Wednesday, July 13, 2016

Crónica de una crisis anunciada: The Big Short y Wall Street 2

La crisis inmobiliaria del 2008 no pasó desapercibida en Hollywood


La crisis económica del 2008 tuvo como efectos películas que buscan explicar qué y cómo pasó. (Wikipedia)
La crisis económica del 2008 tuvo como efecto la creación de películas que buscan explicar qué y cómo pasó. (Wikipedia)
La película nominada al Oscar de la Academia, La gran apuesta (The Big Short en inglés por Plan B Entertaiment, 2015), y Wall Street 2: el dinero nunca duerme (Twentieth Century Fox, 2010), son dos filmes que narran la crisis económica del 2008 desde diferentes perspectivas. Al ver ambas películas se puede entender por qué la crisis inmobiliaria estadounidense fue tan grave.

The Big Short o cómo ganar dinero durante la crisis económica

La gran apuesta o The Big Short es una película basada en hechos reales que narra cómo unos inversionistas leyeron los signos de la inminente crisis, decidieron actuar a su favor y ganaron mucho dinero.
El personaje principal, Michael Burry (Christian Bale) analizó que los bancos habían otorgado créditos inmobiliarios a demasiada gente que no iba a poder pagarlos y esto colapsaría el mercado (basta que solo el 8% de las personas con préstamo inmobiliarios dejen de pagar su hipoteca para que el sistema caiga).


El mercado inmobiliario supone ser uno de los más fuertes bajo la premisa (errónea) que dice: “¿y a quién le va tan mal como para no pagar su hipoteca?”. Ese razonamiento ignoró una verdad que al parecer estaba oculta: no todas las personas son sujetas de crédito.
La Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) bajó en el 2001 la tasa de interés al 1%. Esto puede sonar bien: con una tasa baja más personas podrán tener acceso a créditos para comprar su casa y más negocios podrán emprender vuelo, ya que prestar dinero se ha vuelto más barato.
La gran apuesta está basada en el libro del mismo nombre escrito por Michael Lewis. (Amazon)
La gran apuesta está basada en el libro del mismo nombre escrito por Michael Lewis. (Amazon)
Sin embargo, como dice el dicho, no todo lo que brilla es oro. Esta acción de la FED tuvo consecuencias años después, es lo que Michael Burry notó y actúo en consecuencia. Apostó en contra del mercado, en inglés, “short against it” (de allí la palabra short en el título de la película). Usando varias herramientas bursátiles, Burry ganó dinero al prever una crisis económica.
La película retrata y analiza los vicios que se crean en el mercado inmobiliario y bursátil cuando este mercado tiene incentivos erróneos para actuar.
La mayor parte de estos incentivos erróneos tienen su génesis en que la FED (o cualquier institución bancaria gubernamental) maneje la tasa de interés, creando desinformación en el mercado que provoca un efecto domino en la economía.
Otro elemento que resalta de The Big Short es su banda sonora, la canción más importante es When the levee breaks de Led Zeppelin, cuyos versos iniciales son adhoc para la película:
If it keeps on rainin’, levee’s goin’ to break (Si sigue lloviendo el dique se romperá)
If it keeps on rainin’, levee’s goin’ to break (Si sigue lloviendo el dique se romperá)
When the levee breaks I’ll have no place to stay (Cuando el dique se rompa no tendré donde quedarme)
The Big Short es una obra maestra que retrata un hecho que marcó no sólo a los Estados Unidos, también al mundo. Y si el hecho de ser nominada a Mejor Película del 2016 no es suficiente, su banda sonora está a cargo de la banda inglesa Led Zeppelin y… ¿cómo algo puede ser malo si es acompañado por Led Zeppelin?

Wall Street y las intervenciones gubernamentales en la economía

Wall Street 2, el dinero nunca duerme es la continuación de Wall Street (1987) y retoma el hilo donde la película anterior terminó: con Gordon Ghekko (Michael Douglas) en la cárcel por negociar en la bolsa con información obtenida de manera ilícita.
Gekko, que sale de la cárcel, quiere buscar a su hija Winnie (Carey Mulligan) que no ha visto en muchos años. Sin planearlo, Gekko conoce a Jake Moore (Shia LaBeouf), el prometido de Winnie y corredor de bolsa en una de las casas de bolsa más grandes de Nueva York.

En medio de una historia de problemas sentimentales y familiares, la película narra la crisis inmobiliaria y cómo los grandes bancos que suponían ser “too big to fail” (demasiado grandes para fallar) fallaron, quebraron y se ampararon bajo la sombrilla gubernamental.
Una crisis como la del 2008 golpea a una economía y en vez de que el mercado informe naturalmente sobre los ganadores y perdedores, o los bancos que ganan o quiebran, se crea otra distorsión a la economía cuando el gobierno rescata a los bancos perdedores.
Imaginen esto, la FED creó un incentivo para que los bancos otorgaran créditos a personas que no pueden pagarlos. Los bancos en vez de detenerse y analizar quién es sujeto de crédito y quien no, otorgan préstamos a diestra y siniestra.
En el fondo, los bancos y otras instituciones financieras saben que en el caso de que se declaren en bancarrota, las consecuencias de sus malas acciones no las sufrirán, ya que el gobierno los rescatará. Con esta acción de rescate no se crean incentivos para que los bancos actúen con responsabilidad.
El rescate olvida mencionar que este viene del dinero del los contribuyentes y de los impuestos que han pagado. Son ellos los que se ven más afectados por la crisis y, para mayor mal, son los que pagan los platos rotos. Espero que este tipo de películas no sean repetitivas, porque eso solo significará que no se aprendió nada de la crisis inmobiliaria del 2008.
Wall Street también es acompañada de excelente música a cargo de Brian Eno y David Barnes. Las mejores canciones de la película son Home (Hogar), Life is Long (La vida es larga) y Strange Overtones (Tintes extraños).

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