Dos abajo y quedan dos
Artículo y análisis original de Peter Schiff en español.
La larga campaña de la Reserva Federal
para echar abajo el temor causado por las predicciones de sus propias
políticas salió a flote seriamente la semana pasada cuando oficialmente
se redujo las cuatro subidas de un cuarto de punto esperadas para el
2016, cuando en diciembre se le fue sugerido, sólo dos. Teniendo en
cuenta el deterioro de las perspectivas económicas, creo que hay pocas
dudas de que la Fed pronto completará el proceso de capitulación y
eliminará todas las expectativas de alzas adicionales este año. Incluso
antes de que esto ocurra, los observadores inteligentes ya deberían
haber llegado a la conclusión de que la Reserva Federal se ha quedado
atascada en el barro monetario con la misma firmeza que ha tenido desde
los albores de la crisis financiera en el 2008.
En lugar de expresar activamente su
retiro, ya sea en su Declaración de Políticas de Marzo o en la rueda de
prensa la Presidenta Janet Yellen, el cambio de política del movimiento
del mercado fue enterrado en las minucias de la matriz de información de
la Fed en su “diagrama de puntos”, en el que cada votador y miembro del
comité da señales de sus supuestos tipos de interés que estarán en
variospuntos en el futuro. Esas hojas de té necesitan ser leídas para
llegar a la conclusión de su política acaba de conseguir ser mucho más
pesimista. Pero a pesar de la sueva venta ambulante de la Fed, el cambio
de su política tuvo un impacto inmediato en los mercados, y el dólar
resulto golpeado por una variedad de monedas rivales y el oro (y más
significativamente buscadores de oro) escalando subidas mensuales.
Pero tal vez la mayor víctima del
anuncio fue la propia credibilidad de la Fed, que ahora está siendo
estirada hasta el límite. En la conferencia de prensa de Yellen el
pasado miércoles, el reportero de CNBC Steve Liesman, que quizás ha sido
uno de los partidarios más fiables de las políticas de la Fed, parecía
indicar que incluso él se había cansado de prevaricaciones de la Fed, al
preguntarle a la Presidente Yellen: “¿La Fed tiene un problema de
credibilidad en el sentido de que se dice que va a hacer una cosa, bajo
ciertas condiciones, pero no llega a hacerlo? Y… si las condiciones
actuales no son suficientes para que la Fed suba las tasas, … ¿Cuáles
serían esas condiciones en el futuro? “
La respuesta de Ellen se medida y larga,
pero lo que realmente se redujo a “Steve, ¿por qué has tomado nuestras
previsiones anteriores como un valor nominal? En realidad nunca
ofrecimos compromisos firmes en nada. Tampoco estamos específicamente de
acuerdo con las cosas que aparentemente hemos dicho. Y para que sepas,
ustedes deberían esperar que las cosas que estamos diciendo ahora serán
“evolucionarán totalmente a través del tiempo de todas formas.” O en
puro español: “Steve, no sabes que por ahora no tenemos ni la más mínima
idea de lo que estamos hablando, que nuestras predicciones son sólo
adivinanzas, y ya que normalmente adivinamos mal, ¿por qué deberías
esperar una mayor exactitud de nuestra parte ahora? En todo caso,
debería ser obvio que nuestras suposiciones están sesgadas a favor de un
crecimiento más fuerte, ya que la intención es que esos pronósticos
optimistas es influir positivamente en la confianza, lo que ayuda a
ocultar los problemas que, por razones políticas, no nos atrevemos a
reconocer”.
Hablar es barato, y la Fed lo compra por
quintales. Pero cuando llega el momento de hacer realmente algo, se
hace la vista gorda. Al expresar su frustración, Liesman señaló que la
inflación subyacente se ha incrementado en los últimos dos meses (de
hecho, ya ha violado objetivo del 2% de la Fed), que el informe de
empleo fue fuerte (de hecho, la economía está creando 200.000 empleos
más por mes), y q
ue la previsión de seguimiento PIB ha vuelto a dos por ciento. Y a pesar de que he explicado en muchas ocasiones por qué esos datos son todos engaños para el alza, Yellen no ha introducido ninguna cualificación. La brecha creciente entre lo que la Fed dice que va a hacer y lo que está haciendo en realidad es cada vez más difícil de tragar para la mayoría de las personas. Cuando el declive se detiene, un cambio en el mercado de proporciones considerables podría comenzar, hablando muy seriamente.
ue la previsión de seguimiento PIB ha vuelto a dos por ciento. Y a pesar de que he explicado en muchas ocasiones por qué esos datos son todos engaños para el alza, Yellen no ha introducido ninguna cualificación. La brecha creciente entre lo que la Fed dice que va a hacer y lo que está haciendo en realidad es cada vez más difícil de tragar para la mayoría de las personas. Cuando el declive se detiene, un cambio en el mercado de proporciones considerables podría comenzar, hablando muy seriamente.
Uno punto de los datos del que Yellen le
gusta aferrarse ferozmente son los informes que muestran que los
consumidores confían en que la economía ha mejorado y que continuará
haciéndolo. Pero siempre he creído que esos informes están mal hechos,
están completamente en desacuerdo con lo que los votantes (que también
son consumidores) realmente están diciendo en las urnas. Encuestas
presidenciales primarias en un estado tras otro indican que la economía
ha sido el tema más importante en la mente de los votantes. En términos
generales, esto debe indicar q
ue las personas no son demasiado optimistas acerca de la economía. Si lo fueran, otras cuestiones, como la inmigración, la seguridad nacional, el medio ambiente, y la salud, serian citadas como su principal preocupación.
ue las personas no son demasiado optimistas acerca de la economía. Si lo fueran, otras cuestiones, como la inmigración, la seguridad nacional, el medio ambiente, y la salud, serian citadas como su principal preocupación.
La gran sorpresa principal de esta
temporada ha sido el aumento de la popularidad de Donald Trump entre los
republicanos y Bernie Sanders entre los Demócratas. Los votantes no
eligen a Trump porque les gusta su pelo o Sanders porque les gustan sus
gafas. Ambos son considerados los insurgentes en sus respectivos
partidos. Ellos representan el cambio y su popularidad debe ser vista
como un signo de la incertidumbre económica profundamente arraigada en
los votantes en lugar de tener confianza. Si la confianza fuera alta,
los candidatos más estrechamente alineados con el status quo deberían
estar en la cima.
De acuerdo tanto con la Reserva Federal y
sus perros falderos económicos de Wall Street, uno de los pocos puntos
brillantes en la economía es el hecho de que la inflación está empezando
ha ascender notablemente. La semana pasada se reveló que el índice
subyacente de precios al consumidor (IPC) había aumentado un 2,3% con
respecto al año anterior (Bureau of Labor Statistics), eclipsando por lo
tanto el objetivo largamente buscado un 2% de la Fed. Los economistas
sostienen que el aumento de los precios pronto conducirá al aumento de
los salarios. Sí, los consumidores están pagando más por el alquiler,
seguros, alimentación y cuidado de la salud, pero los aumentos
salariales buscados desde hace tiempo aún no se han materializado. Por
razones obvias, los consumidores tienden a evitar la celebración si sus
facturas suben y su sueldo no lo
hace.
hace.
Los precios más altos pueden ser la
principal razón por la que los consumidores no están gastando al ritmo
esperado. El mes pasado, los economistas aplaudieron cuando las ventas
minoristas de enero fueron de hasta 0,2% en el mes (excluyendo
automóviles y gasolina), según datos del Departamento de Comercio. De
hecho, la Fed de Atlanta, citó estos números cuando se impulsó su
pronóstico anual del 1er trimestre el PIB hasta el 2,7% (desde que fue
revisado llegó hasta el 1,9%) (FRB Atlanta). Sin embargo, la semana
pasada se nos dijo que el número de ventas minoristas de enero desde que
fue revisado por última vez abajo a negativo -0.4% desde el 0.2%
positivo. Excepto los automóviles y la gasolina, los números bajaron de
hasta 0.4% a 0.1% en febrero. No recuerdo haber visto nunca mayores
revisiones a las ventas minoristas bajando. Pero debido a que las
revisiones eran tan grandes, los números de febrero podrían ser vistos
como positivos a pesar de que estaban muy por debajo de las cifras de
enero desde la pre-revisión.
Las ventas desaceleradas, a su vez,
están dando lugar a un peligroso aumento de los inventarios de los
negocios, como bienes no vendidos que se acumulan en los estantes. La
relación inventarios-ventas es ahora de 1,4, la más alta que hemos
tenido desde mayo del 2009, cuando el país estaba en medio de la gran
recesión. De hecho, nunca ha sido tan alta en momentos en que la
economía no estaba en recesión. Del mismo modo, las revisiones de datos
publicados la semana pasada también indican que es posible que en una
última instancia deberíamos anunciar un déficit para el 2015 de $ 481
millones de dólares, el mayor número desde el año de la recesión de
2008. Si las tasas de interés suben, el déficit podría empeorar de forma
significativa. Los números de la producción industrial también están en
una espiral descendente. Los datos recientes muestran una disminución
de cuatro meses consecutivos, es la primera vez desde 1952 que esto ha
ocurre sin los que los EE.UU. esté en recesión. Pero si ya estamos en
recesión, y pienso que lo estemos, al menos que la declaración ya no sea
cierta.
Todo esto se suma en una trampa
inminente de la que difícilmente escapará la Fed. La economía se está
debilitando mientras que la inflación se está fortaleciendo. Mientras
tanto, los precios de los
activos, que se han convertido en la piedra angular de toda la confianza económica que resta, son extremadamente vulnerables a un aumento de las tasas de interés.
activos, que se han convertido en la piedra angular de toda la confianza económica que resta, son extremadamente vulnerables a un aumento de las tasas de interés.
Como resultado, habrá que esperar una
continua y fuerte persuasión ante la inacción de la Fed. Todo lo que se
puede hacer es rezar para que la economía se caliente, para que
finalmente se cumpla lo que ha prometido durante tanto tiempo. Pero si
seguimos rascando el fondo como hemos estado haciendo, o ir más lejos
dentro de la zona de peligro, esperar que la Fed quite esas dos subidas
restantes que prometió hacer de igual manera que hizo tan fácilmente con
los dos primeros. La última cosa que la Fed puede soportar es que una
recesión se encuentre hirviéndose justo debajo de la superficie hasta el
punto en que se desborde y que a la vista en los meses anteriores a las
elecciones. Si esto ocurre, todos podríamos estar viendo muchas
conferencias de prensa de Mar-a-Lago. Esto es un desarrollo que estoy
seguro de Janet Yellen quiere evitar a toda costa.
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