Monday, June 13, 2016

Palos de ciego de un gobierno sin legitimidad

Salvador Camarena

  
Manlio Fabio Beltrones recuerda que de las 12 gubernaturas en juego, el PRI gobierna en nueve  y “no quisiéramos ganar en menos lugares”. (Archivo)
Tras la derrota priista, la primera acción gubernamental pública y relevante es un manazo. Para quienes se preguntaban cómo reaccionaría el gobierno federal luego del revés del 5 de junio, encerrándose o corrigiendo el rumbo, la duda ha quedado aclarada: el golpe dado este fin de semana en contra de la dirigencia de la Sección 22 confirma el peor escenario.

El día después de la derrota, el presidente nacional del tricolor Manlio Fabio Beltrones publicó en Twitter que: “El PRI asume con responsabilidad el mensaje de la ciudadanía al partido y a sus gobiernos. Hay cosas que reflexionar y cambiar”.

¿Reflexionar? ¿Cambiar? En vista del sabadazo aplicado al número uno y al número dos de la CNTE queda claro que Los Pinos opina, para variar, diferente de Beltrones.

Cuando resultaba más urgente esperar –como dice un experimentado priista–, cuando era menester reflexionar, el presidente Enrique Peña Nieto apretó el paso en una ruta que pone en riesgo la gobernabilidad.

No se trata de ponderar si la CNTE es un tigre de papel (yo diría que no), si la disidencia magisterial ha perdido apoyos (puede ser), si los líderes de la 22 son autores de presuntos ilícitos (a probarse)… Tan debatible todo eso como evidente la falta de recursos y la doble moral por parte de un gobierno que a los suyos les consiente todo mientras encarcela a los que le enfrentan.

Aquí la argumentación de la Procuraduría General de la República sobre la detención el sábado del número dos de la coordinadora, Francisco Villalobos, secretario de organización de la Sección 22 del SNTE:

“Los hechos que se le imputan, ocurridos en el año 2015, consisten en el robo de libros de texto gratuito propiedad de la Secretaría de Educación Pública, en los que además resultó lesionada una persona, dados los medios violentos empleados por el aprehendido y otras personas, contra las que también se ejercitó acción penal”. (http://bit.ly/1Pn1jk0)

El gobierno que mete a Villalobos a la cárcel por (presuntamente) robar libros de texto, perdonó a David Korenfeld por el uso de un helicóptero oficial para fines privados –aunque pagó una multa, ostenta gracias al favor presidencial el cargo de representante de México ante la UNESCO para temas de agua.

Si robas libros de texto el gobierno te mandará a un Cefereso, pero si fuiste acusado de tramitar de manera ilegal más de tres mil millones de pesos en deuda el gobierno no sólo no hará intento alguno por investigar, sino que incluso gestionará ante la justicia española que te liberen.

Villalobos a una cárcel de máxima seguridad por robar libros, pero quienes desde el SNTE y desde otras instancias (hola diputado Bernardo Quezada Salas) han esquilmado a los profesores con esquemas de usura, para ellos el gobierno crea el Profeproa, lluvia de recursos del erario para pagar a agiotistas.

El partido de un gobierno sin credibilidad fue derrotado en las urnas. El mensaje era evidente: no convencen sus políticas, no hay congruencia entre su decir y su actuar.

La CNTE puede haber incurrido en excesos y, concedido, alguno(s) de sus cuadros en más de un ilícito.

Pero si este gobierno quería mostrar que había entendido el mensaje de las urnas, podía haber metido en la cárcel a tantos y tantos propios antes que a unos adversarios.

Es la credibilidad, muchachos. Ustedes no la tenían. Y con las detenciones de este fin de semana, menos. ¿Ahora en contra de quién van, de Andrés Manuel López Obrador?

Que alguien les explique que México no es el estado del mismo nombre.

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