Tuesday, June 28, 2016

Primero Reino Unido, luego Escocia, ¿después Texas?



No tardaron mucho. Sólo horas después de que llegaran los resultados finales del abandono británico de la UE, los líderes políticos de Escocia están hablando de renovar sus esfuerzos por independizarse del Reino Unido.
Señalando el hecho de que una gran mayoría de escoceses votó por mantenerse en la UE, los defensores de la independencia de Escocia afirman (convincentemente) que Escocia está abandonado la UE contra su voluntad.
A muchos de los que defendimos la secesión de Escocia en 2014, por supuesto, nos pareció en su momento bien dicha secesión. Y nos sigue pareciendo bien ahora. Escocia debería ser libre para decir adiós y seguir su propio camino.
Sin embargo, algunos opositores a la salida de Escocia han afirmado que esta es demasiado pequeña como para “quedarse sola”. Los defensores de la independencia de Escocia llaman a esto el argumento de “demasiado pequeñitos, demasiado pobres, demasiado tontos”.



Sin embargo, incluso el análisis más rudimentario demuestra que el tamaño no es un problema para Escocia. Con un PIB oficial de aproximadamente 245.000 millones de dólares, Escocia no es muy distinta de Irlanda, Finlandia y Dinamarca. Su economía es mucho mayor que la de Islandia (16.700 millones) y Nueva Zelanda (172.000 millones).
Con una población de 5,3 millones, esto pone a Escocia como similar o superior a Dinamarca, Noruega, Finlandia, Nueva Zelanda e Irlanda.
Con una población de este tamaño, el PIB por cabeza de Escocia se encuentra en torno a los 45.000$, que naturalmente es similar al de Reino Unido ahora mismo y también es similar al de Canadá, Holanda, Austria, Finlandia y varios otros estados europeos, tanto granes como pequeños.
Hay quien argumentaría que los escoceses no pueden quedarse solos porque dependen demasiado de los contribuyentes ingleses para transferencias de pagos como pensiones. Esto en parte es indudablemente cierto, aunque el gobierno de Reino Unidos también extrae dólares fiscales de los escoceses, regula el comercio escocés con la UE y todos los demás y tal vez los escoceses simplemente quieran independencia, aunque signifique una perturbación temporal de sus niveles de vida.
Pero, sin embargo, no cabe negar que Escocia, incluso por sí misma está dentro del ámbito de los estados nación ricos normales, en términos de población y tamaño de su economía. Escocia no es en modo alguno un caso aparte.
La afirmación de que es “demasiado pequeña” se repitió hoy, sin embargo, en este artículo de Roger Bootle en The Telegraph, en el que escribe:
Aunque no os lo creáis, hay una extensa literatura económica sobre el tema del tamaño óptimo de un país o, más apropiadamente, una asociación política. Desde el punto de vista económico, al ir aumentando el tamaño de las entidades políticas, se abre un espacio para las economías de escala en el gobierno y el suministro de bienes públicos, como la defensa. Igualmente, dentro de una sola entidad política no hay restricciones sobre el comercio, como aranceles o cuotas, así que, en igualdad de condiciones, las ganancias del comercio se maximizan al irse haciendo más grandes las entidades políticas.
Pero hay límites al tamaño deseable de las entidades políticas, de forma que resulta que en todo caso un solo gobierno mundial no sería lo óptimo. Cuanto más grande, e indudablemente cuanto más heterogénea sea una entidad política, más recursos se utilizan sin discutir sobre distribución, es decir, quiénes deberían beneficiarse de diversos tipos de gastos públicos y quiénes deberían pagarlos. La calidad del gobierno tiende a deteriorarse.
Bootle tiene razón en que hay indudablemente ventajas de tamaño en lo que se refiere a la defensa nacional. Evidentemente, es mucho más difícil para un invasor extranjero conquistar Rusia que Polonia. Sin embargo, lo que no ve Bootle es que estos asuntos pueden tratarse mediante confederaciones, en lugar de mediante unificación política. Por supuesto, el propósito original de Estados Unidos era actuar como una confederación para fines de defensa. Sin embargo, los estados miembros siguieron siendo autónomos dentro de sus fronteras. Estructuras similares han existido a lo largo de la historia, de la OTAN a la Liga Hanseática en el norte de Europa.
Escocia no tiene que ser parte de Reino Unido para llegar a un acuerdo de defensa con los británicos.
El resto de los argumentos de Bootle parecen incluso más engañosos. Por ejemplo, no es cierto que estados más grandes faciliten el comercio. Como ha demostrado la experiencia de Reino Unido, ser miembro de la UE ha concedido acceso a algunos mercados, pero ha limitado el acceso y la flexibilidad con otros mercados. (Noruega y Suiza tienen acceso a esos mismos mercados, por cierto, sin ser miembros de la EU).
Este fue también un tema y fuente de conflicto importante en Estados Unidos, con respecto a los estados del sur. Sí, el ser miembro de Estados Unidos facilitaba el comercio entre estados, pero el comercio entre estados del sur y mercados extranjeros se vería perjudicada por la política arancelaria de EEUU. Afirmar que se “maximizan” las ganancias del comercio en los estados más grandes es bastante exagerado, como mínimo.
De hecho, hay muchas razones para creer que el tamaño “óptimo” del estado es considerablemente menor que el que sugiere Bootle. (El subtexto el artículo de Bootle, por supuesto, es que Escocia está por debajo del tamaño óptimo).
Como escribía en 2014 Peter St. Onge acerca del referendo un escocés de ese momento:
Así que lo pequeño es posible, ¿pero es una buena idea?
La respuesta, quizá sorprendente, es un sonoro “¡Sí!” Estadísticamente hablando, al menos. ¿Por qué? Porque según las cifras de los Indicadores de Desarrollo del Banco Mundial, entre los 45 países soberanos de Europa, los países pequeños son casi el doble de ricos que los países grandes. La distancia entre los 10 mayores y los 10 menores va del 84% (para toda Europa) al 79% (para solo Europa Occidental).
Hay una enorme diferencia: para apreciarla, incluso un cambio del 79% en riqueza es aproximadamente la diferencia entre Rusia y Dinamarca. Eso es enorme, considerando las similitudes históricas y culturales, especialmente dentro de Europa Occidental.
Incluso entre hermanos lingüísticos, las diferencias son abrumadoras: Alemania es más pobre que los estados pequeños germanoparlantes (Suiza, Austria, Luxemburgo y Liechtenstein), Francia es más pobre que los estados pequeños francoparlantes (Bélgica, Andorra, Luxemburgo y Suiza de nuevo y, por supuesto, Mónaco). Incluso Irlanda, durante siglos asolada por los belicosos ingleses, es hoy más rica que sus antiguos amos en el Reino Unido, un país 15 veces mayor.
¿Cómo puede ser? Hay dos razones. La primera es que los países pequeños son habitualmente más responsables ante su gente. Cuanto más pequeño es el país, más fuerte es la retroalimentación política. Lo que significa que las ideas verdaderamente horribles tienden a corregirse antes. Si Mao Tse Tung hubiera estado trabajando en un complejo de viviendas en lugar de en un país de casi mil millones de personas, sus ideas absurdas no habrían matado a millones.
Segundo, los países pequeños simplemente no tienen dinero para dedicarlo a ideas verdaderamente tontas. Como las guerras contra el terrorismo o cadenas de flores de bases militares en todo el mundo. Una Escocia, o un Vermont, independiente, es improbable que invada Iraq. Hace falta un país grande para hacer cosas absurdas.

Una lección para los estados de Estados Unidos

Cuando los estadounidenses realizan experimentos mentales acerca de la posible secesión de estados, a menudo se supone que la mayoría de estos son demasiado pequeños “como para quedarse solos “. En realidad, la mayoría de los estadounidenses infravalora enormemente el tamaño de muchos estados en relación con numerosos estados-nación existentes, independientes y prósperos.
Si Escocia fuera un estado de EEUU, por ejemplo, solo sería un estado de tamaño medio, con un PIB menor que la suma de PIB de Missouri y Connecticut, haciendo de ella aproximadamente el 25º estado más grande en términos de PIB. Con respecto a la población, Escocia es aproximadamente igual a la suma de Minnesota y Colorado. (He eliminado las economías combinadas de China y EEUU de este gráfico para mejorar la escala):
En este mapa, he comparado estados estadounidenses con países extranjeros con un PIB similar:
Para mapas similares, ver aquí.
Además, pocos estadounidenses aprecian lo enormes que son algunos estados de su país, especialmente los cuatro más grandes: California, Texas, Nueva York y Florida.
En términos tanto de población como de PIB, California es aproximadamente igual a Canadá (y con un clima mucho mejor). Texas es igual en economía y tamaño de población a Australia. La economía de Pennsylvania es similar en tamaño a la de Suiza.
Aunque la secesión de estados estadounidenses se rechaza a menudo como algo absurdo, hay pocas razones para creer que un estado como Texas (por nombrar solo un ejemplo) no pudiera pasar inmediatamente de ser un estado a ser un estado-nación. Con una gran economía, ciudades portuarias, petróleo y un acceso fácil a las economías europeas, latinoamericanas e incluso asiáticas por mar, los argumentos económicos contra esa secesión quedan laminados. Y por supuesto, el éxito de estados más pequeños, como Noruega, Dinamarca y Suiza, ilustra que la grandeza en realidad no es necesaria. Naturalmente, muchos otros estados, incluso más allá de los estados más grandes (como Pennsylvania, Nueva Jersey, Carolina del Norte y otros), podrían hacer lo mismo. Todos estos estados estarían entre las mayores economías de la tierra si abandonaran EEUU.
“¿Pero qué pasa con la defensa nacional?”, podrían argumentar algunos. “¿No estaría Texas constantemente en guerra con Estados Unidos?” La experiencia sugiere que Texas estaría en guerra con Estados Unidos aproximadamente tan frecuentemente como Canadá ha estado en guerra con Estados Unidos: cero veces desde 1815.
Raramente se producen guerras internacionales entre países con idiomas comunes, historias comunes e intereses económicos comunes. Si Escocia se independizara, reino unido no enviaría tanques y Escocia podría unirse fácilmente a los estados-nación independientes, igual que muchos estados estadounidenses podrían hacer lo mismo.

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