Por Antonella S. Marty
Gobernante, ¿quieres que el país progrese?
- No interfieras en la vida personal de tus ciudadanos.
- No busques cercenar los derechos de propiedad, y no te aferres a la
tendencia de las expropiaciones. No olvides los incentivos de la
propiedad privada, y tampoco olvides que lo que es de todos, al fin y al
cabo termina siendo de nadie.
- No quieras controlar los medios de comunicación. La libertad
necesita de diversidad de medios y de información independiente que
circule sin intervenciones gubernamentales.
- No encarceles por pensar diferente. De las distintas opiniones se crece, y por ellas se enriquece la cultura.
- No busques un enemigo o algún chivo expiatorio para culparlo de
todos los males. Deja de culpar a los Estados Unidos, al imperialismo,
al capitalismo o a la globalización. Acepta los errores que han cometido
los gobiernos de tu país y no fomentes las medidas populistas de
empobrecimiento.
Reduce los puestos públicos. El empleo público es improductivo ya que fomenta la pobreza y estanca a la sociedad.
Recuerda que si la pobreza disminuyera con planes sociales, los
mismos deberían ser cada vez menos, y no deberían aumentar
descomunalmente tal como sucede en los países donde se aplican estas
medidas clientelistas y de corto plazo. En cambio, sí podrás disminuir
la pobreza con educación de calidad, con apertura de la economía, con
inversión privada, lo que llevará a la creación de un buen número de
empleos productivos y gente pensante.
No interfieras en la justicia, la misma debe ser independiente para
que el Estado de Derecho pueda llevarse a cabo de modo correcto.
Recuerda que el Estado no cuenta con ninguna naturaleza empresaria.
No pongas a los burócratas del Estado a manejar empresas, porque a la
larga tendrás empresas sin empresarios y llenas de parásitos
dependientes del dinero del contribuyente.
Levanta la voz ante los atropellos a las libertades civiles,
económicas y políticas en el mundo. No te quedes callado y no seas
cómplice del populismo del siglo XXI.
No le quites a algunos para darles a otros. No olvides: la riqueza
no tiene un tope. Se trata de aumentar el tamaño de la torta, no de
repartirla cada vez más en trozos más pequeños.
Fomenta el comercio, ésta es la gran clave. Abre los mercados,
ningún país crece bajo el proteccionismo o encerrando a su gente. Jamás
te tientes, porque una vez que caes no hay vuelta atrás.
No utilices los planes sociales para conseguir votos. Esta medida
populista hará que los ciudadanos se hagan dependientes del gobierno, y
sólo crearás una sociedad parasitaria que te demandará cada vez más
necesidades.
Dale libertad a la educación. Pon a los colegios y a las
universidades a competir. Fomenta la educación privada, la libertad de
programas de estudio y la libre elección de los estudiantes y los padres
sobre su educación.
No aumentes los impuestos, ya que estos siempre recaerán fuerte
sobre los más pobres, y a la larga crearás improductividad en la
sociedad. Déjalos ahorrar.
No aumentes el gasto público. No despilfarres el dinero de los
individuos para fomentar planes que los empobrecerán cada vez más, ni
utilices aquel dinero para enriquecerte junto a tu séquito.
Deja de lado la emisión monetaria, ya que la misma sólo generará más inflación.
Fomenta la inversión privada, deja que aumente la riqueza en la
sociedad. Los empresarios son los que generan empleo productivo, no les
pongas más trabas a sus actividades comerciales.
Ponle pausa a las barreras burocráticas y a los interminables trámites. El tiempo de un individuo vale mucho.
No utilices al Estado como fuente de trabajo para tus familiares y amigos.
No pongas a tu cuerpo de economistas a fijar precios en el mercado.
Los precios son señales, y cuando interfieres en tal proceso
distorsionas la vida diaria de la sociedad. Déjalo en manos de la oferta
y la demanda.
No dividas a la sociedad y tampoco impongas tu manera de pensar.
Sería lamentable que tus políticas dividan familias, terminen amistades o
arruinen una cena de domingo.
Protege a tus ciudadanos del narcotráfico, no lo dejes ingresar, y jamás cedas ante el terrorismo.
No descuides la seguridad de los ciudadanos. Si alguien roba, mata, o
viola no debe quedar impune. Las leyes están para cumplirse. Que la
cárcel no se convierta en un lugar transitorio de una o dos noches para
la gente que comete este tipo de crímenes.
Olvídate de las cadenas nacionales, quítate esa necesidad de ser visto y adorado.
Recuerda que el “dinero estatal” no existe. El Estado no produce nada, sólo existe el dinero de los individuos.
No juegues con el nacionalismo, es un camino peligroso.
No manipules las elecciones. Como llegaste te vas a tener que ir. El
asiento presidencial no es para siempre, así que olvida tu tentación de
perpetuarte en el poder bajo las típicas re-reelecciones indefinidas
del populismo latinoamericano.
No cambies las reglas de juego. Esto es crucial tanto para las
relaciones con distintos actores, inversores, ciudadanos y otras
naciones.
Escucha a los tanques de pensamiento, interactúa con ellos, ten en
cuenta las distintas opiniones, nútrete del ambiente intelectual y nunca
impongas una línea de pensamiento en la opinión pública.
Ten cuidado con los sindicatos.
Fomenta la meritocracia, no te pongas a repartir privilegios.
Olvídate del personalismo, cumple tu período, y preocúpate por dejar
un legado. Haz que tus políticas sean continuadas por partidos
distintos al tuyo, esto, con políticas correctas, logrará llevar al país
por el buen camino del largo plazo, y así el país conocerá el progreso.
Y por último, recuerda que el gobierno debe obedecer las leyes y
rendir cuentas constantemente. Llegaste para recibir órdenes de tu
pueblo, no para decirle lo que tiene que hacer y convertirlo en tu
rebaño personal. La sociedad debe estar formada por individuos, no por
súbditos.
Si logras cumplir estos principios
entonces obtendrás una administración exitosa, y más aún, promoverás que
los ciudadanos desarrollen sus vidas al máximo. No cometas el error del
populismo del siglo XXI. La experiencia global lo ha demostrado, y han
sido los gobiernos de tinte interventor, de tamaño grande y de
características estatistas y populistas, los primeros en conseguir el
descontento y el rechazo por parte del pueblo. No te equivoques como
ellos, sé diferente y pon en práctica a la libertad.
No comments:
Post a Comment