Los cantos de sirena del Estado
Por Robert Higgs
El Estado es la más destructiva
institución concebida por los humanos, un incendio que puede ser
controlado por muy poco tiempo, antes que se propaguen las llamas por
todas partes. Lo que promueve el crecimiento del Estado debilita la
defensa de los individuos y nada promueve más el crecimiento del Estado
que una emergencia nacional.
La actividad fundamental del Estado es
el robo, aunque le dan otro nombre --impuestos--, bajo la excusa de que
se trata de una obligación, inclusive moral.
Todos los gobiernos son oligarquías, ya
que apenas un pequeño grupo de personas toman las riendas y deciden cómo
usar el poder. Detrás de ellos, un grupo más grande constituye la
coalición que los apoya. Ese otro grupo goza de privilegios legales,
subsidios, cargos, concesiones exclusivas, licencias y transferencias de
riqueza, a costa de las masas. Así utilizan la fuerza, incluyendo la
policía y el ejército, para explotar a los demás, obligándolos a
respetar las leyes que imponen.
A pesar del encanto ideológico que los
altos funcionarios y los intelectuales estatistas utilizan para
desplumar a la gente, a veces la gente se resiste y apoya a políticos
que prometen aligerar las cargas, evaden impuestos y regulaciones,
operan en la economía informal, violan las prohibiciones o emigran.
Casi cualquier guerra sirve el objetivo
político porque une a la gente, al menos en el corto plazo, en apoyo a
la bandera. Y como el gobierno siempre entona cantos de sirenas, esa
constante propaganda cala, especialmente cuando se logra asustar a la
gente y se utiliza a los medios de comunicación para lograrlo.
La llamada "guerra contra el terrorismo"
ha disparado el crecimiento de ciertas industrias en Estados Unidos.
Entre 1999 y 2006, el número de empresas contratistas del Departamento
de Seguridad Nacional se disparó de nueve a 33.890 compañías. Y lo menos
que los buitres quieren es que disminuya el miedo, lo cual terminaría
con sus negocios que dependen totalmente del dinero proveniente de los
impuestos.
Un Estado pacífico es una virtual
imposibilidad. Cuando no pelea con extranjeros, pelea con su propia
gente, para mantenerla bajo control. Nunca gozaremos de una paz duradera
mientras nuestra lealtad sea a un rey, que en nuestro caso es ese
conglomerado de explotadores institucionalizados que llamamos Estado.
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