Wednesday, June 29, 2016

Inflación grande, billetes grandes: el caso Venezuela

Artículo de Fidel 2
La escasez general de productos es un fenómeno familiar en Venezuela, desde alimentos y medicinas hasta automóviles. En el país con mayor inflación del mundo la escasez forma parte del día a día, pero ahora este fenómeno se ha extendido a una nueva mercancía: el papel moneda.
El gobierno venezolano ha mantenido políticas de expansión de la liquidez monetaria de manera sostenida a través de los últimos años. Según datos del B.C.V  se inició el año 2016 con un aumento de la liquidez monetaria de 100,5% con respecto al año 2015; este tipo de políticas han causado niveles de inflación que ahora se encuentran en los tres dígitos disparando así el nivel general de precios, y, como los precios aumentan, los consumidores requieren mayor cantidad de billetes para realizar sus compras. Lo sorprendente del caso venezolano es que pareciera que el nivel de precios y la demanda de billetes por parte de los consumidores crecen a una velocidad tan rápida que el gobierno es incapaz de importar suficientes billetes para satisfacer la demanda de los mismos.



En este país petrolero la inmensa mayoría de los productos son importados, y ocurre lo mismo con el papel moneda. El B.C.V cuenta con proveedores internacionales que le proporcionan el papel moneda necesario para imprimir nuevos billetes; sin embargo, el estado venezolano ha venido arrastrando importantes deudas en dólares con estos proveedores externos. El pasado marzo Ruth Euling, directora de la empresa De La Rue (la cual es una de las más importantes proveedoras de papel moneda internacional) envió una carta al B.C.V en la que instaba a la entidad a que efectuara el pago de aproximadamente 71 millones de dólares que se le adeudaba, detallando que de ser evidente el impago de esta deuda esto afectaría seriamente su posición financiera, expresando así la profunda preocupación que existe sobre el pago de esta deuda y las graves consecuencias que tendría. Si tomamos en cuenta que la caída del precio del petróleo ha golpeado fuertemente el ingreso de divisas al país por concepto de exportación petrolera, y si añadimos la situación de profunda crisis económica y política que vive Venezuela, podremos ver que puede llegar a peligrar la capacidad del B.C.V para importar nuevo papel moneda.
Por esto no es de sorprender que el B.C.V venga estudiando la posibilidad de introducir billetes de mayor denominación, lo cual se pudo confirmar en marzo de este año por medio de una entrevista de The Associated Press hecha al presidente del B.C.V, Nelson Merentes, en la cual este afirmó que se pretende introducir billetes de mayor denominación a la masa monetaria, de 500 y 1000 bolívares; sin embargo, aún no existe una fecha oficial para que estos billetes entren en circulación. La introducción de estos billetes podría ahorrarle dinero al B.C.V al permitirle ampliar la liquidez monetaria con una menor compra de papel moneda, ya que es más barato imprimir un billete de 1000 bolívares que diez billetes de 100 bolívares. Entonces, esta medida serviría para reducir los costos de emisión monetaria, y además permitiría satisfacer la demanda de efectivo por parte de los consumidores; de esta forma sería más cómodo hacer pagos en efectivo ya que se reduce la cantidad de billetes que tendrán que usar los compradores en sus transacciones y puede también reducir la frecuencia de uso de los cajeros automáticos por parte de los consumidores al hacer posible el retiro de mayor cantidad de bolívares en una menor cantidad de billetes.
Sin embargo, existe la preocupación de que la impresión de billetes de mayor denominación termine acelerando aún más los niveles de inflación que sufre la economía venezolana, ya que esto implica la continuación de las políticas de expansión monetaria a un nivel incluso mayor, ya que si el gobierno pudiera encargar una tonelada de papel moneda para imprimir nuevos billetes de 1000 bolívares esto aumentaría la liquidez monetaria diez veces más que la impresión de la misma tonelada de papel moneda pero con los actuales billetes de 100 bolívares.
A lo largo de la historia se ha podido observar que los procesos hiperinflacionarios vienen acompañados de la creación de nuevos billetes con denominaciones cada vez más altas, una carrera por añadirle ceros a la moneda que no se detiene hasta que las causas que originan este proceso inflacionario son debidamente atacadas. Pareciera entonces que la introducción de billetes con mayor denominación en Venezuela es solo una cuestión de tiempo.

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