Thursday, August 18, 2016

Para los keynesianos, el 15 de abril es el “día del estímulo”



El 15 de abril está aquí y se nos obliga a hacer lo siguiente: decir al gobierno nuestra renta y enviar una buena parte de ella a Washington.
Los economistas de la Escuela Austriaca es probable que digan que esto es algo malo y que los impuestos y el gasto público rebajan nuestros niveles de vida. En otras palabras, cuanto más gobierno se nos obligue a financiar, más pobres seremos. Según los austriacos, la economías crecen mediante inversiones de capital que reflejan las preferencias temporales de los individuos. Además, los austriacos en realidad afirman que el ahorro individual lleva al crecimiento económico. Cuanto más paguemos en impuestos, menos dinero tendremos para inversión de capital y ahorro. En otras palabras, cuanto más impuestos paguemos, menos piezas tendremos de crecimiento económico.



Sin embargo, los discípulos de John Maynard Keynes, como Paul Krugman y otros, tienen una opinión muy diferente. Para ellos, la riqueza se logra gastando, lo que crea crecimiento económico. Cuando los consumidores no gastan lo suficiente, el gobierno rescata a la economía aumentando su gasto. Debido a esto, si el gobierno aumenta los impuestos, en realidad estimula la economía más de lo que pueden hacerlo los individuos mediante su propio gasto. Podríamos dejar a la gente gastar su dinero como les parezca. Pero es mejor asegurarse y por el contrario gravar tanto como sea posible.
El “Multiplicador del Presupuesto Equilibrado” keynesiano hace posible todo esto. Es una versión del 2 + 2 = 5. La magia alimentada con impuestos se explica así:
  • Todo gasto tiene un efecto “multiplicador”. El gasto aumenta las rentas de otros, que luego gastan su mayor renta y el patrón continúa indefinidamente.
  • El ahorro individual, según los keynesianos, supone “fugas” del sistema y si no se compensan por “inyecciones” iguales a través del gasto público o mayores exportaciones, el “multiplicador” funciona entonces a la inversa, llevando la economía a la recesión.
  • Sin embargo, los aumentos en los impuestos tiene efectos positivos netos dobles. Primero, el gobierno gasta los nuevos ingresos fiscales, lo que multiplica rápidamente y crea nuevos empleos. Segundo, al reducir las rentas individuales, la gente debe gastar mayores porcentajes de sus rentas para mantener su actual nivel de vida. (El famoso “multiplicador” keynesiano equivale a más de 1 sobre la tasa de ahorro, así que, cuanto menos ahorremos, mayor será el multiplicador).
La “lógica” del multiplicador del presupuesto equilibrado difiera de la lógica de los impuestos y el gasto en Dinamarca. Allí, las personas pagan la mayoría de su renta en impuestos, pero supuestamente reciben maravillosos servicios públicos que son para ellos más valiosos que lo habrían comprado por sí mismos si no hubieran existido los altos impuestos.
Por el contrario el multiplicador del “presupuesto equilibrado” crea riqueza destruyendo ahorro. Los austriacos evidentemente no están de acuerdo y la “distancia con la realidad” entre austriacos y keynesianos aumenta. Los austriacos destacan el ahorro, la acumulación de capital, los precios y tipos de interés del mercado, ganancias, pérdidas con empresarios tomando decisiones en un ambiente incierto bajo el paraguas del cálculo económico.
Los keynesianos prometen una salida fácil. Basta con dar dinero al gobierno, que gastará y gastará y el gasto multiplica la prosperidad. Curiosamente, los intelectuales dicen que el keynesianismo es el “mundo real”, mientras que la economía austriaca son “castillos en el aire”.
El 15 de abril, los keynesianos contribuirán a una creciente prosperidad enviando más dinero a Washington. Sin embargo los austriacos probablemente tengan otra opinión.

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