Wednesday, July 20, 2016

¿Por qué se molestan? ¿Qué harían ustedes, de estar al frente del gobierno?

Ángel Verdugo 
 

¿Por qué se molestan? ¿Qué harían ustedes, de estar al frente del gobierno?

¿Con la CNTE y personajes que por decir lo menos, han hecho de la violación permanente y sistemática de la ley, la razón de su vivir?

De cuando en cuando —reconozco que no siempre lo hago—, leo los comentarios que algunos lectores escriben en el espacio dedicado para ello. Casi siempre, los insultos y recordatorios a mi señora madre —que no tiene culpa alguna de los exabruptos que escribo—, los hago a un lado para prestar atención a los de quienes aportan algo que, si bien puedo diferir de su punto de vista, en no pocas ocasiones me ayudan a aclarar alguna idea, o complementar mi conocimiento incompleto en éste o aquel tema. A todos ellos, gracias.



Esta vez rompí con mi costumbre de no hacer caso de insultos y majaderías diversas, y los leí con cuidado; no porque el insulto hubiera sido altamente ofensivo sino por algo diferente: La nula o poca comprensión exhibida de un tema que, si bien dejó secuelas importantes —El fascismo—, hoy por hoy todavía no es cabalmente entendido, menos usado correctamente por no pocos.
Dejo de lado el seudónimo del autor porque, lo que me interesa es comentar el fondo de lo que escribió, más que exhibir a alguien. De tener interés en la colaboración y los comentarios, aquí puede leer ambos: http://www.excelsior.com.mx/opinion/angel-verdugo/2016/07/15/1105090
La costumbre en México, muy arraigada entre los integrantes de ese numeroso ejército que conforman los políticamente correctos y los que aspiran a ser, cuando menos, soldados rasos en el mismo, a la primera idea que no logran comprender, acusan al autor de aquélla de ser un nazi-fascista o cuando menos, como fue en el caso que me ocupa, de tener ideas fascistoides.
¿En verdad, plantear los elementos de lo que debe ser una negociación que buscaría concretar el regreso a la normalidad, reconducir las protestas dentro de los límites de la ley y, sobre todo, hacer que los delincuentes sean llevados -sin distingo alguno-, ante una autoridad judicial para que sea ésta la que decida su situación, es poseer ideas fascistoides?
Hoy, por ejemplo, ante el cierre de las sucursales bancarias en un número importante de municipios michoacanos, ¿qué debe hacer la autoridad? ¿Sentarse a negociar? ¿Qué y con quién? ¿Con la CNTE y personajes que por decir lo menos, han hecho de la violación permanente y sistemática de la ley, la razón de su vivir?
¿Es concebible acaso, negociar la abrogación de la Reforma Educativa en una Mesa con el Ejecutivo, mientras que los que exigen ese absurdo mantienen bloqueos, saqueos de bienes privados y daños diversos a millones de habitantes de varios estados del país?
¿Señalar, clara y enfáticamente, que ante esa conducta —que sólo merece la aplicación estricta de la ley—, no hay negociación posible, salvo la claudicación del Estado ante la delincuencia, es poseer ideas fascistoides?
No nos confundamos, menos utilicemos el viejo cliché —hoy inútil ante una nueva realidad—; a querer y no, lo entendamos y aceptemos o no, la aplicación urgente de la ley que permita la restauración del orden legal —hoy perdido en Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas—, es la única salida. Ésta,  tiene un alto precio político a pagar el cual, cada día que pase permitiendo desmanes y delitos mil, crecerá exponencialmente.
El que señale que éste o aquél posee ideas fascistoides porque exige la aplicación de la ley, y la no claudicación del Estado ante los delincuentes, debería ver cómo actúan los gobiernos democráticos en otras latitudes.
Ojalá el gobierno entienda que lo que hace hoy, no es negociar, sólo claudicar.

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