a dejar un sabor particularmente amargo en la boca de
Washington, han ido añadiendo oro a sus reservas en cientos de
toneladas.
En resumen, los gobiernos de los mercados emergentes reconocen que el orden monetario mundial está al borde de un reinicio.
Estos mercados emergentes son los motores económicos del siglo 21, y
están decididos a no verse afectados por el papel fiduciario de
Occidente.
Desde una perspectiva amplia
La profundidad de esta nueva estrategia ha estado visible durante la
corrección en los metales preciosos de los últimos meses. Los bancos
centrales de los mercados emergentes han seguido siendo compradores
agresivos. Esto es muy alcista. Como actores gubernamentales, los bancos
centrales buscan estabilidad y previsibilidad. Cuando cambian de curso,
lo hacen sólo deliberada y gradualmente, al igual que los portaaviones.
Los bancos centrales occidentales han fijado un rumbo claro hacia la
inflación, mientras que los bancos de los mercados emergentes están
cambiando hacia una moneda sólida.
Las implicaciones aquí son enormes para los inversores privados.
Ahora vemos a los mayores participantes del mercado comprando el metal
amarillo de forma masiva en las caídas. Más aún, debido a que los bancos
centrales disfrutan de un sustancial peso en el mercado del oro, sus
decisiones de compra tienen un poderoso efecto sobre el precio. Los
inversores institucionales están volviendo a ver a los metales preciosos
como una "legítima" forma de inversión. Este este rizo de
retroalimentación positiva lo que servirá para estabilizar al oro, al
tiempo que re-emerge como un activo de reserva.
Es todavía el único
El oro sigue siendo la base de las reservas en los bancos centrales,
incluso en un mundo dominado por las monedas fiduciarias. Al parecer,
cuando se trata de un sistema monetario mundial basado en el papel, es
más fácil decir que hacer. Los funcionarios gubernamentales de todo el
mundo, pero especialmente en el mundo desarrollado, se han apresurado en
llamar al oro un anacronismo - no apto para una economía moderna y
globalizada. Sin embargo, estos mismos gobiernos nunca lo han aplicado a
sí mismos vendiendo sus tenencias, o para el caso, entregando al menos
una fracción sustancial de las mismas. Aquellos que han pedido con mayor
fuerza, de hecho, se comportaron de manera más conservadora.
EE.UU., que cuenta con la friolera de 75% de sus reservas en oro, y los
países de Europa Occidental, los cuales tienen un promedio de
aproximadamente el 64% de sus reservas en oro, parecen creer que nadie
debe poseer oro - ¡excepto ellos! No debería sorprender a nadie que los
bancos centrales de los mercados emergentes hayan detectado la doble
moral. A medida que avanzan económicamente, estos países están menos
propensas a hacer lo que Washington dice que está bien y más propensos a
pensar por sí mismos. Y con un promedio de menos del 20 por ciento de
sus reservas en oro, es obvio que saben que les falta algo para ponerse
al día.
Detrás de las cortinas de humo entonces, los bancos centrales del mundo
desarrollado son acaparadores. Los bancos centrales de los mercados
emergentes son buscadores. Significativamente, nadie está vendiendo,
sólo comprando.
La fantasía fiduciaria se encuentra con la realidad
¿Qué está causando el regreso de la fiebre del oro? Dos palabras: exceso
de deuda. La banca central independiente ha sido siempre más un sueño
que una realidad. Los políticos sabían desde el principio que podían
vaciar la cuenta y luego arrinconar a los banqueros centrales para que
los rescaten a través de la inflación, también conocida como default
furtivo. Lamentablemente, los banqueros centrales han debidamente
obedecido - ninguno, por ejemplo, ha renunciado como forma de protesta.
Sólo unos pocos han desafiado alguna vez a sus gobiernos, y sólo por
períodos cortos.
Por supuesto, los gobiernos a lo largo de la historia han creado las
condiciones para su propio colapso al manipular la oferta de dinero para
pagar deudas. Socavar la moneda significa socavar la economía en su
conjunto, lo que reduce los ingresos fiscales y crea más deuda. Pronto,
las consecuencias indeseadas de la política abruman a sus consecuencias
deseadas, y el estado colapsa - junto con los puestos de trabajo de
esos banqueros centrales. Comprometidos están, sin embargo, los
banqueros centrales.
Seguro de Valuación
Frente a este ciclo histórico, la mejor póliza de seguros es el oro
físico. Aquellos con mayor cantidad de él mejor van a capear los
próximos rounds de devaluaciones competitivas. No es de extrañar que los
bancos centrales en los mercados emergentes están buscando ponerse al
día respecto a sus pares del mundo desarrollado.
¿Cuánto oro apilarán los bancos centrales? No podemos y no sabemos con
certeza. Lo que podemos y sí sabemos con certeza es que han decidido
prudentemente un cambio estratégico en la política. Esto está creando un
piso para el precio del oro y un futuro más brillante para aquellos que
estén preparados para el regreso de la moneda sólida.
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