Alberto Mansueti
En el Centro de Liberalismo Clásico estamos desarrollando
ofertas en el orden municipal, para candidatos a Alcaldes y miembros de Juntas
Municipales que adhieren a nuestro ideario político.
La derogación de las leyes malas y las Cinco
Reformas nos enfoca en el nivel nacional; pero mientras tanto, ¿es posible
hacer algo por nuestros Municipios?
Sí es posible, y mucho; pero sin mentir: son
medidas de alivio, parciales, con ventajas importantes pero limitadas; son pasos
en un camino más largo. Dos tipos de políticas municipales:
En primer término, así como en el orden nacional de
entrada hay que derogar las leyes malas, en el orden municipal se puede
comenzar derogando las ordenanzas malas, de contenido irracional. Y en algunos
casos se les puede “racionalizar”, con enmiendas o derogaciones sólo parciales.
De igual modo se pueden reducir impuestos exagerados, multas caprichosas, y otros
arbitrarios costos que se les cargan a la gente en las ciudades. Son medidas para
resolver problemas vistos como urgentes según las encuestas, y que pueden tomarse
a corto plazo, en cinco áreas claves de la vida municipal.
Les llamamos “Las Cinco Soluciones”:
(1) Vivienda y construcción. Construir, ampliar o
reformar una vivienda hoy en día es imposible en muchos casos, y en otros
implica un largo y costoso calvario burocrático. Eso puede y debe cambiar.
(2) Negocios formales, centros educativos y
médicos, consultorios y oficinas profesionales. Hay muchos reglamentos y
normativas para tiendas, comercios, escuelas y clínicas, estudios de abogados,
contadores o arquitectos, que no se justifican, y otras que se deben revisar y
modificar, así como rebajar considerablemente los costos implicados.
(3) Comercio informal y ventas ambulantes. La
justicia y la policía son inaccesibles hoy día para los pequeños emprendedores,
así el valor de la legalidad disminuye; y por otro lado, sus costos aumentan a
diario. Por eso esta paradoja: la actividad económica más visible, la que se
mira por las calles y avenidas, es clandestina. Y a veces criminalizada. Esto
también puede y debe cambiar.
(4) Transporte público. Las licencias para
autobuses y taxis, así como reglamentos, impuestos, tasas y multas, en muchos
casos pueden y deben ser flexibilizadas, en beneficio de transportistas y
usuarios.
(5) Tránsito vehicular y peatonal. El desorden de
ahora tiene que dar paso al orden; y eso es posible racionalizando,
clarificando y simplificando la normativa existente.
¿Nada más? ¿Y cómo evitar más caos en las
ciudades, que ya es mucho e incontrolable? Es que faltan tres elementos, quizá los
más importantes, por eso los tratamos de último. Pero no son tareas que se
pueden hacer de inmediato, requieren algo más de tiempo. Veamos.
En segundo término, y así como en el orden
nacional, las Cinco Reformas ponen a los Gobiernos a cargo de sus tres
funciones propias, seguridad, justicia e infraestructura física, en lo
municipal también se pueden establecer, corregir o componer esas mismas tres funciones.
Les llamamos “Los Tres Servicios Básicos”:
(1) Seguridad. Las policías y fuerzas de
vigilancia y seguridad pueden y deben ser expurgadas de elementos indeseables,
profesionalizadas, equipadas y entrenadas, así como los bomberos.
(2) Justicia. La “justicia de paz”, o “de
equidad”, de carácter conciliatorio, centrada en la víctima, y en la debida
restitución o compensación por el daño, tiene su ámbito propio en el orden
municipal.
(3) Y por fin la infraestructura, como marco
general de todo lo anterior: trazado y construcción de nuevas calles y
avenidas, ordenamiento territorial, pavimentación, señalización, dotación y
mejoras en energía y agua potable, así como en aguas servidas y alcantarillado,
el aseo urbano y los residuos, los espacios públicos, arborización, parques y
paseos, etc. Mucho puede y debe hacerse, comenzando por las auditorías y
controles, a fin de prevenir y castigar la corrupción en licitaciones y
contratos.
¿De dónde sacamos estas ocho (8) prioridades? Como
siempre: de las encuestas serias, no de las electoreras. Estudios cualitativos
y cuantitativos nos permiten escuchar a la “mayoría silenciosa”, puesto que la
prensa ha sido secuestrada por las “minorías ruidosas”. Y nos revelan las
necesidades más imperiosas en los centros urbanos, según categorías socio-demográficas,
y cortes o segmentos de opinión, jerarquizadas conforme su orden y peso
relativo.
Desde luego que también somos políticos (aunque no
politiqueros), y ordenamos los puntos de esta Agenda de Gobierno Municipal no
sólo según los criterios liberales clásicos, sino además con miras a obtener el
apoyo de toda la población, sector por sector. En base a esta Agenda puede
desarrollarse una campaña electoral muy exitosa en ciudades y Municipios.
Pero con los candidatos que apoyamos firmamos un compromiso,
para hacer estas ofertas y seguir estos lineamientos en sus campañas electorales,
y para hacer estas políticas públicas en sus cargos, en caso de resultar
electos. Y los postulantes además se comprometen a desvincularse de nosotros públicamente
en caso de abandonar este curso de acción, sin esperar a que seamos nosotros quienes
comuniquemos a la gente esa desvinculación.
Así los temas quedan claros y el compromiso firme,
para los postulantes y para nosotros; y lo más importante: para la ciudadanía,
cuya mayoría silenciosa, agobiada por el estatismo y el socialismo, hoy reinantes
por doquier, aspiramos a representar dignamente. De este modo es como los
liberales clásicos entendemos y practicamos la democracia representativa.
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