Tuesday, November 22, 2016

Ups, nos equivocamos



“HACE 20 AÑOS, TOFFLER YA ANUNCIABA EL FIN DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL PRESAGIANDO UNA DE MUCHO MAYOR IMPACTO, LLENA DE LIBERTAD, OPORTUNIDAD E INDIVIDUALISMO: LA REVOLUCIÓN DE LA INFORMACIÓN, DEL CONOCIMIENTO, DEL CAPITAL INTELECTUAL.”


RICARDO VALENZUELA
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Hace unos veinte años, Alvin Toffler publicó un libro que llegó para revolucionar el mundo de los futurólogos: “La Tercera Ola.” La obra, en su momento fue considerada revolucionaria puesto que dibujaba un futuro que, ni las más agudas mentes de la era habían llegado a considerar. Toffler, ya claramente y con ronca voz, anunciaba el fin de la revolución industrial presagiando una de mucho mayor impacto cargando con ella tres cosas, libertad, oportunidad e individualismo: La Revolución de la Información, del conocimiento, del capital intelectual.
 

En esa misma época, se sumaban a la actividad otras mentes igualmente brillantes como la de Judy Shelton quien, con gran puntería, anunciaba la inminente caída de la Unión Soviética acompañada de un estruendoso derrumbe del comunismo. J. D. Davison, nos hablaba ya de la cuarta etapa de la humanidad que amenazaba la sobre vivencia de una serie de instituciones del mundo oriental, entre ellas, la mas dramática de todas, la del estado. John Nasbitt y Patricia Aburdene, iniciaban la publicación de la serie de sus interesantes Megatrends quienes, bordando sobre el mismo tejido, cimbraban igual con su mirada hacia el futuro.

Se escribió extensamente de la inclusión de China, la India, Europa Oriental a ese nuevo mundo que apenas emergía pero ya dibujaba, claramente y con vivos colores, la dirección de la novedosa ola liberatoria del ser humano. Algunos otros, no tan certeros, anunciaban la debacle de los EU para ceder la primacía mundial a un Japón ondeando un singular modelo de capitalismo; el capitalismo confuciano sujeto a los designios de un estado fuerte pero, sobre todo, bajo la tutela misteriosa y patriarcal de dos Ministerios de fisonomía divina: El de Industria y Comercio (MITI) y el Ministerio de Finanzas.

Ante ello, el famoso grupo conocido como Los Revisionistas, con alegría le proporcionaban los santos oleos a los EU, sin embargo, surgían también tenues anuncios del regreso de los EU a sus orígenes liberales e, inclusive, se atrevían a pronosticar el desmantelamiento de los odiosos News, El New Deal de Roosevelt y la New Society de Johnson los que, ante los ojos de los ya muy escasos liberales de cepa, eran responsables del viaje de ese país hasta la orilla del abismo que en esos momentos divisaba. Fue también cuando se empezó a conocer el nombre de Art Laffer, con su curva que daba el vuelco histórico a las economías.

Pero en medio de esta abundante cosecha de pitonisos, no hubo quien visualizara el futuro de América Latina en su dramática dimensión. Desde finales de los años 80, con grandes fanfarrias se notificaba al mundo un despertar de esta bella durmiente la cual, sólo aguardaba ese soñado príncipe para que, con el chasquido de su beso, detonara lo que debería ser un milagroso panorama de seres humanos rechazando los orígenes de sus cadenas como el de,”es el destino pa que negarlo; que te mantenga el gobierno; somos pobres porque hay ricos.” Y el más dramático; “los gringos son los culpables y nuestros verdugos.”

Sí a esos futurólogos, cuando cimbraban al mundo durante la década perdida, alguien los hubiera transportado al futuro que predecían para mostrarles la presidencia de Hugo Chávez en Venezuela, Nestor Krichner en Argentina, Lula en Brasil, Evo Morales en Bolivia formados en un desafinado coro entonando estrofas de moda en los años 60 y no precisamente con apariencia de príncipes. Si entonces pudieran atestiguar el que, el PIB de la región no representa el 30% del de los EU, el narcotráfico es la única industria próspera de la región, el que diariamente casi 100,000 infelices latinoamericanos intentan penetrar los EU ilegalmente.

Sí alguien les mostrara que la deuda total de México representa más del 100% de su PIB; el que aun permanece en el sitio número 65 del índice mundial de libertades económicas; en las calles del DF se venden imágenes de la virgen de Guadalupe hechas en China; PEMEX y la CFE permanecen como monopolios estatales; TELMEX monopolio privado; el nivel nacional de pobreza alcanza un 40%; en las universidades públicas el economista mas admirado es Marx. Pero además, ese sistema de envenenamiento colectivo, la educación pública, consume el 80% del presupuesto de lo cual, el sindicato de maestros succiona la mayor tajada, harían una pausa para, rascándose la cabeza, reconsiderar sus matrices.

Pero si luego pudieran atestiguar el final de la primera presidencia arrancada al PRI que, si bien no es para provocar un orgasmo nacional, ubicada en el contexto de los últimos 30 años las calificaciones serían, si no para medalla de excelencia, si aprobación del curso. Pero a pesar de ello los mexicanos, como todo parece tétricamente indicar, nos preparamos para abordar el buque suicida que ya carga casi a toda América Latina. Si pasaran luego a comprobar la forma en que los arquitectos del sabotaje de aquel fatal año de 1994, han coronado sus acciones con un éxito impensable para acomodarse en la antesala del poder, tal vez entonces se preguntarían ¿los mexicanos practican el masoquismo?

Sin embargo, su mayor sorpresa la encontrarían al leer casi la totalidad de editorialistas de la prensa nacional cuando afirman; “no pasa nada. Un gobierno de izquierda puede ser hasta saludable.” Otros mas, a quienes sonamos la voz de alarma nos etiquetan de ciegos y fascistas describiendo el camino hacia el desfiladero, de forma poética y hasta romántica. Sí pudieran atestiguar la fellinesca campaña de un payaso enmascarado, para luego ser narrarla como las heroicas justas de El Zorro personificado por Antonio Banderas, me imagino pensarían se trata sólo de la presentación de otra telenovela de Ernesto Alonso.

En 1996, un genio de las finanzas, Lowell Bryan afirmó: “La crisis de 1995 ha logrado que los mexicanos entiendan no deben luchar contra el mercado y, admitiendo sus avenidas para aceptar reformas, es lo que finalmente los llevará a la prosperidad con justicia.” Si todo esto lo conjugamos con las predicciones de los futurólogos para luego visualizar un presidente AMLO, o, el presidente Chingamadrazo con sus gabinetazos de rufianes afilando los machetes, pienso este grupo de súper dotados con poderes cósmicos para adivinar el futuro, agachando la cabeza simplemente afirmarían: “UUUPPSS, nos equivocamos, SORRY nos vemos en otros veinte años.”

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