Por Andrea Rondón García
Doctora en Derecho de la UCV. Directora del Comité de Derecho de Propiedad del Centro de Divulgación para el Conocimiento Económico (Cedice Libertad).
Una voz aislada de su época
Cuando leo Autobiografía de un liberal de Ludwig von Mises, ubicado en la tercera generación de austriacos, y el contexto en el que Mises (muchos años después de Menger, lo que da una idea de las dificultades que atravesaron) y Menger expusieron sus ideas, uno no puede dejar de verlos como parias académicos y al mismo tiempo como verdaderos pioneros.
Menger expone sus ideas en 1871 con su obra Principios de Economía Política, en un contexto en el que estaban en boga la Escuela Clásica y la Escuela Histórica Alemana.
El gran mérito de Menger fue por una parte el de exponer la teoría de la utilidad marginal, según la cual el valor de un bien se mide por la importancia de la necesidad cuya satisfacción depende de la posesión del bien; y por otra, el emplear dicha teoría para explicar los enredos de las economías más desarrolladas y variadas (Böhm-Bawerk, Eugen von, Ensayos de teoría económica, volumen I, Unión Editorial, 1999, p. 209).
Pero Menger terminó siendo una voz aislada, su obra tuvo poca repercusión al inicio y pocos lectores (aunque fueron de altura) como Eugen von Böhm-Bawerk, Friedrich von Wieser y Alfred Marshall.
Menger no se amilanó ante esto y continuó escribiendo. Así tenemos Investigaciones sobre el método en las ciencias sociales (1883) que en un loable intento de rescatar sus ideas expuestas en su primera obra, fue una dura crítica a la Escuela Histórica, lo que inició un fuerte debate entre Menger y sus discípulos con Gustav von Schmoller y sus discípulos. Desde entonces, al principio de forma peyorativa, se acuñó el término Escuela Austriaca o economistas austriacos.
En virtud de esto a Menger se le reconoce como el fundador de la Escuela Austríaca de Economía. Menger expone la teoría de la utilidad marginal del valor en contraposición con el mainstream de la época, que era la teoría del valor trabajo de los economistas clásicos, y ello se tradujo en entender que cada persona ve el mundo con sus propios ojos y sobre la base de ello tienen un juicio de valor.
Esto no es poca cosa, es un giro de 180 grados que da las herramientas posteriormente a los intelectuales de esta Escuela para criticar el socialismo, los totalitarismos y en fin, toda forma o intento de planificación, porque ello obvia que existen tantos fines, objetivos y juicios de valor como personas.
A pesar que esta no fuera la intención inicial de los fundadores de la Escuela Austriaca. Mises reseña respecto de Menger, Böhm-Bawerk y Wieser que “Consideraban que su vocación era construir la teoría económica sobre sólidas bases y se dedicaron completamente a esa tarea. Menger reprobaba profundamente la política intervencionista del gobierno austriaco (…) Pero no creía poder contribuir a que se volviera a una sana política de otra manera que mediante la exposición de una buena teoría económica a través de sus libros, sus artículos y su enseñanza universitaria” (Mises, Ludwig von, Autobiografía de un liberal. La gran Viena contra el Estatalismo, Unión Editorial, 2001, p. 183).
Lo que nos deja la Escuela Austríaca de Economía
Herederos de estas ideas y que mantienen vigentes en el siglo XX son Ludwig von Mises y Friedrich von Hayek. Con Ludwig von Mises se perfecciona la metodología de las ciencias económicas con la praxeología expuesta en La acción humana y sus acérrimas críticas al socialismo y su imposibilidad expuestas en Socialismo.
Por su parte Hayek en sus obras Camino de servidumbre y La fatal arrogancia, que también son críticas al socialismo, enfatiza que la planificación centralizada y la economía dirigida inevitablemente conllevan a un totalitarismo en lo político.
En Camino de servidumbre Hayek establece las premisas para definir Ley y mandato que serán ampliamente desarrolladas en Derecho, Legislación y Libertad. En esta obra llama la atención que no todo lo que aparece con el título de Ley es un instrumento para ejercer plenamente derechos y libertades, que es el verdadero sentido de una ley.
Evidentemente como abogado destaco más estos aportes de estos excelsos economistas, incluido Hayek, Premio Nobel de Economía en 1974, porque su obra es sumamente amplia. Mises y Hayek llevaron a otro nivel a la Escuela Austriaca de Economía ciertamente, pero partiendo de las bases establecidas por Menger.
Ejemplo de vida
Más allá de sus innegables aportes en el campo de las ciencias económicas, Merger estableció las bases para que los intelectuales de esta Escuela aportaran en los campos de la política, de la filosofía, de la ética, del Derecho, etc.
Pero incluso más allá de esto, Menger es un ejemplo de vida. Este intelectual de carácter imponente, quien a su muerte “…la mayor parte de esa biblioteca…pasó al Japón (…) el catalogo reseña, tan solo en economía política, más de 20.000 títulos (Introducción a Principios de Economía Política, por F.von Hayek, publicado en Hyspamerica, Madrid, 1985, p. 40) es un verdadero ejemplo de vida que vemos en muchos de los intelectuales de origen judío de esta Escuela que fueron perseguidos durante la Segunda Guerra Mundial.
Menger nos enseña que a pesar de ser una simple ola en el mar, se debe insistir en defender nuestras ideas, porque en definitiva ellas son las que cambiarán las acciones. Este ejemplo de vida lo tomo en mi día a día, en un país en el que las enseñanzas de la Escuela Austriaca de Economía parecen olvidadas, pero que sin duda debemos insistir en ellas, a pesar de las circunstancias.
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