ESTADOS UNIDOS
Candidato republicano a la Casa BlancaEl mensaje tradicional republicano ha sido borrado del mapa. El magnate carece de programa electoral. Solo hay furia. O, más bien, odio
En 2008, el ex gobernador de Arkansas -el mismo estado del que salió Bill Clinton-, Mike Huckabee se presentó a las primarias republicanas. A pesar de situarse a la derecha de prácticamente todos los demás candidatos, y de tener un presupuesto ridículo comparado con el de sus rivales, ganó 8 estados, logró 4,3 millones de votos, y quedó segundo, por detrás de John McCain,que sería el candidato a la presidencia. Este año, Huckabee ha vuelto a presentarse. En la primera cita de las primarias, el 1 de febrero en Iowa, donde había ganado en 2008, acabó noveno, con menos de 3.500 votos. Aquella misma noche, Huckabee se retiró.
¿Qué había pasado? ¿Cómo se puede pasar de 4,3 millones de votos a 3.500 sin haber cambiado de programa político y teniendo, encima, un programa propio en la televisión conservadora por excelencia, Fox News?
Mientras recargaba su iphone el miércoles en Cleveland, entre los estudios de, precisamente, Fox News, y la mini redacción de The Wall Street Journal, Huckabee compartía sus impresiones con EL MUNDO. "Cuando 'volví a la carretera' en 2015, me di cuenta de que la actitud de los votantes había cambiado. Estaban furiosos. Se sentían estafados. Querían darle una patada en el trasero a la élite, al establishment [la palabra que en EEUU se emplea para definir lo que en España sería calificado como "la casta"], darle un buen meneo a todo", explicaba, con su amplia anatomía -Huckabee es famoso por su glotonería, sus subidas y bajadas de peso y su lucha contra la diabetes-descansando en una silla.
Había llegado Donald Trump. Y Huckabee, el representante del ala más populista y conservadora del Partido Republicano, había sido barrido del mapa político para siempre.
Donald Trump no es un candidato normal. En cierto modo, es un movimiento. Así lo definió su esposa, Melania, en su controvertido (por plagio) discurso en la Convención Republicana, el lunes. "Vosotros habéis convertido esta improbable campaña en un movimiento", dijo la ex modelo eslovena y tercera esposa de Trump a los delegados del polideportivo Quicken Loans Arena. "¡Ya no es más una campaña, es un movimiento!", gritó el martes Donald Trump 'junior', el hijo del empresario y su primera esposa, la también modelo (en este caso, checa), Ivana Zelniková, cuando su padre alcanzó el número de delegados necesario para transformarse en el candidato a la presidencia del Partido Republicano.
Ahora bien, ¿es un movimiento? "Desde luego. Es un movimiento porque trasciende las divisiones habituales de los partidos políticos. Hay obreros que siempre han sido demócratas y que votan por Donald Trump. Hay independientes que votan por Donald Trump", respondía Huckabee. Su teoría es que Trump es solo un caso más de un fenómeno que se está dando en Europa y en Estados Unidos, y que el percibió el 24 de junio, cuando se despertó en Londres, donde estaba de visita, con la noticia de que Gran Bretaña había votado a favor de salir de la Unión Europea.
"La gente siente que ha sido dejada en la estacada por las élites financieras, políticas, culturales y mediáticas. Y quiere castigarlas. Ahí es donde entra Trump, igual que el movimiento para sacar al Reino Unido de la Unión Europea", explicaba Huckabee antes de interrumpirse y decir: "¡Ahí va el avión de Trump!". Efectivamente, el aparato se paseaba por los cielos de Cleveland, rumbo a otro evento familiar, en el que Trump-que ha descubierto que su familia es un activo político de primera magnitud-iba a juntarse con su candidato a vicepresidente, Mike Pence.
La similitud entre el Brexit y Trump no es exagerada. El líder del partido nacionalista británico UKIP, Nigel Farage y el jefe de la ultraderecha euroescéptica holandesa Geert Wilders-que quiere un referéndum para que su país salga de la UE y del euro-están en Cleveland.
Entonces, es un movimiento en contra de 'la casta'. Pero, ¿a favor de qué?. Ahí, Huckabee no tenía dudas: "Es en contra del status quo, pero no tiene un programa". Efectivamente, la Convención Republicana está siendo, desde el punto de vista programático, un desierto. No hay ni una sola idea, aparte construir un muro en la frontera con México. El único concepto que las estrellas de reality shows, que son la profesión mejor representada en el escenario, defienden es la eficacia. La eficacia de Trump, se entiende.
El mensaje tradicional republicano ha sido borrado del mapa. No hay alusiones al sector privado, a la privatización del sistema de pensiones, a la reducción del tamaño del Estado, a bajar los impuestos. Solo hay furia. O, más bien, odio.
En 2004, el grito de guerra de los delegados era "chaquetero", para referirse al candidato demócrata John Kerry. En 2008, "perfora, nena, perfora", en curioso homenaje a Sarah Palin, la candidata a la vicepresidencia y entonces heroína de los conservadores. En 2016, el cántico es "que la encierren", "Hillary a la cárcel". Lo que no está claro es qué van a hacer los que estén fuera del polideportivo Quicken Loans Arena.
No comments:
Post a Comment