Por: Jaime de la Casa
‘Sonrían porque sí se puede’,
fue el último mensaje con el que el líder populista de Podemos, cerró
su intervención del debate a cuatro previo a las elecciones generales,
ofrecido por AtresMedia. Nueve días después consiguió más de cinco millones de votos,
algunos más que los 2.833 votos del único partido medianamente liberal
de España, el Partido Libertario. En definitiva el colectivismo, otra
vez, dio una paliza a la libertad individual.
En estas líneas vamos a intentar entre usted y yo, resolver las cuestiones por las cuales, la libertad tiene de apellido; fracaso,
en todas las contiendas electorales, las sociedades, el sistema
económico etc En primer lugar vamos a definir el liberalismo, el de
verdad, no el subjetivo de cada persona. El liberalismo
en resumen, se basa en la defensa de las libertades civiles (libre
condición sexual, libre circulación de personas, libre decisión sobre tu
cuerpo, libertad de culto, pensamiento etc), derechos inalienables
(derecho a la vida, propiedad privada…), igualdad ante la justicia; así
como el libre mercado sin intervención estatal.
¿Por qué algo tan atractivo, y a la vez,
lo más justo para las personas, no tiene buen ver para la gran mayoría
de los españoles? Según un estudio de la Fundación BBVA del año 2013,
3 de cada 4 españoles piensan y opinan que el Estado no sólo debe
existir, sino que además, debe ser la solución de sus vidas así como
aumentar su intervención en la economía. Datos preocupantes que
confirman el desapego de la inmensa mayoría de los españoles a ser libres y no depender del poder estatal.
Hay que entender que esta realidad, en la que la libertad está en peligro de extinción, se debe a una serie de factores que hacen difícil el acercamiento de las personas a este valor.
El Estado y la persona
Cuando vinimos a este mundo, en la
mayoría de los casos, nos sacó de ahí dentro un médico de la Sanidad
Pública, así como íbamos recibiendo besos y halagos de los familiares,
en la sala de espera de un hospital público. Este momento tan esencial
del ser humano está copado por el Estado, y es simbólicamente, el hecho
por el cual, la mayoría de las personas siguen embaucados en las manos
del gestor de su vida y de sus decisiones, el Gobierno.
El Estado te hace creer que es un ser
indispensable en tu vida, y lo más relevante, por la gracia divina.
Proporcionándote una sanidad, educación, sistema de pensiones, ayudas
sociales etc a cambio de que tu les pagues impuestos, todo mediante
coacción y sin libre desvinculación. Pero la persona, ingenua, al ver
que todas las personas aceptan este sistema, no se plantea otra
alternativa de vida, está conforme con la esfera de libertad que le da el Estado.
Por último, el factor posiblemente más
importante, es el educativo. El Estado, pone todo lo que está en su
mano, con un éxito del 88%, para que el individuo que ha llegado al
sistema educativo estatal, pasando por todas sus etapas educativas,
acabe con una edad madura defendiendo el éxito de la socialdemocracia
impuesta de hoy. Haciendo muy difícil que la persona en cuestión,
reflexione acerca del modelo actual que el Estado obliga a aceptar.
La sociedad y la persona
La sociedad se mueve por la empatía, es
decir, tiende a cooperar de manera voluntaria para lograr el bien
individual de cada persona. Ese origen de la voluntariedad entre
personas fue modificado por el Estado, con un objetivo muy claro,
convertir la libre cooperación encolectivismo forzoso.
Ha sido tal el éxito, que hoy día, defender la libre colaboración entre
personas y no exigido por el Estado, te convierte en un individuo
‘egoísta e insolidario’ ante la sociedad.
Un paso hacia la libertad
Vamos observando que hay grandes bases
asentadas en la socialdemocracia actual, y será complejo, abrir la mente
de millones de personas, que están en su pompa de libertad siendo
inconscientes de que aún pueden absorber más y más, de lo que les
proporciona el Estado.
El hacerte creer que estás representado
por alguien (siendo tú el mejor representante de ti mismo), más
la solidaridad forzosa, el bien común, en definitiva, el bien del grupo
por encima de la libertad del individuo, llega a ser consustancial para
la gran mayoría.
Habría que hacer ver a las personas, que
la libertad de poder elegir tu proyecto de vida sin meterte en la de
otros, es la mejor forma de garantizar la ‘justicia social’.
‘Todos hablan de libertad, pero ven a alguien libre y se espantan’
Hugo Finkelstein
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