Tuesday, November 15, 2016

#Colombia Sin carroza, ni plata, ni paz, ni luz – por Juan Lozano

#Colombia Sin carroza, ni plata, ni paz, ni luz – por Juan Lozano

santosycia16b
Si la tributaria es tan importante, ¿por qué el Gobierno no la presentó oportunamente? ¿Y el ministro de Educación qué?
Buenos días, señor Presidente. Me tomo el atrevimiento de escribirle porque me parece que sus ministros y asesores no le están contando bien lo que sucedió aquí mientras usted viajaba. Parece que quisieran mantenerlo encaramado en la carroza ceremonial y que muchos de ellos quisieran quedarse a vivir en ese mundo protocolario de galas y banquetes, tan alejados de los sufrimientos, ilusiones y padecimientos de su pueblo.


Me parece justo contarle que la gente de la Costa está indignada con la indolencia de Electricaribe y con usted por la ineficacia de los siete ministros de Minas y Energía que ha tenido en los seis años de su gobierno, dilatando la solución de fondo a punta de blablablá tecnocrático, relevos de ministros y superintendentes, promesas fallidas y planes de choque fracasados. Después de Rodado, poco y nada hicieron.
No sé si sepa, señor Presidente, que ya publicaron el anuncio oficial de los cortes de energía. Tanto esfuerzo por evitar el apagón por el Niño y se vino el apagón por negligencias burocráticas e incapacidad de encontrar e implementar soluciones de fondo. La gente está harta, también, de la retórica de muchos congresistas costeños que cuando están en sus municipios juran defender a sus paisanos y cuando llegan a Bogotá se les olvida y terminan silenciados y sumisos, ante la ‘mermelada’.
Lo mismo pasa con la tributaria. ¿Sí le contaron? Tras un foro la semana pasada, algunos medios informaron que un grupo de congresistas relevantes están diciendo que no van a aprobar la reforma a pupitrazos y que podría quedar para el año entrante.
Aunque el Gobierno se tiene confianza cuadrando congresistas inconformes, lo cierto es que no tiene presentación que sus funcionarios acosen al Congreso para pupitrear esta, su tercera y regresiva reforma, que tuvieron un año engavetada para que no se les descuadrara la votación del plebiscito… y mire, sin el pan y sin el queso.
Si es tan urgente, Presidente, ¿por qué no la presentó antes? Si es tan importante, ¿por qué no la acompañó de un programa serio de austeridad, de un compromiso vertical de erradicar la ‘mermelada’ y enfrentar la corrupción y por qué no les apostó a soluciones menos simplistas e injustas?
Sobre el acuerdo de paz, soy optimista. Tengo la impresión de que su gobierno y los voceros del No avanzaron bien durante su ausencia y que lograron superar la innecesaria provocación derivada de uno de sus discursos británicos. Ya sus funcionarios explicaron que lo que usted dijo no era lo que quería decir.
Ahora, el reto de su gobierno es que sus negociadores ya no sigan actuando como simples subalternos suyos, sino que asuman la responsabilidad y el compromiso de explicar a la delegación de las Farc las razones, posturas y propuestas de los distintos sectores del No. No pueden obrar como simples mensajeros que van a radicar un documento sin asumir compromiso con su resultado. Y tendrá que venir una ronda de vuelta para que aquí se valoren y sopesen las contrapropuestas de las Farc con serenidad, ánimo de paz y patriotismo.
Andan diciendo que usted está muy afanado para poderse llevar el acuerdo listo a la hora de recibir el Nobel y hablar con el Papa. Ojalá se lograra. Pero si el diálogo avanza bien, no vuelva a cometer el mismo error de forzar acuerdos finales a la carrera que arriesgan todo lo logrado. No hay tiempo para perder, la demora es riesgosa, pero cerrar acuerdos a la brava ya le pasó alta factura como uno de los elementos que empujaron el No.
Finalmente, señor Presidente, no se le olvide nombrar ministro o ministra de Educación y póngales cuidado a los muchachos de Ser Pilo Paga para que no les fallen. Si no les giran a tiempo, los ponen a aguantar hambre. Acuérdese que usted dijo que dizque ese era el ministerio más importante. Luego le cuento más. Welcome, señor Presidente.

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