Monday, December 5, 2016

Las amenazas de Trump hacia Cuba reviven viejos rencores

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Estudiantes de la Universidad de La Habana rindieron homenaje a Fidel Castro el lunes.CreditMauricio Lima para The New York Times
LA HABANA — Parecía otra señal de esperanza en medio de una larga historia llena de conflictos.
Mientras miles de cubanos despedían a Fidel Castro el lunes, el primer vuelo regular desde Estados Unidos en más de 50 años aterrizaba en La Habana.
No obstante, el presidente electo Donald Trump advirtió ese mismo día que el esfuerzo para establecer lazos con Cuba luego de décadas de enemistad podría desvanecerse rápidamente.


“Si Cuba no está dispuesta a tratar mejor al pueblo cubano, la gente cubanoestadounidense y Estados Unidos en general dará por terminado el acuerdo”, publicó en Twitter.
El mensaje de Trump amenazaba con terminar una de las iniciativas de política exterior más importantes del presidente Barack Obama. La transición que promovió Obama para relajar las restricciones sobre el comercio y las transacciones financieras con Cuba nunca fueron parte de un único “acuerdo”, más bien fueron parte de la determinación de que reestablecer lazos con la isla traería más cambios que décadas de aislamiento.
“Los cambios van a llegar a Cuba. Deben hacerlo”, expresó Obama después de anunciar el descongelamiento de las relaciones en diciembre de 2014.
Desde entonces, el número de estadounidenses que visitan Cuba ha aumentado rápidamente. Miles de millones de productos de tiendas estadounidenses como Wal-Mart y Best Buy, pagados con tarjetas de crédito de Estados Unidos, viajan a Cuba cada año, de acuerdo con las estimaciones de algunos expertos. Los restaurantes, teléfonos celulares y el internet han cambiado el ritmo y las expectativas de la vida de los cubanos.
Sin embargo, muchos han atacado a Obama, con el argumento de que dio mucho a los cubanos en muy poco tiempo, sin pedir primero que ofrecieran más garantías políticas.
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Barack Obama se reunió con Raúl Castro en La Habana en marzo. CreditStephen Crowley/The New York Times
Ahora, después de dos años de las órdenes ejecutivas promulgadas por Obama para fortalecer los vínculos con Cuba y de millones de dólares de inversión estadounidense, queda una pregunta: ¿puede revertirse esta reconciliación?
Incluso algunos funcionarios de la administración de Obama reconocen que el descongelamiento es muy vulnerable y puede revertirse, debido a que gran parte de este ha sido logrado mediante la acción del ejecutivo. Por ejemplo, Trump podría ordenar al Departamento de Estado revisar la decisión del año pasado de retirar a Cuba de la lista de estados patrocinadores de terrorismo y suspender las relaciones diplomáticas que fueron restablecidas en el verano cuando se abrieron embajadas en La Habana y en Washington.
Sin embargo, Josh Earnest, el secretario de prensa de la Casa Blanca, sostuvo esta semana que podría ser difícil para Trump revertir una política que ha generado acuerdos comerciales y beneficiado a la población de ambos países. Subrayó que pronto habrá 110 vuelos diarios de Estados Unidos a Cuba, sin mencionar las inversiones realizadas por los operadores de cruceros, tours y hoteles que se preparan para estas visitas.
“Deshacer todo esto es mucho más complicado que un plumazo”, opinó Earnest y añadió que “no es tan simple como podría parecer en un tuit”.
El gobierno cubano ha guardado un silencio poco común frente a amenazas que Trump hizo durante su campaña y, en cambio, decidió enviar una nota de felicitación después de su elección. Sin embargo, cuando Trump asuma el poder y sus palabras se conviertan en política, “el gobierno cubano tendrá que responder, aunque esperemos que con moderación”, afirmó Ricardo Torres, profesor de economía en la Universidad de la Habana.
Torres explicó que habría mucho que perder si las concesiones se revirtieran. Dice que La Habana probablemente actuará con moderación en sus tratos con la administración de Trump. Sin embargo, la postura antagonista de Trump podría alentar a las figuras en el gobierno cubano que siempre se mostraron recelosos de los estadounidenses y estuvieron en contra de suavizar las relaciones negociadas por el presidente Raúl Castro, hermano de Fidel.
“No hay duda de que este es un mal comienzo”, declaró Torres

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