Thursday, September 8, 2016

Los políticos son constructores de muros

Alejandro Tagliavini considera que tanto los muros que se empezaron a construir durante la administración de Bush así como la ley del estado de Arizona, lograrán detener el flujo de inmigrantes.
Desde la Gran Muralla China pasando por el muro de Berlín, el mundo ha sido saturado de barreras para impedir la llegada de "invasores", terroristas, narcotraficantes o inmigrantes. Barreras aduaneras, para "proteger la industria nacional", visados y pasaportes sin los cuales no se puede entrar ni salir de ningún país.
Son todas construcciones de los políticos que impiden la integración y la entremezcla natural de los pueblos, desarticulando la paz. No podía ser de otra manera, ya que lo hacen utilizando su "autoridad", es decir, el monopolio de la violencia que se atribuyen los Estados. Y la violencia, ya lo sabemos, siempre destruye.



Quizás las barreras más irónicas son las que impiden el ingreso al "mundo de la libertad", la cerca de alta tecnología que EE.UU. comenzó a construir en la frontera mexicana para tratar de frenar una inmigración que —irónicamente— crecía, demostrando que las prohibiciones a la libertad tienen patas cortas, hasta que la crisis económica hizo recular a los inmigrantes.
Pocos años atrás G. W. Bush firmó la construcción de este muro de unos 1.200 kilómetros en diferentes tramos a lo largo de la tercera parte de la frontera con México, a un costo mayor a los US$6.000 millones. Me recuerda al muro de Berlín y a los que murieron al intentar cruzarlo. El número de inmigrantes que mueren al intentar entrar a EE.UU. hoy son casi 400 al año, en general por agotamiento en el desierto, frente a los 241 que se registraron en 1999.
El cruce de "ilegales" desde México aumenta, faltando menos de dos meses para que entre en vigor la nueva ley en Arizona, estado que gastó en 2009 US$2.700 millones para apresar a "ilegales", arrestos que aumentaron 6% en lo que va de 2010, comparado con una disminución de 9% en el resto de la frontera.
Ahora Obama ordenó el envío de 1.200 efectivos de la Guardia Nacional a la zona fronteriza, presionado por los republicanos que pretendían no menos de 6.000. También solicitaría US$500 millones para la protección fronteriza y actividades policiales.
Según la ONU, hay unos 200 millones de inmigrantes en el mundo y es a EE.UU. adonde más han ido, 40 millones (20% de la migración mundial), luego a Rusia 13,3 millones, y a Alemania 7,3 millones. Así, las minorías, que hoy suman un tercio de la población de la primera potencia, en 2050 alcanzarán 54% del total. La población hispana, que constituye hoy el 15%, prácticamente se triplicará: de 46,7 millones en 2008 a 132,8 millones y será 30% del total. Los afroamericanos avanzarán muy poco, de 14% hoy (41,1 millones) a 15% (65,7 millones) en 2050.
Resulta que las remesas que envían quienes emigraron a EE.UU. representan para algunas naciones la segunda fuente de financiación externa, después de las inversiones directas. México es el país que más recibe (unos US$14.000 millones anuales). Estos envíos representan 13% del PIB para El Salvador, 12% para la República Dominicana y 10% para Guatemala, Honduras y Nicaragua. En total, las remesas hacia Latinoamérica llegan a unos US$40.000 millones anuales.
Así, la movilidad humana resulta ser un factor decisivo para la expansión económica global, la reducción de la pobreza y el afianzamiento de la paz. Movilidad que desmiente al populismo demagógico, ya que todos los inmigrantes salen de países donde el mercado sufre fuerte intervencionismo ("protecciones") para radicarse donde hay más respeto por la libertad personal.
Según el Foro Económico Mundial, famoso por sus reuniones en Davos, Suiza, en un ranking de 125 países, Singapur es el país menos "proteccionista" del mundo, seguido por Hong Kong, Dinamarca, Suecia, Suiza, Nueva Zelanda, Noruega, Canadá, Luxemburgo y los Países Bajos. Chile es el mejor de América Latina, en el puesto 18, mientras que los países netamente proveedores de migrantes están muy por debajo: Brasil 87, Colombia 91, Argentina 95, Bolivia 98 y Venezuela 121.
En fin, el mensaje a los políticos debe ser claro: basta de "defendernos" que, con la violencia, solamente se destruye.

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