Monday, September 12, 2016

Los costos supuestamente no muy altos de Brexit

Daniel Gros is Director of the Brussels-based Center for European Policy Studies. He has worked for the International Monetary Fund, and served as an economic adviser to the European Commission, the European Parliament, and the French prime minister and finance minister. He is the editor of Economie… read moreImage result for Brexit
BRUSELAS – La votaciĂ³n del Reino Unido a favor de su salida o “Brexit” de la UniĂ³n Europea estĂ¡ en camino de convertirse en el mayor no-acontecimiento del año. MĂ¡s allĂ¡ de una libra esterlina mĂ¡s dĂ©bil y tasas de interĂ©s mĂ¡s bajas en el Reino Unido, el referĂ©ndum no ha tenido un gran impacto duradero. Los mercados financieros se tambalearon durante unas pocas semanas despuĂ©s de dicha consulta popular, pero se han recuperado desde entonces. El gasto de los consumidores permanece inmĂ³vil. Lo que es mĂ¡s sorprendente, la inversiĂ³n se ha mantenido constante, a pesar de la incertidumbre sobre las futuras relaciones comerciales de Gran Bretaña con la UniĂ³n Europea. ¿Se exagerĂ³ al pronosticar los costos esperados de Brexit? 


La respuesta es verdaderamente no. De hecho, el Reino Unido bien puede acabar perdiendo el pronosticado 2 a 3% del PIB a consecuencia de Brexit. Pero es la salida del mercado Ăºnico, no la votaciĂ³n inicial para salir, la que traerĂ¡ consigo esas pĂ©rdidas, y eso puede ocurrir en el transcurso de un largo perĂ­odo. Si la salida llega a ser un proceso de diez años de duraciĂ³n, las pĂ©rdidas serĂ­an soportadas gradualmente a lo largo de dicho perĂ­odo, costando al Reino Unido alrededor de 0,2 a 0,3% de su PIB por año, en promedio.
Esto podrĂ­a ser una muy buena noticia para el Reino Unido. Ya que con una moneda mĂ¡s dĂ©bil, el paĂ­s se beneficiarĂ¡ de un aumento en la competitividad de sus exportaciones, competitividad que podrĂ­a compensar por las pĂ©rdidas incrementales y la debilidad de inversiĂ³n transitoria que probablemente surjan.
Otros factores tambiĂ©n amortiguarĂ¡n el golpe de Brexit. Durante las dos Ăºltimas dĂ©cadas, el Reino Unido ha transformado su economĂ­a con el propĂ³sito de fomentar un nivel de especializaciĂ³n sin precedentes en el Ă¡mbito de los servicios. A mediados de la dĂ©cada de 1990, las exportaciones de mercancĂ­as fueron tres veces mĂ¡s importantes que las exportaciones de servicios, y la mayorĂ­a de las exportaciones britĂ¡nicas se realizaban hacia la UE. Hoy en dĂ­a, el Reino Unido exporta en su mayorĂ­a servicios – y sobre todo a mercados ubicados fuera de la UE.
UK exports share of GDP
Como resultado, hoy en dĂ­a el mercado interior para venta de mercancĂ­as es mucho menos importante para el Reino Unido de lo que lo es para otros paĂ­ses de la UE. El valor agregado que contienen las exportaciones de mercancĂ­as britĂ¡nicas a la UE da cuenta de tan sĂ³lo el 5% del PIB – varias veces menos de lo representa para, digamos, Alemania. Al mismo tiempo, las exportaciones de Gran Bretaña a paĂ­ses fuera de la UE representan alrededor del 7% del PIB.
El desplazamiento en las exportaciones de mercancĂ­as del Reino Unido, que aleja a este paĂ­s de la UE, refleja un cambio en las fuentes de crecimiento econĂ³mico, considerando que Asia, en particular, estĂ¡ ganando primacĂ­a. En cierta medida, otros Estados miembros de la UE tambiĂ©n han desplazado sus exportaciones hacia afuera de Europa, pero el efecto ha sido mĂ¡s pronunciado en el caso del Reino Unido.
El hecho de que el Reino Unido ahora depende mĂ¡s de su acceso a los mercados mundiales en comparaciĂ³n a su dependencia en su acceso al mercado interior de la UE, con seguridad, contribuyĂ³ a la votaciĂ³n a favor de Brexit, ya que minimiza el sacrificio que el Reino Unido tendrĂ­a que hacer para poder recuperar el control sobre asuntos candentes, como ser la inmigraciĂ³n. TambiĂ©n ayudĂ³ la creencia de que el Reino Unido podrĂ­a asegurarse un mejor acceso a los mercados mundiales por cuenta propia, en comparaciĂ³n del acceso que lograrĂ­a como parte de la UE.
Es en este punto que la apuesta de Brexit se torna en mĂ¡s riesgosa. Sin duda, aprobar acuerdos comerciales serĂ¡ mucho mĂ¡s fĂ¡cil para el Reino Unido que para la UE, que requiere el acuerdo de 30 parlamentos (incluso de algunos parlamentos regionales). Los desafĂ­os polĂ­ticos que han impedido la aprobaciĂ³n de un acuerdo de libre comercio de perfil relativamente bajo con CanadĂ¡ son un ejemplo de este reto. Sin embargo, el Reino Unido tambiĂ©n tendrĂ¡ menos peso en las negociaciones del que tiene la UE, especialmente a momento de negociar con grandes economĂ­as emergentes.
De manera similar, el Reino Unido no tiene por quĂ© temer grandes cambios en su capacidad para exportar servicios a la UE, exportaciones que hoy en dĂ­a representan alrededor del 40% del total de las exportaciones del RU, debido a que el mercado interno de servicios de la UE ya estĂ¡ mĂ¡s que abierto. Pero hay una excepciĂ³n: los servicios financieros. Y, es una excepciĂ³n muy grande.
En la actual situaciĂ³n, los servicios financieros representan alrededor de un tercio de las exportaciones totales de servicios de Gran Bretaña y dos tercios del superĂ¡vit total de servicios que el Reino Unido necesita para pagar por su dĂ©ficit en la exportaciĂ³n de mercancĂ­as. El Ă©xito de la industria de servicios financieros es el resultado, al menos en parte, de la adhesiĂ³n del Reino Unido a la UE.
La especializaciĂ³n de la economĂ­a del Reino Unido y de sus cuentas externas en cuanto a servicios financieros (y servicios en general) se iniciĂ³ el momento en el que los movimientos de capital se liberalizaron en el marco del programa de mercado interior de la dĂ©cada de 1990. Esta especializaciĂ³n se acelerĂ³ con la introducciĂ³n de la moneda comĂºn, introducciĂ³n que, combinada con la eliminaciĂ³n de los obstĂ¡culos a los flujos transfronterizos de capital y el auge del crĂ©dito a nivel mundial, fomentĂ³ la concentraciĂ³n de muchos tipos de servicios financieros al por mayor en la ciudad de Londres.
El sector financiero tiene una tendencia natural a formar clĂºsteres, y Londres – lugar donde se habla el idioma inglĂ©s, el sistema legal es eficiente, los mercados laborales son flexibles y el rĂ©gimen regulatorio es relativamente simplificado – ofrece ventajas sustanciales. Si se añade a todo esto el “sistema de pasaportes” de la UE, que permite a los bancos con sede en Londres vender sus servicios directamente en toda la UE, se puede aseverar que el crecimiento del sector de servicios financieros de la ciudad tiene mucho sentido – al igual de que tiene sentido el hecho de que los ciudadanos de Londres votaron abrumadoramente en contra de Brexit.
Sin embargo, la realidad es que la mayor parte de las ventajas que han convertido a Londres en un centro de servicios financieros se mantendrĂ¡n, incluso despuĂ©s de Brexit. Y, la pĂ©rdida del sistema de pasaportes podrĂ­a ser compensada por la creaciĂ³n de filiales o enclaves-puente dentro de la UE, tales como DublĂ­n, Frankfurt o ParĂ­s. Por lo tanto, la industria de servicios financieros de Londres podrĂ­a sobrevivir a Brexit, si bien es poco probable que mantenga su vitalidad anterior.
De hecho, sin importar cuĂ¡les son las condiciones que el Reino Unido negocie con la UE, es probable que el RU tenga que cambiar su modelo de crecimiento, probablemente a travĂ©s de una modesta reactivaciĂ³n del sector de manufactura, entre otras cosas. Dadas las dĂ©cadas de declino en la industria manufacturera britĂ¡nica, esto serĂ­a mĂ¡s fĂ¡cil de decir que de hacer. Pero, si el RU no logra ese restablecimiento del equilibrio, el costo de Brexit a largo plazo podrĂ­a llegar a ser sustancialmente mĂ¡s alto en comparaciĂ³n con las estimaciones actuales.
La expansiĂ³n de la industria de servicios financieros – que crea pocos puestos de trabajo, pero los que sĂ­ crea son muy bien pagados – ha contribuido al aumento de la desigualdad de ingresos, misma que ha sido mĂ¡s pronunciada en el Reino Unido en comparaciĂ³n a lo que ocurre en el resto de la UE. Y, dicha desigualdad ayudĂ³ a alimentar la frustraciĂ³n generalizada con la globalizaciĂ³n y con las llamadas “Ă©lites formadas por grupos dominantes”, mismas que llevaron a la victoria a la campaña Brexit.
En este sentido, uno de los principales beneficios econĂ³micos de la adhesiĂ³n a la UE del Reino Unido condujo a que los britĂ¡nicos rechazaran el proyecto. La pregunta es si los cambios econĂ³micos que Brexit requerirĂ¡ van a producir los beneficios para los trabajadores britĂ¡nicos que la campaña “Salir” prometiĂ³. La respuesta a esa interrogante aĂºn estĂ¡ lejos de ser clara.

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