Friday, July 22, 2016

La larga noche bolivariana

Gabriela Calderón de Burgos indica que con menos recursos múltiples gobiernos anteriores obtuvieron como resultado una tasa de crecimiento ligeramente superior a la que ha experimentado el país durante la administración más de 9 años de Rafael Correa.

Gabriela Calderón de Burgos es editora de ElCato.org, investigadora del Cato Institute y columnista de El Universo (Ecuador).
La última camada de bolivarianos en Latinoamérica llegó con la bonanza de las materias primas. Afortunadamente para los ecuatorianos, nuestros bolivarianos locales se toparon con una economía blindada con la dolarización, impidiendo que el gobierno pueda imprimir billetes para financiarse. Pero veamos qué ha pasado durante esta larga noche bolivariana.



Presenciamos el auge de un gobierno que tuvo muchísimos más recursos que múltiples gobiernos anteriores juntos, debido a la bonanza petrolera y a una mayor recaudación tributaria. Según cifras del Banco Central, el gobierno recibió entre 2007 y 2014 $72.500 millones por ingreso petrolero, más decenas de miles de millones vía impuestos y nueva deuda.
Esta lluvia de recursos fue utilizada para aumentar dramáticamente el gasto público. El tamaño del Estado en relación a la economía creció de manera importante: en 2006 el Estado consumía 27% del PIB mientras que en 2014 llegó a consumir 44,2% del PIB (en 2015 esa proporción cayó a 38%).1
El gobierno no solo gastó los recursos descomunales que recibió, sino que además estos recursos le resultaron insuficientes y el endeudamiento público empezó a crecer nuevamente. Según cifras del Ministerio de Finanzas, que omite préstamos como aquellos de las preventas de petróleo a China y que infla las cifras del PIB, la deuda pública total ha pasado de 27% del PIB en 2007 a 34,6% actualmente. Según una estimación independiente del PIB2, dado que el gobierno utiliza cifras del PIB que están desactualizadas, este porcentaje llegaría a 36% y a una proporción todavía mayor si se incluirían todos los préstamos.
¿Cuál ha sido el resultado de todo esto en comparación al periodo inmediatamente anterior cuando, recordemos, ya estábamos dolarizados pero no experimentábamos semejante bonanza? El resultado ha sido que mientras que en 2001-2006 crecíamos a una tasa promedio de 4,8%, entre 2007 y 2015 ese promedio cayó a 3,8%.3 A esto hay que agregarle que los menores recursos percibidos en el periodo que crecíamos a una tasa superior (2001-2006) no solo rindieron para crecer a ese paso sino también para empezar a reducir de forma considerable el endeudamiento público, habiendo pasado este de 57,9% del PIB en 2001 a 28,8% en 2006. Durante 2001-2006 tampoco crecía el gasto público de manera dramática, se mantuvo en alrededor de 20% del PIB.
De manera que cuando ya estábamos dolarizados, el Estado ecuatoriano gastaba mucho menos (casi la mitad de lo que ha llegado a consumir actualmente), reducía en lugar de aumentar la deuda pública, no percibía ingresos extraordinarios por la bonanza petrolera, crecíamos a una tasa ligeramente superior.
Todo esto es para ilustrar la gigantesca ineficiencia del modelo económico de los bolivarianos que nos gobiernan desde hace nueve años. Desafortunadamente, cuando empiezan a saltar a la vista las falencias de su modelo, prefieren profundizarlo en lugar de reconocer que se han equivocado. Ya llevan por lo menos año y medio perdiendo tiempo y distrayéndonos con locuras como el timbre cambiario, las salvaguardias, el dinero electrónico, la cacería de brujas en paraísos fiscales, etc. Todo para desviar la atención del verdadero problema: dirigen un Estado elefantiásico que empobrece cada vez más a la sociedad ecuatoriana.

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