Demelza Hays
Un profesor de economía de la Universidad de Pensilvania y un asesor de la Reserva Federal de Filadelfia publicaron recientemente un documento de trabajo donde alegan que Bitcoin es una moneda fíat. Su trabajo investiga una hipotética economía de monedas privadas en competencia donde los emprededores “pueden emitir sus propias monedas fíat con el fin de maximizar su utilidad.” Jesús Fernández-Villaverde y Daniel Sanches dan a entender que Bitcoin y otras criptomonedas son en realidad más “fíat” que las monedas estatales porque no pueden usarse para el pago de impuestos en la mayoría de países.
Bitcoin no necesita de la violencia
Debemos dejar algo claro a partir de este momento: Bitcoin no es una moneda fíat. No se trata de una característica de la que existan diferentes grados, como dan a entender los autores, y las monedas emitidas de forma privada son lo opuesto a las monedas fíat creadas por la legislación gubernamental.Bitcoin es un software de código abierto que permite a los individuos comerciar sin la necesidad de un intermediario. Considerada la primera “criptomoneda,” Bitcoin ha visto en días recientes su precio al contado elevarse hasta 750 USD por 1 Bitcoin. La capitalización de mercado de Bitcoin de casi 12 millardos de dólares ha despertado el interés de inversores, académicos y reguladores.
Las monedas privadas, como Bitcoin o la mPesa de Vodafone, no son ejemplos de monedas fíat, aunque no estén respaldadas por una mercancía como el oro o la plata. Varios especialistas en criptomonedas han aceptado la idea de que Bitcoin es una moneda fíat por esta única razón. Aunque es cierto que Bitcoin no está respaldada por una mercancía, este hecho solo le hace cumplir la mitad de los requisitos de la definición de fíat. Fíat viene del latín y significa “así será.” Que una moneda sea fíat significa que el gobierno la ha declarado como de curso legal, aun cuando la moneda no tenga una mercancía como respaldo. Las monedas fíat incluyen al Dólar Estadounidense, a la Libra Esterlina, al Euro, al Yuan chino, entre otras.
Continúas utilizando esa palabra
En el trabajo “Can Currency Competition Work?”, el profesor Fernández-Villaverde y el asesor de la Fed Sanches concluyen que la estrategia óptima para los emprendedores que produzcan monedas privadas es limitar la producción de moneda hasta el punto en que haya una oferta nominal constante. Si un emprendedor imprime demasiada moneda, su demanda disminuirá debido a que la moneda perderá su valor. Los autores mencionan que el mercado limita de una forma natural la emisión en exceso de monedas privadas porque los emprendedores que producen monedas sin valor saldrán eventualmente del negocio. A diferencia de las monedas privadas, las monedas fíat permanecen en el mercado aunque los bancos centrales emitan en exceso. Esto se debe a que el gobierno puede obligar a los individuos a usar la moneda gubernamental a través de una ley fíat. Si el gobierno creara una criptomoneda con una oferta “administrable” y la declarara de curso legal por medio de un mandato, ese sí sería el ejemplo de una criptomoneda fíat.Los autores alegan que las criptomonedas son más “fíat” que las monedas públicas como el Dólar Estadounidense porque no se pueden usar para el pago de impuestos en la mayoría de países. Sin embargo, fíat es principalmente un sustantivo y no un adjetivo. Contrariamente a lo que los autores dan a entender, no hay diferentes grados de la “cualidad de ser fíat”. Una moneda puede o ser de uso obligatorio mediante un mandato (decreto) gubernamental o no serlo. Bitcoin no lo es.
Retrofíat
A Bitcoin debería más bien considerársele como una moneda “retrofíat” porque no existe una autoridad central que pudiera obligar a la gente a usarla. El término retrofíat se refiere a la era de banca libre en EE. UU., de 1816 a 1863, cuando los bancos denominados “wildcat” emitían monedas privadas convertibles en oro o plata. Estas monedas respaldadas por mercancías fluían libremente entre estados antes de que el gobierno estadounidense emitiera la legislación de curso legal en 1862 y se concediera el monopolio en la acuñación de dinero en 1863. Un término tal como “fíat privado” es un oxímoron porque solo el gobierno puede forzar legalmente a los individuos a usar de forma no voluntaria una moneda. Bitcoin es un ejemplo moderno de una moneda retrofíat porque los usuarios de criptomonedas realizan transacciones de forma voluntaria sin presión legal de una orden o mandato gubernamental.
Desde un punto de vista legal, los
gobiernos han categorizado a Bitcoin de distintas formas. Algunos
gobiernos, como el de Suiza, lo consideran como moneda; otros, como el
de Australia, alegan que se trata de un activo intangible. Sin importar
las diversas opiniones legales con respecto a Bitcoin, no es una moneda
fíat. Si el gobierno estadounidense, o cualquier otro gobierno, obligara
al uso de Bitcoin por medio de leyes de curso legal, el valor de
Bitcoin se desplomaría. Es su naturaleza descentralizada precisamente lo
que le da valor. Los “ciberpunks” simplemente se cambiarían a una nueva
criptomoneda sin sanción estatal que lograra evadir la supervisión y la
regulación gubernamental. Aunque la academia se dedique en las décadas
siguientes a discusiones bizantinas sobre la teoría de monedas privadas
en competencia, una cosa es segura: Bitcoin no es una moneda fíat.
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