Monday, October 31, 2016

El Estado es el foco de la corrupción

José Luis Tapia explica que la iniciativa de dar muerte civil a los ciudadanos que cometen actos de corrupción es una medida efectista que desvía la atención del verdadero foco de la corrupción: el Estado.
José Luis Tapia es Director del Instituto Libre Empresa (Perú), economista y profesor universitario.
Cuando Pedro Pablo Kuczynski propone sancionar a los privados por corrupción, se olvida que el Estado es el victimario, y el sector privado, la víctima. No es lo que quiere hacer parecer. Lo que hace el privado es defenderse moralmente ante la corrupción estatal. Veamos porqué.
Cuando una municipalidad no quiere dar una licencia de funcionamiento en el tiempo oportuno a un empresario pone en riesgo cualquier negocio. Detrás de todo negocio hay gente que lo necesita.



Lo que hace un empresario es abrir la oficina al margen de la ley para hacer funcionar la empresa que le va dar de comer. Lo mismo sucede cuando el empresario entrega una suma de dinero debajo de la mesa al funcionario municipal; sirve para agilizar el trámite a fin de no perder clientes.
Sin clientes, no hay negocio, y sin negocio no hay medios para sustentar su vida y de los trabajadores, accionistas, proveedores, comunidad, y el propio gobierno.
Quien tiene el poder de dar licencias, permisos, autorizaciones o certificados está en ventaja de elegir dárselo o no, y eso no lo tiene el privado. No hay responsabilidad ética del privado por que no puede elegir. No es cierto que podría elegir entre tener una licencia o no. Eso no es el dilema ético.
Un dilema ético es escoger entre hacer el bien o el mal. Al privado le están haciendo un mal con no darle una licencia en el tiempo que lo requiere. Lo que hace el privado al entregar una suma de dinero es aplicar la legítima defensa para que lo dejen trabajar.
El valor de su vida está en juego y no quiere renunciar a ella. Si lo hace, sería inmoral. Entonces, agilizar un trámite con dinero es bueno, porque le permite hacer funcionar el negocio que sustenta su vida y de los trabajadores, accionistas, proveedores, comunidad, y del propio gobierno. No hace daño físico a nadie.
Poniendo en una perspectiva más clara: el privado es un esclavo del estatal, mientras éste último tenga el poder de negar los medios que le permite vivir decentemente.
Por tanto, PPK se equivoca con su propuesta de “muerte civil” debido a que el privado no está en las mismas condiciones que el estatal. El privado tiene el dinero y el estatal tiene la pistola. El último siempre asalta al primero.
No le auguro ningún éxito a la muerte civil ni comisiones presidenciales. Son medidas efectistas que distraen la atención del foco de la corrupción.
El diseño político del Estado está corrompido de funciones que ponen en peligro la vida de millones de personas con sus autorizaciones, licencias, permisos, o certificados.
Mientras el Estado tenga la corrupción en su sangre, todo combate a este engendro, estará demás. Lo que podría ayudar a bajar la corrupción en gran medida es quitarle las facultades al Estado en la economía para instaurar un régimen moral de libre empresa.

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